El sector energético europeo empieza a dar carpetazo a sus lazos con el Kremlin tras el inicio de la guerra en Ucrania. La petrolera británica Shell ha decidido romper sus empresas conjuntas (joint venture) con la rusa Gazprom valoradas en alrededor de 3.000 millones de dólares a finales de año (2.674,62 millones de euros al cambio actual), según la compañía. Es la segunda petrolera europea en eliminar a sus acuerdos con los grandes empresas de los hidrocarburos rusas tras BP, que anunció un día antes la venta del 19,75% de la petrolera estatal rusa Rosneft.

La decisión de Shell incluye su participación del 27,5% en la instalación de gas natural licuado Sakhalin-II, su participación del 50% en Salym Petroleum Development y la empresa de energía Gydan, que compartían al 50%. Además, Shell también pretende poner fin a su participación en el proyecto del gasoducto Nord Stream 2.

La británica es una de las cinco empresas energéticas que proporcionan financiación y garantías con una participación del 10%, valorada en alrededor de 1.000 millones de euros. El Nord Stream 2, que pretende conectar Rusia con Alemania con el objetivo de duplicar la carga de gas del Nord Stream 1, está parado desde hace una semana como sanción por parte de Alemania a las amenazas rusas de invasión de Ucrania.

“Estamos conmocionados por la pérdida de vidas en Ucrania, que lamentamos, como resultado de un acto de agresión militar sin sentido que amenaza la seguridad europea”, ha expresado el consejero delegado de Shell, Ben van Beurden, en un comunicado. “Nuestra decisión de salir es una que tomamos con convicción”, ha añadido van Beurden. “No podemos, y no lo haremos, quedarnos de brazos cruzados. Nuestro foco inmediato es la seguridad de nuestra gente en Ucrania y apoyar a nuestra gente en Rusia. En conversaciones con gobiernos de todo el mundo, también trabajaremos en las implicaciones comerciales detalladas, incluida la importancia de asegurar el suministro de energía a Europa y otros mercados, en cumplimiento de las sanciones pertinentes”.

La compañía ha añadido que la estrategia y el marco financiero 'Powering Progress' de Shell permanecerá sin cambios. En este sentido, el grupo ha reiterado su política de dividendos y la intención de distribuir entre el 20% y el 30% de flujo de caja operativo a los accionistas en forma de dividendos y recompras de acciones. Shell lanzará un programa de recompra de acciones de 8.500 millones de dólares (7.580 millones de euros) para la primera mitad de 2022, y espera aumentar el dividendo por acción en un 4% para el primer trimestre de 2022.