Volkswagen apuesta por Parc Sagunt II, en Valencia, para su gigafactoría de baterías del coche eléctrico. La multinacional alemana quiere aprovechar las conexiones y el terreno libre en la ampliación del parque logístico para producir las celdas que equiparán las baterías de los coche eléctricos que tiene previsto producir en Cataluña y Navarra. El Gobierno es más partidario de que la planta vaya a Extremadura, si bien la empresa germana prefiere Sagunto porque reduce costes y tiene acceso a personal cualificado. Además, el proyecto de Volkswagen es paralelo al que lidera Power Electronics y fuentes conocedoras del proceso de concesión insisten en que "no es excluyente y Valencia puede acabar con dos plantas".

Volkswagen, tal como informó Levante-EMV, ha descartado instalar la gigafactoría en Cataluña. Las mismas fuentes explicaron que la compañía no ha encontrado los terrenos que necesita en Cataluña, pese al interés de la Generalitat catalana. El grupo alemán también rechaza llevar la inversión a Aragón y maneja como alternativas más viables Valencia y Extremadura. El Gobierno quiere que la gigafactoría termine construyéndose en Extremadura por razones políticas (quiere repartir los fondos de reconstrucción, compensar a la conocida como España vaciada y evitar el rechazo social porque allí se extraerá el litio), pero Volkswagen ve con mejores ojos la opción valenciana porque le permite reducir al máximo sus costes logísticos.

La multinacional tiene en mente producir 500.000 vehículos eléctricos al año con la marca Seat en las instalaciones de Martorell y otros 400.000 de Volkswagen en la planta de Landaben (Navarra). Según sus cálculos, en 2030 serán necesarios tres centros de producción de baterías para contar con una capacidad de entre 69 gigavatios/hora y 72 gigavatios/hora, el mínimo necesarios para equipar un millón y medio de coches eléctricos que se calcula que saldrán de las plantas españolas.

La planta que se baraja para Sagunto abriría en el año 2026, según los plazos marcados por los directivos de la compañía hace nueve meses. La iniciativa se ha articulado a través de un Perte (Proyectos estratégicos para la recuperación y transformación económica) y por medio de un consorcio que integra a una quincena de compañías, entre ellas Iberdrola, Telefónica y CaixaBank, y otras del mismo sector de la automoción como Ficosa, Gestamp, Sesé y Grupo Antolín.

La planta de Valencia acogería la fabricación de las celdas, que son el corazón de las baterías. El ensamblaje final (la colocación de las celdas en la carcasa) se haría en Cataluña. La planta valenciana conllevaría una inversión de 2.000 millones de euros (una parte importante de ellos procedentes de los fondos europeos de reconstrucción) y la creación de entre 3.000 y 5.000 puestos de trabajo.

Consorcio valenciano

Paralelamente, la Generalitat Valenciana impulsa el consorcio liderado por Power Electronics en torno a otro Perte, pero siempre ha defendido que su propuesta no es excluyente. En este sentido, las fuentes consultadas por este periódico insistieron en que el proyecto liderado por Power Electronics es complementario al de Volkswagen. En el consorcio valenciano han entrado Ford, Stadler, Iberdrola, Zeleros, UBE, CEV Technologies, IDOM, Ampere Energy (que tiene una planta de baterías junto a Sagunt), Nutai, Astondoa, Grupo Segura, Endurance Motive, Fácil Solutions, Grupo Valautomoción, Grupo Gimeno, Inelcom Technology, ITERA Mobility Engineering, HESS, INFAMOL, Mettecno, Torrecid y Witrac.

Ford confía en la Alianza Valenciana de Baterías

Ford forma parte de la Alianza Valenciana de Baterías, el consorcio impulsado por la Generalitat y liderado por Power Electronics que promueve un proyecto paralelo de gigafactoría de baterías. El Gobierno lleva 3 años trabajando con el equipo de la Conselleria de Economía para que el proyecto prospere. Volkswagen y Power Electronics ligan la construcción de sus plantas a la concesión de los fondos de reconstrucción. Europa autorizó la semana pasada al Gobierno a destinar 3.000 millones de euros de los fondos de reconstrucción al impulso del coche eléctrico. La Unión Europea considera que hacen falta 10 gigafactorías en todo el continente para hacer frente a la electrificación del transporte. El plan de la Administración contempla en una primera fase disparar el número de cargadores y en una segunda fase (entre 2023 y 2026) la puesta en marcha de las gigafactorías.