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Los hoteles canarios arrancan el año con más de la mitad de sus habitaciones vacías

La sexta ola y las restricciones de viaje desploman las reservas en enero y febrero | El sector turístico confía en que la relajación de las medidas de Reino Unido mejore la ocupación en marzo

Varios turistas en el aeropuerto de Tenerife Sur.

Las sucesivas olas de la pandemia no dan tregua al sector turístico canario que vive su segunda temporada de invierno afectado por las consecuencias de la crisis sanitaria. A pesar de que las previsiones para esta campaña eran halagüeñas, la aparición de la variante ómicron y los cambios en las restricciones para viajar han acabado por frustrar muchas de las vacaciones previstas. Los hoteles canarios han arrancado el año con una ocupación del 50%, un porcentaje que puede ser incluso más bajo en febrero, si no se reaniman las reservas.

Así lo sostiene el presidente de la Federación de Empresarios de Hostelería y Turismo (FEHT) de Las Palmas, José María Mañaricua, quien lamenta que aunque se esperaba una temporada "espectacular", la llegada de la sexta ola cambió todas las previsiones. Las restricciones para viajar impuestas por algunos países europeos, entre ellos España que en diciembre comenzó a exigir a los niños británicos la pauta completa de vacunación para poder venir de vacaciones, provocó una cascada de cancelaciones y anuló la entrada de nuevas reservas. "Se paralizaron y llevamos cinco semanas sin nuevas reservas, por lo que las ocupaciones pueden rondar el 50% en enero y bajar hasta el 30% en febrero", señala.

Para Mañaricua, la ruptura de la unanimidad respecto a las normas sanitarias europeas para poder viajar ha sido determinante en esta caída. Desde el pasado mes de julio, el certificado digital europeo marcaba la pauta en la Unión Europea, pero con la llegada de ómicron los países comenzaron a aplicar más restricciones para tratar de contener su avance. "Romper esa seguridad ha hecho que mucha gente no quiera viajar y eso frena las reservas", ya que los pasajeros no saben qué normativas se aplicarán cuando llegue el momento de coger su vuelo.

Canarias ha sido la región más perjudicada por estos cambios, ya que es el único destino turístico europeo que se mantiene abierto durante la temporada de invierno. "El Gobierno central no ha tenido consideración con Canarias", según Mañaricua, al aplicar restricciones a los viajeros del Reino Unido, el mercado emisor de turistas más importante para el Archipiélago. Unas medidas que, sumadas a las que puso en marcha el Gobierno de Boris Jonhson en diciembre, exigiendo la presentación de un test negativo incluso a las personas vacunadas que volvían al país, dilapidaron las buenas previsiones del sector.

"Es un hecho, desde que bajan las restricciones para viajar suben las reservas", apunta Antonio Hormiga, presidente de la patronal hotelera de Fuerteventura, que cree que la campaña de Navidad no ha sido tan mala si se tiene en cuenta el número de cancelaciones que se produjeron a principios de diciembre. "Íbamos a tener una temporada mejor que la de 2019 y aunque estamos satisfechos después de lo que ha ocurrido, nos preocupa lo que pueda pasar en las próximas semanas", valora.

En la otra provincia, las previsiones de los hoteleros van en la misma línea. "Se han podido salvar los muebles en el 2021 respecto a lo que se esperaba, las cifras de cancelaciones fueron importantes, pero hemos cerrado las dos semanas de Navidad y Reyes prácticamente cerca de un 80% de ocupación", sostiene Jorge Marichal, un porcentaje que a pesar de ser bueno, "debería ser mucho mayor" si se compara con los de antes de la pandemia.

Marichal también coincide en que las próximas semanas serán más complicadas. "El mes de enero generalmente se hace cuesta arriba, pero este año mucho más", expone, debido a la cascada de cancelaciones. El sector espera que la sexta ola provocada por ómicron "baje rápidamente" para así poder enfrentar el mes de febrero con otra perspectiva, algo a lo que también ayudará la relajación de las medidas en el Reino Unido, que desde la semana pasada ha dejado de exigir esa prueba negativa a los vacunados y menores. "Que Londres haya relajado sus restricciones nos llena de confianza y si esto va acompañado de una bajada de los contagios podamos empezar a ver la luz al final del túnel", señala.

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