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Canarias aspira al despegue definitivo de su industria con los fondos de la UE

Gobierno canario y patronales fijan las seis líneas a desarrollar con los millones del Next Generation

Aerogenerador marino en pruebas de la empresa Esteyco. ANDRÉS CRUZ

Las dos patronales del Archipiélago y el Gobierno autonómico han dibujado las seis líneas que han de transitar los fondos Next Generation para garantizar su aprovechamiento en pos de garantizar una mejoría en el contexto socioeconómico de las Islas. El desarrollo de nuevas tecnologías limpias para la obtención de energía, como la eólica off shore flotante, es uno de los grandes retos. Colocar a las Islas en el centro mundial de ese tablero supondría un espaldarazo definitivo para el despegue del sector industrial.

Por el tamaño y la fragmentación de su territorio, y un alto nivel de protección ambiental, Canarias nunca tendrá una actividad industrial al modo en que se desarrolla en el continente. Es más, intentar equipararse laminaría su atractivo natural, principal activo de la actividad turística, eje de su producto interior bruto (PIB).

Sin embargo, en un mundo en constante cambio y en busca del desarrollo de herramientas capaces de contribuir a la preservación del planeta, las Islas tienen mucho que ofrecer. El océano que las rodea se convierte en un banco de pruebas para llevar el aprovechamiento del viento, las mareas o el oleaje a cotas de competitividad que les permita integrarse en el mercado de generación eléctrica.

Turismo, transporte aéreo y marítimo, y energía tienen en las Islas un escenario para la investigación

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Es ese escenario uno de los que pueden albergar el salto adelante de la industria canaria. No es baladí, tal y como señala el presidente de la Confederación Canaria de Empresarios (CCE), Agustín Manrique de Lara: «Eso nos permitiría contar con salarios medios más elevados que los actuales». 

Demandar mano de obra con un nivel formativo específico significa pagar más. El valor añadido que aporta un trabajador del sector industrial es mayor que el de quienes desarrollan su labor en el de servicios. Este último es el que tiene mayor tamaño en el Archipiélago, precisamente de la mano del turismo, y con gran ventaja con respecto a los restantes.

Para que todos los países miembros, incluidos los frugales, terminaran por dar su brazo a torcer de cara a la aprobación de los fondos para la recuperación tras la crisis del covid, Bruselas puso condiciones. Entre ellas, el dinero del Next Generation –a Canarias pueden llegar hasta 1.800 millones de euros– debe servir para construir un mundo mejor.

Tras emplear esa suma en los proyectos que merezcan la atención de las instituciones, los territorios tienen que ser más sostenibles y sus ciudadanos contar con un abanico más amplio de posibilidades de cara a desarrollar sus proyectos de vida. La diversificación económica, que en las Islas se ha ganado el nombre de mantra de tanto nombrarla, tiene ahora un lecho sobre el que reposar para convertirse en realidad.

«Conscientes de que el futuro no se construye con acciones cortoplacistas, Gobierno y empresarios apuestan por seis líneas estratégicas (...) sobre las que focalizar la asignación de esas ayudas», reza el entendimiento hecho público entre los empresarios y el Ejecutivo. Los ejes son: turismo digital, liderazgo del sector naval en el Atlántico Medio, sector audiovisual, economía azul, sector aeronáutico y descarbonización de los sectores turístico e industrial.

Que nadie se llame a engaño. El giro que proponen no se notará en absoluto hasta dentro de al menos cinco años. Y la implantación de los nuevos modos de hacer siempre viajará en paralelo con los existentes hasta la fecha. Es decir, ni un paso atrás en el negocio alojativo, porque, como sostiene Manrique de Lara en referencia a la pandemia de covid, «ya se ha visto lo que ocurre cuando el turismo se viene abajo».

La importancia de los datos

Ahora bien, como los fondos no pueden servir para mantener una línea continuista, el objetivo es aumentar la competitividad del destino, ya en la primera línea mundial, a base de nuevos ingredientes. ¿Cuáles? «El dato» es el primero que nombra el presidente de la CCE. El big data está llamado a mejorar la rentabilidad del negocio mediante el incremento del nivel del servicio que propiciará el conocimiento de la clientela. 

«Todo lo que suponga crear economía digital de manera transversal», explica el representante empresarial, acercará la consecución del objetivo final. Si eso se conjuga con el desarrollo de las nuevas fuentes para la obtención de energía capaces de llevar a cero la huella de carbono y con la mejora de la salud del entorno mediante, entre otras cuestiones, una modernización de la gestión de residuos, el giro comenzará a merecer el calificativo de copernicano.

Los empresarios aluden a la colaboración público-privada y exigen agilidad

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Se trata, según detalla el comunicado, de «construir un futuro estable para las próximas generaciones, en términos de actividad económica y empleo». Y eso pasa también por mantener el nivel en las infraestructuras portuarias, llamadas a dar servicio a buques cada vez de mayor tamaño, y que también tienen en el análisis de datos una herramienta sobre la que apoyar el salto que han de dar. Algo común, en parte, al transporte aéreo, también necesitado de innovación y que tiene en las Islas un buen banco de pruebas.

Junto a la modernización de actividades históricamente anejas al Archipiélago, se sitúa la consolidación de otras que emergen en los últimos años. Por ejemplo, el sector audiovisual, que ha disfrutado de un ascenso acelerado pero ahora necesita formar profesionales y contar con mejores infraestructuras de cara a atraer producciones de mayor tamaño.

La colaboración público-privada debe ser la palanca para aprovechar los fondos. Eso sí, sin olvidar «crear mecanismos ágiles, porque la UE ha puesto unos plazos», señala Manrique de Lara.

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