Los canarios pagan el alquiler más alto con el sueldo más bajo del país

Los canarios son los españoles que más sufren los altos precios de los alquileres. En las Islas se combinan dos factores con mayor intensidad que en ninguna otra comunidad autónoma: salarios precarios y arrendamientos por las nubes. Los isleños cobran sueldos tan exiguos como los de los extremeños pero pagan casi el doble por el recibo de la vivienda. En otras palabras: el canario cobra como el extremeño pero paga más alquiler que un navarro.

El precio medio de los alquileres llega en el Archipiélago a 799 euros mensuales, según el informe sobre el Mercado residencial en España 2021/2022 de la firma inmobiliaria Servihabitat. No se trata del precio medio para una casa de gran tamaño o con algún componente de cierto lujo, sino el de la vivienda tipo, es decir, esa de entre 80 y 90 metros cuadrados de superficie. ¿Y es mucho o poco? Más bien muchísimo, máxime si esos prácticamente 800 euros se ponderan en función de los, por lo general, bajos ingresos de los ciudadanos y las familias de la región. Para hacerse una idea de hasta qué punto son caros los arrendamientos en las Islas basta con apuntar que solo son superiores en cuatro Comunidades Autónomas: la Comunidad de Madrid, donde el alquiler medio mensual es de 1.061 euros; Cataluña, 1.022 euros; País Vasco, 999 euros; y Baleares, 928 euros. Así que el mercado inmobiliario canario se codea con los más exclusivos del país. El problema, en términos de ingresos y salarios, es que los canarios no pueden codearse, ni de lejos, con madrileños, catalanes y vascos. Ni siquiera con los baleares.

El sueldo medio en las Islas, de acuerdo con los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), es de 1.775,7 euros mensuales. Ojo, euros brutos, con lo que a esa cantidad hay que restarle al menos las retenciones y la cotización a la Seguridad Social. Es el segundo salario medio más bajo de España, solo por delante del que perciben los extremeños, aunque la diferencia es mínima, de solo 15 euros. Sin embargo, mientras que los canarios pagan por el alquiler esa media de 799 euros mensuales, los extremeños abonan 440 euros, cerca de la mitad. Los andaluces también soportan sueldos bajos y arrendamientos altos, pero ni los salarios son tan bajos como en el Archipiélago (la nómina media en Andalucía es de 1.837,3 euros) ni los alquileres tan altos (668 euros). Madrileños y catalanes sí pagan más por el arrendamiento de su piso o casa, más de mil euros de media, pero claro, el sueldo en sus regiones es de 2.350,2 y de 2.158,1 euros mensuales. A años luz del de las Islas.

De hecho, el alquiler medio equivale en Canarias al 45% del salario medio bruto, a prácticamente la mitad. Si a esos 1.775,7 euros se les resta el 35% que, aproximadamente, se va en el pago de las retenciones, las cotizaciones sociales, el Fogasa y demás, resulta que el sueldo neto medio se queda en el Archipiélago en unos 1.155 euros. Unos ingresos con los que resulta a todas luces imposible abonar un recibo mensual de casi 800 euros. Apenas quedarían 355 euros para sobrevivir al mes.

Pero la comparación que más llama la atención es con la Comunidad Foral de Navarra. Los ciudadanos navarros cobran al mes una media de 2.209,2 euros brutos, 433,5 euros más que los canarios, y el alquiler medio es de 731 euros, 68 euros menos que en el Archipiélago.

Una de las causas de esta situación es el turismo, como evidencia el hecho de que Baleares, la otra gran región turística española, también sufra un mercado inmobiliario desbocado. Muchas viviendas destinadas para el alquiler residencial o de larga estancia se pasaron al negocio del arrendamiento turístico, con lo que la oferta para los residentes se redujo aún más y los precios se incrementaron. Parte de esas viviendas ha vuelto al mercado residencial por la crisis turística causada por el coronavirus, pero se irá de nuevo al alquiler vacacional en cuanto los turistas vuelvan en masa a Canarias. Otro gran factor causante de la carestía de la vivienda en las Islas es la inexistente promoción pública. Casi no ha habido nuevas casas de titularidad pública para alquiler en las dos últimas décadas, algo que también ha reducido la oferta. Y mientras la oferta se reduce, la demanda no deja de crecer, ya que la población de las Islas se ha incrementado sin cesar incluso en los períodos de crisis económica.

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