Repsol estudia incorporar la geotermia a la generación eléctrica en las Islas

Esta isla será el primer escenario de la investigación, la puerta de entrada a la utilización de la energía calórica para obtener electricidad. El perímetro del área de estudio engloba terrenos de La Aldea, Tejeda, Mogán, San Bartolomé de Tirajana, Santa Lucía de Tirajana, Agüimes e Ingenio. Las estimaciones señalan que una planta geotérmica de 10 megavatios de potencia instalada puede abastecer la demanda de energía de alrededor de 23.000 viviendas y evitar la emisión a la atmósfera de unas 57.000 toneladas de dióxido de carbono (CO2) cada año.

10 megavatios de potencia instalada puede abastecer la demanda de energía de alrededor de 23.000 viviendas

Precisamente este reto medioambiental es el que explica la presencia de Repsol en este proyecto. Como la práctica totalidad de las empresas que operan en el ámbito de la energía, también la que preside Antonio Brufau ha virado el timón hacia un horizonte verde. En la pasada primavera abandonó por completo la extracción de petróleo en aguas españolas al desmontar la plataforma Casablanca, situada frente a las costas de Tarragona.

El negocio de la extracción de hidrocarburos dibuja una curva descendente y todas las grandes multinacionales toman posiciones. De ahí que la presencia de la empresa en las Islas haya pasado en tan solo siete años de ser muy contestada cuando estudió la existencia de petróleo y gas en el canal que separa Lanzarote y Fuerteventura de Marruecos a, en esta ocasión, desear que tenga suerte y propicie un gran salto a Canarias en la lucha contra el cambio climático.

Proyecto Lisa

El permiso, vigente desde el pasado 18 de noviembre, dura un año, pero puede ser prorrogado por otro más, como máximo. El nombre que se ha otorgado al proyecto es el de Lisa, como el reptil que prolifera en los barrancos del sur y los humedales del norte de Gran Canaria. Todos los trabajos se centrarán en la superficie, no se perforará el suelo en busca de calor. Si esta primera fase se salda con éxito, llegará el tiempo de elaborar otro proyecto que sirva para constatar los indicios.

¿Cómo se determinará la existencia o no de calor suficiente como para incorporarlo a las fuentes limpias de generación de energía? Mediante el análisis de elementos estructurales y geoquímicos a partir de mapas e imágenes aéreas y de satélite. También a partir de la toma de muestras de la superficie. Todos los datos obtenidos se integrarán en sistemas tridimensionales que servirán para realizar la evaluación. El objetivo final a conocer es si el recurso geotérmico de alta entalpía (a partir de 150 grados centígrados) existe, es accesible y garantiza el suministro de calor estable. Todo ello metido en la batidora de la economía para tener constancia de que esta tecnología no traerá un sobrecoste.

La estabilidad es uno de los aspectos en los que la geotermia mejora a otras fuentes renovables como la eólica o la fotovoltaica. Estas dependen de que el viento sople o el sol salga para empezar a generar. Además, es necesario parar los aerogeneradores cuando, de noche, aportan más megavatios hora de los que demandan las empresas y una población que, en su mayoría, duerme.

En las Islas existen numerosos aprovechamientos de la geotermia de baja entalpía

Al menos en lo que concierne a esto último, la central Chira-Soria permitirá almacenar los excedentes para utilizarlos en otro momento. Sin embargo, la geotermia proporciona un recurso energético sin altibajos. El agua inyectada –o la que ya exista en el subsuelo– se aprovecha para mover las turbinas de inducción y, una vez se enfríe, se devuelve al punto de origen. La circulación siempre se produce en un circuito cerrado.

Además de proporcionar energía a todas horas y durante todos los días del año, esta fuente limpia genera un impacto visual mínimo. Las centrales propician una ocupación muy limitada del terreno y su presencia no impide que en la superficie haya otros usos.

En las Islas existen numerosos aprovechamientos de la geotermia de baja entalpía (menos de cien grados centígrados). Se utiliza sobre todo en el sector hotelero para climatizar piscinas o para calentar agua de uso sanitario, lo que reduce en importantes porcentajes las facturas eléctricas. También está presente en sistemas de calefacción y agua caliente de hogares, algunos procesos industriales y en la agricultura.