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La inversión extranjera huye de Canarias y arroja las cifras más bajas en cinco años

El capital foráneo desconfía de la tímida recuperación económica del Archipiélago y ‘congela’ proyectos | Las trabas a la materialización de la RIC agravan el retroceso

Turistas en el paseo del Faro de Maspalomas en una imagen del pasado mes de noviembre. Juan Carlos Castro

El capital extranjero pasa de largo por Canarias. La inversión foránea en el Archipiélago en 2021 no solo quedó por debajo de las cifras de 2020 –el año del confinamiento nacional y de la consecuente paralización de la economía–, sino que cayó a mínimos del último lustro. Y eso que las Islas no son precisamente uno de los destinos preferidos de los inversores extranjeros, más bien al contrario: Canarias suele figurar, ejercicio tras ejercicio, entre las Comunidades Autónomas con menos capacidad para captar fondos del exterior. No obstante, el trienio 2017-2019, es decir, el trienio inmediatamente anterior a la irrupción del coronavirus, fue histórico: llegó capital foráneo a la región por un montante de 611,3 millones de euros. Una cuantía sin precedentes en un período de solo tres años. Así pues, el estallido de la pandemia se produjo justo cuando parecía que el flujo de inversión extranjera hacia el Archipiélago repuntaba de manera definitiva, pero la crisis que se originó entonces ha devuelto a las Islas a su lugar habitual en el furgón de cola del país.

Canarias es de las pocas regiones con menos fondos del exterior que en el primer año del covid

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Los datos del cierre de 2021 aún son provisionales, pero la Secretaría de Estado de Comercio ya dispone de cifras definitivas de los tres primeros trimestres del anterior ejercicio. Entre enero y septiembre de 2021 entró capital extranjero en la Comunidad Autónoma en forma de inversión empresarial por un total de poco más de 41,5 millones de euros. ¿Mucho o poco? Más bien muy poco. Son prácticamente 26 millones menos que en el mismo período de 2020, esto es, 26 millones menos que en el año I de la pandemia. Una caída de un 38,5%. Canarias es así una de las únicas cinco regiones españolas –junto con el Principado de Asturias, Extremadura, Andalucía y la Comunidad de Madrid– donde la inversión extranjera es más baja en el año II de la crisis del coronavirus que en el año I.

El trienio virtuoso 2017-2019 ha dado paso así a un nuevo retroceso que devuelve el montante de la inversión foránea a números de 2016, hace ya cinco años. Desde la patronal explican que hay inversores que han paralizado proyectos, proyectos que, no obstante, aún podrían materializarse, con lo que, de ser así, la inversión no se habría perdido, sino postergado. No en vano, el coronavirus ha trastocado los planes de muchísimas empresas a lo largo y ancho de toda Europa. El problema mayor no es, por tanto, el de esas firmas que han retrasado su inversión en Canarias por la caída de ingresos que les ha causado la pandemia, sino el de las empresas que han desistido de invertir en las Islas de manera definitiva.

Sea como sea, lo cierto es que el Archipiélago se sitúa como una de las tres Comunidades Autónomas con menor volumen de inversión extranjera por habitante. La tercera por la cola, solo por delante de –una vez más– Asturias y Extremadura. Canarias, con 18,5 euros por habitante, no solo está así a años luz de Madrid –que pese a la caída en 2021 recibe capital extranjero por una cifra equivalente a 1.167 euros por habitante–, sino que también está muy lejos de regiones de población similar como País Vasco –142 euros por persona– o Castilla-La Mancha –109 euros–.

Además, se da la circunstancia de que a este nuevo retroceso del capital foráneo se le suman las trabas denunciadas por los empresarios a la Reserva para Inversiones en Canarias (RIC), esto es, a la inversión o reinversión local. El período para la materialización de la RIC viene siendo objeto de polémica, y más allá de que el Estado autorice una nueva ampliación, la inseguridad jurídica también afecta a los proyectos.

Sin inversión improductiva

Durante años, Canarias fue uno de los destinos favoritos para las Entidades de Tenencia de Valores Extranjeros (ETVE), un tipo de holding empresarial made in Spain que se utiliza como vehículo para optimizar la factura fiscal de grandes grupos. Fue la respuesta de España a figuras similares existentes en los Países Bajos, por ejemplo. El caso es que la inversión de estas empresas es inversión improductiva, y eso fue lo que dio lugar a que el volumen de inversión en Canarias llegase a ser milmillonario a comienzos de siglo. En realidad la mayor parte de esos miles de millones correspondía a los flujos de capital en las ETVE, dinero que no generaba ni un solo puesto de trabajo en la Comunidad Autónoma. Pues bien, los últimos datos del Estado revelan que ni un solo euro ha entrado en las Islas -o más bien pasado por las Islas- a través de ETVE desde el inicio de la pandemia. | M.Á.M.

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