Han pasado casi dos años desde que el coronavirus de Wuhan condujera a una indeseada hibernación al corazón de la economía canaria. Desde entonces, el turismo ha intentado, con éxito diferente y siempre frenado por nuevos brotes, renacer de sus cenizas. Las medidas sanitarias parecen dar por fin el deseado fruto, las previsiones sitúan la ocupación de la planta alojativa por encima del 70% y la oferta de plazas aéreas es un 12% superior a la que se puso en el mercado en estas mismas fechas festivas del curso 2019.
«Con toda la prudencia» es la frase que más repiten en los últimos años los actores turísticos, tanto públicos como privados. El próximo fin de la obligatoriedad de hacer uso de la mascarilla en interiores da pistas sobre el grado de confianza que puede tenerse en la llegada de la ansiada normalidad. A pesar de los serios golpes recibidos, el desempeño institucional, con la Consejería de Turismo del Gobierno de Canarias como gran exponente, y de los empresarios ha servido para reforzar la buena imagen internacional que ya tenía el destino.
«Algo habremos hecho bien», expone la titular del departamento, Yaiza Castilla. Lo afirma después de mantener reuniones al más alto nivel con compañías aéreas como Ryanair o gigantes de la turoperación como TUI. Ambas compañías tienen al Archipiélago apuntado con letras doradas en sus estrategias de renacimiento y son solo dos ejemplos de una tendencia que se muestra diáfana.
Las medidas adoptadas en los últimos dos años refuerzan la imagen del destino
Tras el último acto, la sexta ola (ómicron), del drama continuo al que se ha enfrentado el turismo desde marzo de 2020, los meses de febrero y marzo ya han revelado la solidez de la demanda. «Los europeos están acostumbrados a viajar», afirma la consejera de Turismo del Gobierno de Canarias. Estos días festivos suponen la reválida para la constatación de que el negocio alojativo vuelve a la buena senda; «un reto importantísimo», en palabras del presidente de la patronal alojativa de la provincia de Santa Cruz de Tenerife (Ashotel), Jorge Marichal.
El 70% de ocupación esperado para la Semana Santa entendida en sentido amplio –desde hoy hasta el Lunes de Pascua– puede elevarse hasta el 80% en los días más señalados, entre el jueves y el domingo próximos. Quedará espacio para que el «cliente canario, como ha hecho siempre», incidía hace unos días el presidente de la Federación de Empresarios de Hostelería y Turismo de Las Palmas, (FEHT), José María Mañaricua, complete las plazas que queden libres. Las navieras han dispuesto 955.334 butacas para desplazarse entre islas, volumen que supera en un 9,8% al de 2019.
El sector sabe que no va a llegar al nivel de hace tres años, pero firma quedarse tres o cuatro puntos por debajo. Tampoco es momento de establecer comparaciones con las mejores épocas y menos si se atiende al incremento de la contratación, que multiplicará por más de dos los efectivos dispuestos en este momento. Además, basta con recordar que hace un año estaban cerrados «siete de cada diez hoteles», tal y como explica el presidente de la FEHT.
Avance intenso
Un paseo por las zonas turísticas basta para darse cuenta de que la recuperación ha entrado en una fase de avance intenso. Se han puesto a la venta 166.236 billetes para llegar al Archipiélago desde Reino Unido, solo un 2% menos que en la última Semana Santa libre de covid. Los alemanes tienen a su disposición 96.933 butacas, que son un 6% más que entonces.
También los peninsulares cuentan con más posibilidades de llegar a las Islas en estas fechas Los 168.199 asientos puestos a la venta, superan en un 20% al primer precedente comparable, según los datos del Departamento de Investigación y Conectividad de la pública Promotur.
Solo los escandinavos pinchan, como lo han hecho durante toda la temporada alta que ahora finaliza. Los suecos pierden el 41% de las plazas de las que dispusieron en la Semana Santa de 2019; los noruegos, el 36%, y los finlandeses, el 28%. Recuperar la conectividad en estos mercados no va a ser fácil tras los graves problemas que arrastra la compañía aérea Norwegian.
Solo los escandinavos pinchan, como lo han hecho durante toda la temporada alta
Sin embargo, ese reto no resulta tan importante como el de lograr proteger al sector de las incertidumbres que lo amenazan en los últimos meses. La escalada de precios que se venía produciendo desde el verano pasado se ha visto agravada por la invasión de Rusia a Ucrania y las consiguientes y sucesivas sanciones económicas impuestas por Occidente a Moscú.
Hasta el momento no ha habido una traslación al precio final que paga el cliente, tal y como señaló en días pasados el CEO del Grupo TUI, Fritz Joussen, en una entrevista concedida a este periódico. Sin embargo, esta contención no podrá sostenerse ad aeternum, Castilla afirma que esta situación «se está monitorizando» de manera continua.
Entre las cuestiones que la pandemia ha cambiado de manera drástica está el tiempo con el que se contratan los viajes. Tantos cierres sobrevenidos en diferentes lugares y los problemas para retornar a casa que se derivaron de ellos, han hecho crecer el porcentaje de viajeros que esperan al último momento.
El CEO de TUI confirma que este año no habrá ofertas de última hora
Joussen sí admitió en la misma entrevista que no habrá lugar para esas ofertas de última hora por las que esperaba un 34% de la clientela. Es precisamente este segmento de mercado el que cuentan con más papeletas de enfrentarse a una repentina y drástica traslación de la inflación a los precios turísticos que aún no se ha producido.
El sector, además, valora mucho la posibilidad de poder trabajar con previsión y Yaiza Castilla lanza una idea a tener en cuenta en los próximos meses: «Incentivar esas compras adelantadas» a las que tan reticentes se muestran los potenciales visitantes desde hace dos años.
El peligro de la guerra
Cuando se pregunta por la influencia que el ataque lanzado por Vladimir Putin contra la vecina Ucrania puede tener para el resurgimiento de la actividad turística no es fácil arrancar alguna conclusión. La barbarie que destapa la retirada de las tropas rusas coloca por delante el deseo de ver finalizar cuanto antes la guerra. Desde el ámbito más académico sí existen voces que han apuntado la fortaleza que presenta Canarias frente a competidores como Egipto o Turquía. La seguridad es uno de los factores que más valoran (52%) los turistas que llegan el Archipiélago. Solo el clima (78%) se sitúa por encima. Las Islas, además, se sitúan lejos del área del conflicto. Ahora bien, José María Mañaricua introduce el factor psicológico como cuestión a tener en cuenta. Una parte de la población opta por no moverse de casa cuando hay una guerra relativamente cerca y el presidente de la FEHT asegura que el ritmo de las reservas ha caído con fuerza desde que Rusia violó la frontera. | J. G. H.
