La gran industria española lleva meses sufriendo muy directamente el golpe de la subida desorbitada de los precios energéticos y reclamando medidas urgentes para frenar las subidas. Los grandes consumidores industriales de electricidad han sido en las últimos meses defensores a ultranza de intervenir el mercado eléctrico para desvincularlo de la escalada del precio del gas, como acaba de aprobar el Gobierno.

Pero con la medida ya aprobada por el Consejo de Ministros, y a la espera del ok definitivo de la Comisión Europea, la gran industria alerta de un efecto perverso para sus intereses tal y como está diseñado el mecanismo que pone un tope al precio del gas que se utiliza para producir electricidad.

Y es que la compensación milmillonaria que habrá que pagar a las centrales de gas por el tope fijado por el Gobierno la asumirán parte de los consumidores españoles y portugueses, pero no los franceses. Así que la gran industria gala se beneficiará del mejor precio de la electricidad producida en España que se exporte al mercado francés, pero no asumirá el coste adicional por el ajuste que sí lo harán los grupos industriales españoles.

La Asociación Española de Empresas de Gran Consumo de Energía (AEGE) reclama al Gobierno y a la Comisión Europea una reforma de este aspecto del mecanismo “para que no financiemos a Francia y salgan sus consumidores beneficiados”. “De no solventarse esta cuestión supondría un daño irremediable a la competitividad de las industrias españolas”, denuncia la patronal electrointensiva, en la que se integran gigantes como ArcelorMittal, Acerinox, Sidenor, Sener, Ferroatlántica o Tubos Reunidos.

El Gobierno aprobó la pasada semana su plan para poner un tope al precio del gas que se utiliza para generar electricidad y conseguir con ello contener las subidas del recibo de la luz de millones de hogares y empresas. Poniendo un precio máximo al gas que se utiliza para producir electricidad (de 48,8 euros por MWh de media durante un año, frente a los 80 euros de los últimos meses) se conseguirá rebajar la cotización del conjunto del mercado eléctrico.

Pero se seguirá pagando a su precio real (y alto) la electricidad que se produzca con centrales de gas, que reflejarán en sus costes de generación los precios elevados del gas natural. Así que a las compañías eléctricas con centrales de gas hay que pagarles una suerte de compensación, esa diferencia de precio para que se cubran sus costes reales, que se prevé pueda alcanzar entre los 4.000 y los 6.000 millones durante el próximo año.

El coste adicional de la producción eléctrica de las centrales de gas lo asumirán sólo los consumidores españoles y portugueses que se beneficien directamente del descenso del precio del mercado mayorista. De manera inmediata, el sobrecoste de las centrales de gas se repercutirá en las comercializadoras que ofrecen la tarifa regulada y lo trasladarán a sus clientes, y en los clientes industriales que compren directamente en el mercado. Y de manera progresiva se irá transmitiendo también a los clientes del mercado libre que vayan actualizando las condiciones de sus tarifas durante los próximos 12 meses.

Los consumidores franceses no tendrán que asumir el coste de esa compensación, pero sí se beneficiarán del menor precio de la electricidad que España exporte al mercado galo. El Gobierno sí ha establecido que las rentas de congestión que se obtienen por el uso de las interconexiones internacionales entre España y Francia se destinarán a financiar el coste del nuevo mecanismo de ajuste del precio del gas, y parte de esos ingresos lo pagan las comercializadoras franceses que compran la electricidad a través de la interconexión.

El real decreto aprobada por el Gobierno “genera incertidumbres que dificultan la estimación de su impacto”, advierte de la patronal de las industrias electrointensivas. “No se conoce con precisión la demanda que pagará la compensación al gas por el ajuste, al no saber qué volumen de los contratos de suministro a precio fijo se renovarán desde junio y cuánto incrementarán la demanda financiará los ajustes, ni tampoco el impacto en las rentas de congestión de la interconexión eléctrica con Francia”, se queja AEGE.

Según los cálculos preliminares de la asociación de la gran industria, si este año la producción térmica es la de 2021 (ciclos combinados, 37,58 teravatios hora, TWh; carbón, 4,94 TWh; cogeneración, 26 TWh, total 68,52 TWh) y siendo la cogeneración sin marco regulado de retribución de 4 TWh, habría que compensar una producción de 46,52 TWh/año, con un impacto en los próximos doce meses de unos 4.100 millones de euros para aplicar el ajuste al precio del gas para bajar la luz. Otras fuentes del sector eléctrico elevan ese impacto a entre 5.000 y 6.000 millones de euros.