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Natalia de Santiago Ingeniera / Autora del libro ‘Invierte con poco’

«El impacto de los impuestos verdes tendrá consecuencias en Canarias»

Natalia de Santiago es ingeniera de perfil financiero que trabaja en la actualidad en Alemania. La Provincia

«El ahorrador está condenado a convertirse en inversor». Esa es la piedra angular sobre la que Natalia de Santiago, una ingeniera de perfil financiero que trabaja en Alemania, organiza el contenido de ‘Invierte con poco’. La madrileña, madre de cinco hijas, dice que no es un manual del buen inversor sino un «recetario» elaborado con un criterio económico para hacer frente a un ciclo bastante complejo. 

¿Cómo se vive este ciclo económico en Alemania?

Pues igual de crudo que en Canarias. Con muchas dudas y pocas soluciones a corto y medio plazo. Esta vez el hecho de ser una zona continental y la distancia que nos separa no es una ventaja.

¿Hay una fórmula mágica para invertir con poco?

Las recetas milagrosas, de esas de adelgazar sin comer, no existen en economía [sonríe]... No todo lo que se cuenta en los manuales del buen gestor o inversor es verdad. Hay demasiada fanfarronería. Lo de las ganancias en bitcóins está, pero la parte mala no aparece por ningún lado. En lugar de fórmulas mágicas yo prefiero hablar de buen criterio para rentabilizar mi dinero.

¿Ese buen criterio aparece reflejado en Invierte con poco?

Este es un libro divulgativo de perfil financiero para todos los públicos, también para la gente de letras [ríe]... Lo que busco es que la persona que lo lea se plantee si tiene o no las herramientas para empezar a invertir. Eso sí, actuando con criterio y tomando las decisiones adecuadas. Con los niveles de inflación que tenemos, los tipos tan bajos y unas pensiones en caída libre el ahorrador está condenado a convertirse en inversor.

¿Tenemos que aprender a invertir?

No hay otra alternativa, pero el problema es que no nos han educado para ello, es decir, que no disponemos de unos conocimientos básicos de cómo tenemos que hacerlo, qué cosas debemos vigilar, cuáles son las precauciones que debemos tener en cuenta... Este libro intenta cubrir un poco esas lagunas –Natalia de Santiago es la autora de Invierte en ti–, aunque al final todo depende de una decisión que hay que tomar analizando de una manera global los elementos que están sobre la mesa.

¿Se puede ser valiente en medio de un escenario tan frágil?

Ha ocurrido lo de siempre, que no salíamos de una y nos ha caído la siguiente encima... La economía española se estaba recuperando un poquito en 2021, es verdad que algo más lento que en otros países que no dependen tanto del turismo y que recibieron un buen palo con la pandemia, y en un abrir y cerrar de ojos nos encontramos con una guerra que ha agravado los problemas de cuello de botella que ya estábamos sufriendo antes del conflicto bélico en la organización de la cadena de suministros.

Pero este resbalón está encadenado con otros que no auguran una rápida recuperación.

Eso es así porque la crisis que se centran en las materia primas (cereales, gas y otras energías) multiplican a lo bestia las pérdidas. Si a eso le añadimos que el margen de maniobra derivado de la guerra en Ucrania es menor, lo normal es que tardemos mucho más en recuperar la normalidad. El porcentaje de endeudamiento de los países va a seguir creciendo y cada vez será más complicado encontrar un paquete de ayudas que nos vuelva a salvar la vida. Si la economía no respira entre crisis y crisis lo normal es que acabemos asfixiados. No quiero ser muy pesimista, pero hay que pedir un tiempo muerto para empezar a reorganizar el modelo económico con el que tendremos que aprender a vivir dentro de cinco o diez años.

El 44% de inflación acumulada en España en los últimos 20 años no hay cuerpo, en este caso país, que lo resista.

Y en ese porcentaje se incluyen los años en los que ha habido poquísima inflación. Por ejemplo, en ese acumulado (2021-2021) no está el 7 u 8% que tenemos en 2022 y eso se nota una barbaridad en la capacidad de ahorro de los españoles.

De todas formas, en general, los españoles nunca hemos destacado por ser buenos ahorradores.

Eso es cierto, pero la pandemia ha sido un buen campo de pruebas para cambiar el chip. Lógicamente, a la gente que le pegó duro no tuvo capacidad para ahorrar pero algo sucedió tras la crisis sanitaria que nos hizo ser más precavidos o menos «manos rotas» con el balance de nuestros ingresos y gastos. España no tiene una cultura de ahorro a largo plazo y solo lo hacemos en el momento en el que nos llevamos un gran susto. Sobre todo, el día que nos llega a casa una carta de Hacienda. ¡Ufff, eso duele!

«Si la economía no respira entre crisis y crisis lo normal es que todos acabemos asfixiados»

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¿El ahorro a largo plazo no está en nuestro ADN?

No, el llamado ahorro de previsión no es algo que se haya practicado en exceso en España. Lo invertimos todo en la vivienda, ésta subía como la espuma, la proporción de las pensiones cubría bien nuestros gastos y los pocos ahorros que se tenían en un depósito garantizaban un interés decente y ya está... No había que hacer mucho más, pero el escenario al que nos enfrentamos es diferente y ahora sí necesitamos generar esa capacidad de ahorro a corto y medio plazo.

¿Tener el dinero guardado en el banco ya no es un riesgo cero?

De riesgo cero nada... Creemos que es un depósito seguro, pero en realidad va disminuyendo con el cobro de comisiones y por la inflación. Si ésta en 20 años te quita un 44% eso es una pasta, ¿no?

No nos lo está pintando nada bien...

...Es que si a usted le quedan 20 años para la jubilación generar un depósito fijo en un banco no es la mejor opción.

¿Un consejo sencillo para hacer una primera inversión?

No invierta el dinero que vaya a tener que utilizar para comer en los próximos meses. Si tiene algo guardado para unas vacaciones a Disney o un viaje de placer, ese es el fondo que puede usar para una primera inversión.

¿Apostar por el bitcóin es una buena opción?

Esa es la pregunta del millón... A ver, bitcóin y otros criptoactivos son unas operaciones de altísimo riesgo. Son un tipo de activos novedosos que han venido para quedarse y, seguro, que van a proporcionar muchos éxitos financieros pero estamos en el principio de algo que no sabemos aún cómo va a evolucionar. Sé que llevamos tiempo hablando de bitcóins, pero hay que ir con cautela. Ya le adelanto que muchos lograrán estabilizarse y otros acabarán en la basura. Ese es el proceso natural de las startup ¿Cuántos negocios de internet quebraron antes de su consolidación? Si se quiere subir a ese tren yo no le voy a decir que no lo haga, pero aún es pronto para invertir demasiado dinero en la compra de uno de esos billetes. Gaste lo que le cuesta unas copas o un par de cenas...

Hablando de billetes, últimamente se habla mucho de la regulación de los precios por los efectos de la tasa verde, algo que en el caso de Canarias nos coloca en una situación de desventaja.

De eso no le quepa ninguna duda. En los próximos meses van a pisar a fondo el pedal del acelerador de la transición ecológica para que en el futuro no dependamos tanto del gas de Rusia y de Argelia, así como de otras fuentes de energía igual de volátiles. Lo que está claro es que el impacto de los impuestos verdes tendrá sus consecuencias en Canarias. No será una medida heterogénea y no podemos dejar tiradas a regiones que tienen unas especificidades que les hace jugar con una clara desventaja con respecto a Europa continental. Habrá que ver los mecanismos de compensación para esas zonas porque hay que proteger a los más vulnerables. Primero nos tenemos que recuperar de la caídas acumuladas en los últimos años porque en el largo camino que aún nos espera corremos el riesgo de dejar a alguien tirado. Necesitamos oxígeno para respirar entre tantas crisis.

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