El sector platanero coge aliento. Después de un largo proceso de negociaciones y trámites parlamentarios, el Senado aprobó ayer en la Ley de Cadena Alimentaria el reconocimiento a la singularidad del plátano canario y su blindaje frente a la banana de terceros países. La Asociación de Organizaciones de Productores de Plátanos de Canarias (Asprocan) recibió la noticia con gran entusiasmo, después dedicar más de un año y medio a negociar con los partidos de Gobierno para evitar que la nueva norma pusiera trabas insalvables para el sector. «Hemos terminado una dura batalla y ahora nos podemos centrar en el grave problema que tenemos con los agricultores de La Palma», afirma Domingo Martín, presidente de Asprocan.
La lucha de los productores isleños se centró en demostrar que la competencia con la banana les ocasionaría profundas heridas. Según las estimaciones de Asprocan, sin ese escudo que reconoce ahora la Ley, para poder cumplir con los parámetros de precio mínimo que imponía inicialmente la norma, entre el 30 y el 90% de la cosecha se hubiera tenido que quedar en Canarias.
Martín considera que la negativa a amparar el plátano de Canarias en la que se anclaron inicialmente el PSOE y Podemos se debe a que temían que otros sectores reclamaran una protección similar. Sin embargo, la ultraperificidad del Archipiélago y la singularidad del cultivo han valido para finalmente los socios de Gobierno defiendan al sector platanero del Archipiélago.
El senador de CC por la Comunidad Autónoma, Fernando Clavijo, valoró que finalmente el plátano isleño haya salvado su encaje en la Ley de Cadena Alimentaria, pese a las «zancadillas» del PSOE y Podemos en la tramitación parlamentaria, y reclamó «seguir mirando para La Palma porque el sector en la Isla necesita todos los esfuerzos para reponerse de la crisis volcánica». Clavijo aprovechó su intervención en el pleno de la Cámara Alta para reconocer «el largo camino que ha atravesado el sector para defender su singularidad y la necesidad de establecer mecanismos dentro de una ley que siempre hemos defendido los nacionalistas canarios y creemos necesaria, pero con excepciones».
En este sentido, señaló que «es un orgullo que se haya corregido a tiempo y no solo porque hoy estamos salvando un sector que genera riqueza, empleo, del que viven 15.000 familias en las Islas, sino porque estamos salvando un cultivo singular y único en Europa, a un sector que es un ejemplo y que sostiene el paisaje de nuestra tierra y protege una seña de identidad, parte de lo que somos y de lo que es capaz de dar nuestras Islas, un producto de una calidad indiscutible, que es lo que representa el plátano de Canarias».
