El temor a una guerra entre Rusia y Ucrania y a la alta inflación ha hecho presa de los inversores en este arranque de año y la sesión de este lunes ha sido un nuevo ejemplo de ello. Las bolsas mundiales han sufrido caídas notables ante las reiteradas advertencias estadounidenses de que una invasión rusa de su vecino del suroeste podría comenzar en cualquier momento. El Ibex 35, en consecuencia, ha bajado con fuerza un 2,55%, a los 8.573,8 puntos, con lo que entra en negativo en lo que va de año con un retroceso del 1,6%.

La caída del selectivo español ha estado en línea con la de los grandes índices europeos: el alemán (2,02%), el francés (2,27%), el británico (1,69%) y el italiano (2,04%). En la misma línea, el Eurostoxx 50, que reúne a las mayores empresas cotizadas del continente, ha bajado el 2,18%. Debido a su dependencia energética de Rusia y a su proximidad al área de conflicto, los mercados de valores de los países europeos han caído más que los de Estados Unidos, que al cierre de los mercados del viejo continente se movían entre las caídas moderadas (-0,5% el Dow Jones y -0,23% el Standard & Poor's 500) y las ligeras alzas (0,66% el Nasdaq). 

Las declaraciones del asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, durante el fin de semana han prendido la mecha del miedo en los inversores. "No podemos predecir con exactitud el día, pero llevamos un tiempo diciendo que estamos dentro de la ventana y la invasión, una acción militar grande, podría iniciarla Rusia en territorio de Ucrania cualquier día a partir de hoy. Eso incluye la semana próxima", afirmó en la CNN.

Posteriormente, el presidente estadounidense, Joe Biden, mantuvo una conversación telefónica con su homólogo ruso, Vladimir Putin, sin que se produjeran avances y en la que el primero advirtió al segundo de que una invasión de Ucrania tendría "rápidos y severos costes" para su país.

La tensión bélica ha tenido su reflejo en los mercados energéticos, ya que Rusia es uno de los mayores exportadores mundiales de petróleo y gas, en este último caso particularmente al norte de Europa, algo especialmente relevante en una época invernal como la actual. El barril de brent del Mar del Norte, de referencia en el continente, ha llegado a alcanzar durante la jornada los 96 dólares, su nivel más alto desde octubre de 2014, si bien posteriormente se ha replegado hasta rondar los 94 dólares.

Efecto en la inflación

Esta evolución del crudo liga el temor del mercado a una guerra en Ucrania a su otro gran miedo de los últimos meses, el que siente hacia una inflación en máximos en décadas que podría resultar más persistente de lo esperado y, por tanto, provocar un endurecimiento de la política monetaria por parte de los bancos centrales más rápida de lo deseable para apuntalar la recuperación económica.  

"La incertidumbre que generan los futuros procesos de subidas de tipos de interés y el riesgo geopolítico existente como consecuencia de la tensión entre Rusia y Ucrania mantienen a los inversores a la expectativa. La sesión de resultados empresariales está siendo buena, pero en el entorno actual no es suficiente: las expectativas son de moderación en el crecimiento futuro", han apuntado los analistas de Portocolom. 

Algunos expertos estiman que una guerra en Ucrania podría llevar el petróleo hasta rondar los 120 dólares, lo que a su vez tiraría al alza del precio del gas, ya que ambos están vinculados. "Los precios futuros actuales sugieren que el precio del gas bajará casi un 50% en un año. Sin embargo, aparte de los efectos meteorológicos, el aumento de las tensiones geopolíticas y, en particular, las tensiones entre Rusia y Ucrania pueden mantener los precios del gas en niveles elevados o incluso aumentarlos", ha afirmado Martin Wolburg, economista senior de Generali Investments Partners.