El Santander ha anunciado este jueves, como se esperaba, un segundo dividendo en efectivo con cargo a los resultados de 2021 de 0,0515 euros por acción que pagará el 2 de mayo, así como un segundo programa de recompra de acciones. Ambas iniciativas suponen remunerar a los accionistas con unos 1.730 millones de euros (865 millones por cada medida), que se suman a los 1.680 millones con que los retribuyó el pasado otoño mediante un dividendo de 0,048 euros y una recompra de títulos de 841 millones. Además, la entidad ha decidido que el consejero delegado, José Antonio Álvarez, pase a depender directamente del consejo de administración y no de su presidenta, Ana Botín, en una medida destinada a satisfacer al Banco Central Europeo (BCE) pero con limitados efectos en la práctica.

La rentabilidad por dividendo de 2021 se situará en el 7%, tras el 0,86% de 2020 (año en que registró pérdidas multimillonarias) y el 5,39% de 2019 (el resultado del año pasado estuvo un 25% por encima del de aquel último ejercicio prepandemia). El grupo, así, ha vuelto al dividendo anual de 0,1 euros por acción que pagó entre 2015 y 2019 y que en 2020 se vio obligado a rebajar a 0,0275 euros por las limitaciones impuestas por el BCE a toda la banca de la zona euro para combatir los efectos económicos del covid. Además, se ha sumado a la creciente tendencia en el sector a recomprar acciones, una fórmula alternativa de retribuir a los propietarios al elevar el valor del resto de títulos. El banco, de hecho, va a pedir autorización a su junta de accionistas del próximo 1 de abril para amortizar hasta un 10% del capital social para dejarse las puertas abiertas a nuevas recompras en el futuro.

Los 3.410 millones que repartirá el banco (unos 2.025 millones a inversores profesionales, 1.350 millones a particulares y 35 millones a los consejeros) suponen destinar a los accionistas en torno al 40% de su resultado del año pasado. Se trata de un porcentaje menor al de otros de sus competidores en España, pese a que el Santander cerró el año pasado con los mayores beneficios desde 2011. "Somos un banco diferente, no similar a ninguno de Europa. Generamos crecimiento orgánico y el crecimiento requiere capital. Podríamos devolver más capital a los accionistas, pero no podemos cortar el crecimiento. Si no tuviéramos alternativa, como no tienen otros competidores en Europa, devolveríamos más capital", defendió hace unas semanas Botín.

Cambio organizativo

La decisión de que el consejero delegado pase a depender del consejo, por su parte, responde a la preferencia del BCE por el modelo de gobierno corporativo anglosajón para los bancos, en el que el presidente tiene funciones representativas y de control de los directivos y el consejero delegado reúne todas las tareas ejecutivas y lleva el día a día de la entidad. El cambio aprobado por el Santander, eso sí, no se ajusta a ese esquema.

Botín, así, mantendrá las unidades que dependían de ella (estrategia, desarrollo corporativo y planificación financiera; secretaría general; comunicación, marketing corporativo y estudios; presidencia y banca responsable; talento; y Santander Universidades). Además, les suma las dos filiales en las que el banco espera crecer más el futuro: Digital Consumer Bank (la fusión de su unidad de crédito al consumo y del banco digital OpenBank) y PagoNxt (servicios de pago para comercios, consumidores y comercio internacional).

Álvarez, por su parte, mantiene las unidades de negocio y las direcciones financiera; de intervención general; tecnología y operaciones; costes; y recursos humanos, además de la unidad de reestructuraciones de deuda y participaciones en otras empresas. Por su parte, las áreas de auditoría interna; gestión de riesgos; y cumplimiento normativo y conducta siguen dependiendo directamente del consejo. El Santander, asimismo, ha anunciado el nombramiento del exdirectivo de Deloitte Germán de la Fuente como consejero independiente en sustitución del portugués Álvaro de Souza.