Del millón de viviendas que hay en el Archipiélago, la mitad se construyó hace unos 40 años «con una tecnología y unos materiales muy diferentes a los de ahora», subraya Ana Climente, responsable de la oficina NGEU de BBVA. Un dato que ilustra la necesidad de acometer la rehabilitación energética de los edificios y la importancia de no dejar pasar la oportunidad que en este sentido suponen los fondos europeos.

La sostenibilidad es uno de los grandes ejes sobre los que pivotan los fondos europeos del programa Next Generation.

Nosotros vemos la lucha contra el cambio climático como una de las mayores disrupciones de la historia de la humanidad. Hay que acometerla a un ritmo sin precedentes y requiere del esfuerzo de todos. No solo se trata de cambiar las fuentes de energía, sino también muchos aspectos de nuestra vida: la forma en que nos movemos, consumimos, vivimos e incluso nos alimentamos.

Y hay que mejorar los edificios donde residimos, estudiamos o trabajamos.

La mejora de las viviendas es algo absolutamente clave. Los edificios son los responsables de una parte muy sustancial de las emisiones de gases de efecto invernadero. De hecho, las residencias, las oficinas, las escuelas, los edificios sanitarios... acumulan más de un tercio de las emisiones en Europa. Por eso la rehabilitación energética de las viviendas es un objetivo europeo y es un aspecto clave dentro del eje de la sostenibilidad.

En el caso de España está, además, el agravante de que las casas y edificios de viviendas no son precisamente nuevos.

Tenemos un parque de viviendas sumamente envejecido, de los más envejecidos de Europa. Por eso creemos que hay un potencial muy relevante en materia de rehabilitación. La media ronda los 47 años, y casi la mitad de los edificios se construyó antes de la década de los ochenta, por tanto con una tecnología y unos materiales muy diferentes a los de ahora. En el caso de Canarias, del millón de viviendas que hay, el 50% tiene 40 años, con lo que el dato está en línea con las cifras a nivel nacional. Además, el parque de viviendas español es uno de los más obsoletos desde el punto de vista energético. Alrededor de un millón de viviendas está en estado deficiente, malo o directamente ruinoso. Ahí hay ahora una oportunidad para actuar.

Las calificaciones energéticas están en consonancia con ese envejecimiento residencial.

Fíjese en que solo está certificado el 12% de los edificios, el resto ni siquiera tiene certificación. Pero es que dentro de ese 12% que sí está certificado, más del 81% se sitúa dentro de la calificación energética E, F o G, que son las peores tanto a nivel de emisiones como de consumo.

¿Y qué porcentaje cuenta con la certificación energética A?

No llegamos al 0,3% en lo relacionado con las emisiones; y en consumo energético, solo el 0,2%.

"Las ayudas europeas pueden cubrir hasta el 80% de la inversión para rehabilitar el edificio"

Por tanto hay una necesidad evidente de acometer la rehabilitación energética de los edificios que coincide con esa oportunidad de oro que brindan los fondos del Next Generation.

Estamos ante una oportunidad histórica. La pandemia nos ha llevado a reflexionar sobre cómo construir nuestra economía y la sociedad del futuro, y la Unión Europea lo tiene claro: debe ser más verde, más digital y más resiliente ante retos futuros. Por eso una parte sustancial del plan europeo, hasta un 40%, se centra en la transición ecológica. Y en el caso concreto de la rehabilitación residencial, cuenta con 3.400 millones de euros en el eje de sostenibilidad. Son 3.400 millones en ayudas directas y deducciones fiscales, lo que supone una gran oportunidad para las comunidades de propietarios. No en vano, la rehabilitación y eficiencia energética tiene ventajas en lo social y en lo medioambiental, pero también en lo económico. Una vivienda eficiente con la mejor calificación energética, la A, consume hasta un 90% menos que una vivienda similar catalogada con el nivel más bajo, que es el G. Pero es que, además, consume un 35% menos que una vivienda, por ejemplo, de la categoría C, que es una categoría intermedia, por así decirlo. Ya solo el ahorro en la factura cubre las inversiones.

Y, además, ahora con los fondos europeos la inversión a acometer por la comunidad de propietarios puede resultar mínima.

Las ayudas cubren entre un 40 y un 80% de la inversión; es más, la subvención incluso puede llegar al cien por cien si se cumplen los requisitos de vulnerabilidad establecidos en real decreto. Es un porcentaje sustancial. Cuanto mayor sea el ahorro energético, mayor será la subvención, por eso es importante que las actuaciones sean integrales. Es verdad que a lo mejor hay que hacer un esfuerzo adicional para la preparación y ejecución de un proyecto de eficiencia energética integral del edificio, pero creo que merece la pena, porque se puede optar hasta el 80% de subvención. Y los propietarios deben tener en cuenta que también se subvenciona al cien por cien el documento técnico previo que le permite a la comunidad visualizar el potencial ahorro.

Está el ahorro de costes en la factura, que por sí solo cubre la inversión; están ahora las ayudas europeas que abaratan esa inversión; y están también los incentivos fiscales.

Hay deducciones en el IRPF [Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas] para impulsar la rehabilitación desde el 20 hasta el 60%, según la reducción de la demanda de calefacción y refrigeración de la vivienda habitual. También es muy relevante señalar que las subvenciones no se integran en la base imponible del IRPF, porque hay muchos pensionistas o personas con ingresos reducidos que pueden pensar que reciben la subvención pero que luego se la integran en la base imponible, y esto no ocurre. Pero, además de todo esto, del ahorro en la factura, de las ayudas y de los incentivos fiscales, hay que tener en cuenta que la vivienda se revaloriza con la mayor eficiencia energética.

La convocatoria de las ayudas es inminente, ¿no?

Como sabe, en España se bloquearon para los presupuestos generales del Estado del próximo año 24.000 millones de euros, y ya se han cerrado convocatorias por 7.200 millones más centradas en el vehículo eléctrico, proyectos digitales y demás. Para el tramo final de año y principios del que viene se esperan convocatorias adicionales por otros entre 5.000 y 6.000 millones de euros, y ahí está la parte para la rehabilitación de viviendas. En esta materia hay ayudas por 1.151 millones de euros, de los que para Canarias son concretamente 53. Hay actuaciones previstas para más de 7.000 viviendas.

El papel de las entidades financieras, como prescriptoras y como canalizadoras del Next Generation y en concreto de los fondos para la rehabilitación energética de las viviendas, es fundamental.

Totalmente de acuerdo, las entidades financieras pueden jugar un papel crucial en la rehabilitación masiva de edificios porque son catalizadoras del cambio. Primero por nuestra actividad tradicional de financiación de las obras de rehabilitación, pero también con acciones como el anticipo de las subvenciones, por ejemplo, o aportando financiación adicional. Y luego hay otro punto en el que las entidades financieras también pueden ayudar: la simplificación de los procesos.

También hacen ustedes una labor casi pedagógica.

En BBVA tenemos acciones divulgativas para dar a conocer las ayudas. Gracias a la cercanía con los clientes y la capacidad de nuestra red, podemos identificar, contactar y apoyar a quienes están interesados en la rehabilitación energética de edificios. También podemos ayudar con productos y soluciones integrales que faciliten tanto el acceso como la tramitación, y para ello vamos de la mano de los mejores socios. Tenemos partner estratégicos con soluciones en mano para la gestión de la subvención, para la presentación y ejecución del proyecto y para la financiación, de modo que la comunidad de propietarios se olvide de los trámites y facilitarle así el proceso. Se trata de ayudar a sacar el máximo provecho de los fondos europeos.

¿Cuántas viviendas pueden rehabilitarse en lo energético con estos fondos?

A través del plan de rehabilitación está proyectada la renovación de 500.000 viviendas entre 2021 y 2023. Fíjese que en 2020 se rehabilitaron unas 30.000, con lo que el salto es sustancial.