La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Una familia invierte más de mil euros para pasar la Navidad en Canarias

La mayoría de los isleños que residen en la Península desisten de estar en las fiestas con los suyos ante la imposibilidad de pagar los billetes de avión

Llegada de pasajeros al aeropuerto de Gran Canaria.

La economía de una familia de cuatro miembros que reside en la Península zozobra si pretende pasar la Navidad con sus allegados de las Islas o, simplemente, huir del frío continental. En contados casos, la suma total del coste de los billetes de avión se queda por debajo de los 1.000 euros, más que el salario mínimo interprofesional (965 euros). Los más ofertados, los que unen las islas capitalinas con Madrid, se quedan a las puertas; si la ruta es otra, los precios se disparan. Además, con respecto a la semana que se inicia mañana, el coste llega en casos a casi multiplicarse por cinco.

El libre mercado muestra su cara más cruel en fechas señaladas. La demanda para volar se dispara y el valor de las últimas butacas supera ampliamente el umbral de lo soportable. A estas alturas, las opciones son escasas y la más factible es que sean los residentes en las Islas los que se desplacen a tierras peninsulares si la reunión familiar es condición sine qua non. 

Lo contrario, que vengan los de allí, es impensable, salvo que se recurra a la división del grupo. Mamá, a las Islas con uno de los vástagos, y papá, a casa de sus progenitores con el otro, por poner un ejemplo. En todo caso, son soluciones de urgencia de las que satisfacen, si acaso, solo a medias.

«Normalmente desisten, no vuela ninguno. De hecho tenemos casos de canarios que llevan más de diez años sin aparecer por las Islas, precisamente por eso, porque son cuatro o cinco miembros», apunta el vicepresidente de la Asociación Canarios sin Alas, Miguel Díaz. La oportunidad de viajar surge «cuando los niños tienen vacaciones», añade, y esa circunstancia coincide en la gran mayoría de las ocasiones con los momentos en que los billetes «están más caros».

Volvamos a ese núcleo familiar integrado por los padres y dos hijos. Suponemos que prevén su llegada al Archipiélago para el jueves día 23, víspera de la Nochebuena, y que regresan a casa el domingo 26. Además, tomamos en todos los casos los billetes más baratos de los que ayer continuaban a la venta. Y comenzamos por el caso más sencillo, uno de los pocos que aún permite quedarse por debajo del millar de euros.

Canarios sin Alas ve injustificable el alza de precios y critica la «opacidad» con que se mueve el sector

decoration

Familia residente en Madrid. El padre es canario y la madre de algún punto de la Península. Han decidido pasar la Navidad con los familiares de él y celebrar el Año Nuevo, con los de ella. Si no han sido previsores y no adquirieron los billetes hace unos meses, o su economía es más que desahogada, o pueden ir cambiando de planes. Con el añadido de que organizar los viajes con mucha antelación se ha convertido casi en cosa del pasado desde que el coronavirus irrumpió en escena. 

A saber, 212 euros por asiento con Iberia, es decir, 848 euros el pack. A riesgo del empacho de insistencia, dentro de la amplísima casuística, esta es la circunstancia más sencilla y también el menor desembolso que puede hacerse. Cambiemos de aerolínea. Air Europa solo tenía disponible ayer, según constaba en su web, un asiento para desplazarse el día 23 desde la capital de España a Gran Canaria; a 413 euros ida y vuelta.

A nuestra familia imaginaria no le vale el último ejemplo. Son cuatro y, aunque hubiera plazas suficientes, no pueden invertir un sueldo en los vuelos. Así pues continúan trasteando en la web de Iberia y deciden castigarse haciendo una búsqueda para siete días antes –ida, el 16 de diciembre y vuelta, el día 19– y ven que la factura se reduce hasta los 340 euros (85 por viajero). En una semana, el incremento es del 150%. Pura oferta y demanda, y por más que las aerolíneas eleven la primera, nunca es suficiente para contener el alza de los precios en las últimas semanas de cada año.

En opinión de Miguel Díaz, «no hay justificación» para los precios que llegan a poner las aerolíneas; «ni el combustible, ni los salarios de los trabajadores, ni nada». El acelerante que los dispara es, a su juicio, la «opacidad» con que el sector se maneja.

Más claro tendrá nuestra familia que comerse el turrón en su tierra –la de todos o la de alguno de sus integrantes– no es mejor que hacerlo en Barcelona. Si están afincados en la Ciudad Condal, Vueling les cobra 395 euros por traerlos a Tenerife. Eso a cada uno; los cuatro, por 1.580 euros. Una semana antes, pagarían 576 euros, que ya es, pero siempre traerán algo más los Reyes Magos si se paga un 174% menos.

El coste se multiplica si los trayectos tienen como destino alguna de las islas no capitalinas

decoration

El vicepresidente de Canarios sin Alas vive lejos de su hija; él, en Tenerife y ella, en el País Vasco, con su madre. «470 euros nos ha costado que venga a pasar unos días», lamenta Díaz. Fueron previsores, ayer era imposible encontrar nada por debajo de los 600 euros, y eso haciendo escala en Madrid tanto a la ida como a la vuelta. 

También se exploró la opción de «traerla desde Pamplona con Binter, pero eran 1.500 euros; por ese dinero nos vamos a China», continúa, para enfatizar que por mucha liberalización que exista, alguien debe poner coto a las cuestiones que se apartan de la realidad. Desde Santander, los precios bajan hasta los 730 euros, suma que multiplica por más de dos los 350 euros de una semana antes.

Por tercera vez, recurrimos a la familia creada para ejemplificar, en este caso, el problema al que se enfrentan los isleños que perdieron la residencia al trasladar su proyecto de vida desde alguna de las islas no capitalinas. Solo Lanzarote, en algún caso contado, iguala el coste de viajar a Tenerife o Gran Canaria. Fuerteventura se pone desde la capital de España en 457 euros por persona; La Palma se va casi a los 600. A La Gomera y El Hierro hay que sumarles dos vuelos interinsulares adicionales.

Soluciones que no llegan

«¿Qué nos dicen? Que tenemos razón y van a tomar medidas, pero al final nadie pone el cascabel al gato», lamenta el vicepresidente de la Asociación Canarios sin Alas (CSA), Miguel Díaz. En una ocasión, «el PP hizo una propuesta» para que los hijos de padres separados puedan mantener «una doble residencia» que les permita viajar a Canarias para ver a su padre o a su madre. «Nunca más se supo», lamenta Díaz, que en todo caso aclara que ese «no es el fin último que persiguen, pero al menos sería un paso». En la organización gestada por isleños que viven en la Península y, por tanto, no tienen la condición de residentes, no se explican por qué en el caso del AVE la diferencia de precios de los billetes entre la temporada baja y la alta –«un 20%», apunta Miguel Díaz– está fijada y no puede hacerse lo mismo en el avión. «Nos beneficiaría a todos los españoles, porque cuando se subió el descuento para residentes al 75%, el Estado pagó a las aerolíneas más del doble de lo calculado, evidentemente subieron los precios», lamenta el vicepresidente de CSA. | J. G. H.

Compartir el artículo

stats