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Con la leche al cuello

Los bajos precios y el alza de los piensos y forrajes pone a los ganaderos en pie de guerra | El número de granjas se reduce en Canarias un 21% en cinco años

Una vaca en una granja lechera del Valsequillo, en Gran Canaria. | José Carlos Guerra

Los bajos precios de la leche y el alza de los costes para mantener las explotaciones ha puesto a los ganaderos en pie de guerra. En muchas partes del país los productores se han lanzado a la calle para protestar por una situación que consideran insostenible y que pone en riesgo la supervivencia del sector, que asegura estar con la leche al cuello. En Canarias, los ganaderos expresan que el escenario económico que atraviesan no dista mucho del que viven sus compañeros en el resto del territorio. Lo que perciben por sus producciones no es suficiente para el mantenimiento de sus granjas y deben hacer en muchas ocasiones malabarismos económicos para poder continuar con su actividad.

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Explotaciones menos

  • Canarias ha perdido una de cada cinco granjas de ganado bovino, ovino y caprino en los últimos cinco años. Solo entre 2019 y 2020 han desaparecido más de 60 explotaciones. 

A diferencia de lo que ocurre en otras zonas productoras de España, la dimensión del sector en las Islas es mucho menor, ya que el número de explotaciones lecheras ha ido mermando con el paso de los años. El secretario general técnico de Asaga Canarias, Theo Hernando, explica que solo una pequeña parte de la producción del Archipiélago se destina al consumo directo, ya que el mayor volumen se vende a queserías locales e industrias para la fabricación de otros productos. «En las Islas el ganado lechero más importante es el caprino, aunque también existe bovino y ovino, y la leche en su mayor parte se destina a la transformación», expone.

Los ganaderos canarios venden su leche a queserías e industrias locales y no a grandes multinacionales, como ocurre en muchos otros puntos del país, lo que por un lado puede ser positivo debido al mayor arraigo al territorio que tienen estos negocios, pero que también complica la actualización de precios ya que tienen márgenes más reducidos.

«El precio que se paga por la leche debe ir actualizándose conforme sube el coste de la vida para permitir que los ganaderos puedan continuar con su actividad, ya que si todos cierran no habrá ninguna leche que vender», evidencia Hernando.

Los productores del Archipiélago venden la leche a queserías e industrias locales

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Los ganaderos canarios insisten en que, a pesar de las diferencias, su situación no es mejor que la de sus homólogos de la Península. «Es el mismo problema, el precio del producto es el mismo y todo lo demás sube», lamenta Heraclio del Castillo, ganadero tinerfeño que produce entre 2.500 y 3.000 litros de leche cada día, que después vende a diferentes queserías. «Para ellos es difícil subir el precio», reconoce, pero insiste en que la situación para los ganaderos tampoco es fácil.

17.000

Animales perdidos

  • En el Archipiélago el número de vacas, ovejas y cabras reproductoras ha descendido en más de 17.000 desde el 2015, según los datos del Istac. Más de 3.700 entre 2019 y 2020.

Del Castillo señala que en estos momentos producir un litro de leche de vaca le cuesta casi 50 céntimos, el mismo precio al que se la están pagando. «Antes el coste era de 45 o 43 céntimos y algo le ganabas, pero ahora estamos trabajando para nada, lo comido por lo servido e incluso estoy teniendo pérdidas», valora.

Uno de los principales sobrecostes que ha sorprendido al sector en los últimos meses es el del pienso y los forrajes, algo que supone el 60% del gasto total de una explotación. El precio de algunos cereales básicos para la alimentación animal ha alcanzado este otoño cifras récord, con unos incrementos medios de entre el 35 y el 45% respecto a la campaña anterior, debido a la escasez, el acaparamiento de países como China y a la mayor demanda mundial. «Si esto sigue así supone la ruina y tener que cerrar», reconoce este ganadero tinerfeño, que apunta que el precio por la tonelada se ha incrementado en más de 60 euros.

El sector asegura que los precios actuales les suponen pérdidas debido a los sobrecostes

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En una situación similar asegura estar Esteban Torres, propietario de Explotaciones Ganaderas Torresanta en Gran Canaria. «Hay demanda pero no quieren subir el precio de la leche», expone este ganadero que produce a diario 5.000 litros de leche de vaca y 1.500 de cabra y oveja. «El litro de leche de vaca lo pagan a 45 céntimos, la de cabra a 63 y el de oveja a un euro, con estos precios estoy sacando dinero de otro lado para cubrir gastos», manifiesta.

Expone que producir ahora mismo un litro de leche «cuesta entre 43 y 44 céntimos de media», un precio con el que apenas se cubren gastos. «Con todo por las nubes, piensos, materiales, luz y Seguridad Social, los costes se van a comer este año todo lo que producimos y un 70% de la ayuda, eso es insostenible», indica.

+45%

Alza de los cereales

  • Algunos tipos de cereales determinantes para la alimentación animal han incrementado su precio hasta un 45%. Esta partida supone el 60% de los costes de una explotación.  

Torres, que regenta cuatro explotaciones con 5.000 cabezas de ganado, asegura que el litro de leche «no ha subido de precio en diez años» y asegura que por más que ha intentado negociar un incremento «es complicado, toda una lucha diaria».

Sin embargo, insiste en que hay demanda de leche. «Me dicen que están produciendo bajo mínimos pero me piden más leche», reflexiona y recalca que ante el escenario actual «yo no me comprometo a aumentar el ganado, estoy mantenido e incluso bajando la cabaña para poder resistir».

«No es solo el precio de la leche, es que ha subido todo, los insumos, el gasoil, el transporte, esto es la tormenta perfecta», lamenta el ganadero Víctor Gutiérrez, quien recalca que los productores «llevamos años tirando leche», ya que tal y como denunciaron hace unos años la entrada de leche en polvo, importada con ayuda del Régimen Específico de Abastecimiento (REA), para elaborar productos lácteos en las Islas está perjudicando mucho al sector.

Ahora la pandemia ha terminado por ser la puntilla para esta actividad, que sufrió mucho durante los primeros meses de confinamiento debido a los problemas de comercialización. La escalada de los costes ha terminado por agravar la situación de los ganaderos que se han plantado para exigir precios dignos para sus productos. De esta manera, urgen al Gobierno central que apruebe la ley de Cadena Alimentaria, que obliga a tener en cuenta el coste de producción para establecer el precio de venta.

«Los ganaderos están sufriendo mucho toda esta crisis», señala Theo Hernando, de Asaga. A la subida de los forrajes se une el encarecimiento del precio de la luz. «La electricidad es un componente determinante para muchas explotaciones que necesitan ordeñadoras, tanques de frío y que se resienten bastante con este incremento», comenta.

Lo cierto es que el número de explotaciones ganaderas especializadas en ejemplares de bovino, caprino u ovino, es decir, aquellas que pueden comercializar leche, no deja de reducirse en Canarias. Según los datos registrados por el Instituto Canario de Estadística (Istac) en cinco años el Archipiélago ha perdido algo más de 780 de estas granjas, lo que supone una de cada cinco de las que existían en el Archipiélago. En el 2020 el número de estas explotaciones ascendía hasta las 2.806 en todas las Islas, mientras que apenas un año antes eran 60 más.

Lo mismo ocurre con los ejemplares de hembras reproductoras, que también se han reducido mucho en los últimos años. Desde 2015 las granjas han perdido 17.300 de estos animales, 3.700 solo entre 2019 y 2020.

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