El Mobile World Congress (MWC) se ha despedido este jueves con un claro mensaje de recuperación. El congreso tecnológico celebrado esta semana entre Barcelona y l'Hospitalet de Llobregat ha superado todas las expectativas y ha acogido a más de 60.000 asistentes procedentes de 200 países, una cifra que a pesar de quedar lejos de la era prepandémica evidencia una tendencia al alza tras dos años de mayor afectación por la crisis sanitaria del covid. "Ha sido emocionante volver a reunir a nuestra comunidad, tan apasionada por la conectividad, para debatir sobre las oportunidades que tenemos por delante" ha afirmado John Hoffman, director general de la GSMA, organizadora de la feria.

Esa recuperación también se ha notado en los pasillos de la Gran Via de Fira de Barcelona, donde el Mobile ha ocupado siete de sus ocho pabellones, una ampliación notoria respecto al año pasado. En ellos han expuesto más de 1.900 empresas de hasta 160 países y solo las provenientes de potencias como China o Japón no han podido participar presencialmente debido a las restricciones a la movilidad impuestas en sus países por la pandemia.

En el arranque de esta edición, la organización estimó el impacto del congreso en el territorio en unos 240 millones de euros y en la creación de unos 6.700 empleos a tiempo parcial.

La progresión del Mobile como escaparate tecnológico mundial se vio truncada en 2020 con la irrupción del coronavirus, que forzó su cancelación. En la edición del año anterior, 2019, la feria había reunido a 109.000 personas, su récord histórico. Tras el golpe pandémico, GSMA optó en 2021 por un formato híbrido que permitió la participación de 30.000 asistentes.

Impulso a las start-ups

Si bien el año pasado el 4 Years From Now (4YFN) fue uno de los principales atractivos dentro del congreso (era la primera vez que se celebraba en las mismas instalaciones), el bullicio generalizado de gente en los siete pabellones que ha ocupado el Mobile de este año han convertido al salón de las start-ups en una atracción más. No por eso menos exitosa: el evento celebraba este año su octava edición, y en línea con el buen momento que vive el ecosistema barcelonés en particular y europeo en general, lo hacía con cifras ya similares a las de antes de la pandemia.

Han expuesto 600 empresas (un 80% de las que participaron en la edición del 2019), casi la mitad de fuera de España y en un espacio algo más grande incluso que el de entonces. En los cuatro días que ha estado en marcha el salón se han visto sobre todo start-ups desarrolladoras de ‘software’, y con soluciones para el sector de la salud, la movilidad o las ciudades inteligentes y la educación. El congreso ha puesto asimismo de manifiesto el apetito inversor y el hambre de financiación de las propias start-ups, que las empresas ‘unicornio’ –tecnológicas valoradas en más de mil millones de dólares—están en todos los radares y que los retos del tejido son más sociales que tecnológicos.

Se hablará bastante de humanismo tecnológico: de cuál es el propósito de la tecnología y de su impacto en la sociedad”, anticipaba días antes de arrancar, en una conversación con El Periódico, el director general del 4YFN, Pere Durán. “Cerramos un Mobile muy intenso, a la altura de las grandes ediciones, con dos protagonistas indiscutibles: la conectividad 5G y, sobre todo, la visión humanista de la tecnología”, ha coincidido el consejero delegado de la fundación Mobile World Capital, Carles Grau, en su balance de cierre.