Una nueva oleada de salidas eleva a más de 20.000 los empleos perdidos entre las tres principales empresas de telecomunicaciones en la última década, según cifras facilitadas por los sindicatos. Esta reducción de las plantillas –que incluye las 442 salidas de Vodafone, las 415 de Orange y el potencial plan de bajas que prepara Telefónica para ponerlo en marcha antes de final de año que podría afectar a alrededor de 3.000 empleados-- se alinea con la caída de ingresos de las tres telecos en este periodo. 

En 2020, las tres principales compañías del sector sumaron una facturación total de 24.586 millones de euros, muy similar a la del año 2003, según la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). El covid ha hecho mella en el sector, pero la tendencia a la baja viene de lejos, con una media en los últimos años de 30.000 millones de euros de ingresos, frente al máximo de 32.959 alcanzado en 2008.

Telefónica es la primera operadora española, la que tiene una plantilla mayor (18.248 personas a finales de 2020, según la CNMC) y también la que más recortes ha realizado. La compañía que dirige Emilio Gallo redujo su plantilla entre los años 2011 y 2013 en un total de 6.830 trabajadores; mientras que entre 2019 y 2020 realizó unos planes de ajuste que afectaron a 8.500 empleados. 

Antes de que termine el año, la operadora de Movistar realizará un nuevo plan de desvinculaciones (PSI) que afectará a una horquilla de entre 2.500 y 3.500 empleados, a falta de conocer las condiciones. La compañía que dirige Emilio Gallo trasladó el viernes a los sindicatos que iniciará en breve los contactos para lograr "un Pacto Social que determine el futuro laboral de la empresa". 

El caso de Orange y Vodafone no es muy diferente. Inmersa en una brutal reestructuración desde que decidió dejar de emitir fútbol en la temporada 2019 al considerar que no era rentable, Vodafone suma en los últimos años más de 3.500 despidos. El último acaba de cerrarse con los sindicatos con la salida de 442 personas. Antes, Orange había cerrado en junio un expedientes de regulación de empleo (ere) que afectó a un total de 415 empleados, que se suman a los 600 de 2008 y los 496 de 2016.

Desplome de ingresos

La presión competitiva en España, impulsada por el auge del ‘low cost’, es el motivo principal al que aluden las grandes empresas para reducir su tamaño. Tanto para Telefónica y Vodafone, el año 2007 fue el mejor año de la serie histórica en cuestión de ingresos, con una cifra de negocios que superó los 21.000 millones y los 7.000 millones, respectivamente. A partir de 2008 (año en que MásMóvil se empezó a comercializar en España) la facturación de ambas empresas se ha ido reduciendo hasta los más de 14.600 millones y 4.800 millones que ha facturado cada una en 2020. En el caso de Orange, la compañía ha pasado de estar en el entorno de los 4.000 millones durante 2007 a los 5.000 millones el año pasado.

En el conjunto del sector, los ingresos se redujeron en 2020 en más de 3.000 millones, pero su efecto en la plantilla no se vio hasta este año. Y eso pese a que cada vez el uso de los servicios de telecomunicaciones es mayor. Así, si en 2004 había 3,4 millones de servicios e banda ancha fija, 2020 cerró con 16,1 millones (en 2007 eran 8 millones). En el caso de las líneas móviles, en 2004 había solo 38,6 millones, mientras en 2020 son 55,6 millones (en 2007 eran 48,4 millones). 

Digitalización

Al auge del ‘low cost’ en España se suma el cambio de era en las telecomunicaciones con el final desde desarrollo de la fibra, sobre todo en el caso de Telefónica, al tener completo prácticamente todo el país. Así como con el auge de la digitalización en todos los ámbitos, desde la operativas hasta la comercialización. En este sentido, el mejor ejemplo es Vodafone que vinculó los despidos que realizó este año en España al cierre de sus 34 tiendas propias en el país con el objetivo de crear una organización con la que "ser más ágiles y competitivos". 

También Orange tiene pensado deshacerse de buena parte de sus tiendas, sobre todo de aquellas más pequeñas. La compañía que ahora dirige Jean-François Fallacher anunció hace unos días que ya ha clausurado 40 establecimientos de un total de 800 tiendas que componen su red comercial y seguirá cerrando aquellas que no sean rentables. "En una nueva situación en la que la digitalización gana peso, nos tenemos que replantear el modelo de tiendas", explicó Diego Martínez, vicepresidente de la división de consumidores del grupo en España.