Al coro de sectores que alertan de problemas en la recepción de materias primas y en la distribución de sus productos a causa del paro de transportistas, que este miércoles llega a su décimo día, se suma ahora el del vino. En un comunicado, la Federación Española del Vino (FEV), la patronal bodeguera, califica de “tormenta perfecta” la combinación de la huelga con la guerra de Ucrania y la subida de precios de la energía, y pide al Gobierno “contundencia y rapidez” para adoptar medidas que propicien soluciones.

En el caso del vino, los problemas principales son “abastecerse de material auxiliar, especialmente de vidrio y otros elementos, pero también de poder distribuir el vino a sus clientes”, explica FEV. La cuestión del vidrio es especialmente apremiante, aseguran, porque tras bajar el ritmo de producción durante la pandemia, “los hornos no han podido satisfacer plenamente la rápida reactivación de la demanda y ahora la huelga de transporte está complicando si cabe más la situación”, lo que puede producir un parón en las fábricas de botellas, y esto a su vez complicaría a las bodegas “hacer llegar sus productos a los canales de venta y atender a los pedidos internacionales”.

El bloqueo del transporte, dice FEV, se suma a una situación ya preocupante por “el constante incremento del precio de la energía, [que] está provocando no solo un importante aumento de los costes de producción en las bodegas sino también en el aprovisionamiento de material auxiliar, con subidas difícilmente asumibles en el medio plazo”.

El director general de FEV, una organización integrada en la gran patronal alimentaria FIAB, pide a Gobierno y transportistas llegar a un acuerdo cuanto antes y, sobre todo, acabar con los piquetes y acciones violentas que están perturbando el aprovisionamiento de las empresas y el abastecimiento de los comercios. Según José Luis Benítez, “es preciso actuar con contundencia y rapidez para evitar que se deteriore aún más la situación”.