El mecanismo ideado por España y Portugal de acuerdo con la Unión Europea para poner un límite al precio del gas natural que se utiliza para generar electricidad busca en primera instancia rebajar el precio de la factura de la luz de los consumidores. Pero también reducir la inflación, que cerró mayo en el 8,9%, y se ha convertido en un gran monstruo en la habitación tras el comienzo de la guerra de Ucrania. Este tope permitirá rebajar la inflación en 0,5 puntos porcentuales este año, según el Banco de España; mientras desde el Gobierno apuntan a entre “ocho décimas o un punto", según indicó la vicepresidenta y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, esta semana en declaraciones a Onda Cero. 

En las proyecciones macroeconómicas, el Banco de España parte de un precio del gas entre junio de 2022 y mayo de 2023 de entre 70 y 80 euros por megavatio-hora (MWh), un nivel de generación con gas (ciclos combinados y carbón) "igual" al del año previo, un volumen de generación afectada por la demanda (esto es, de los consumidores) es del 46% y se incrementa en 4,9 puntos porcentuales cada mes y una diferencia de precios con Francia igual a la cuantía unitaria del mecanismo (que permita recaudar 300 millones de euros). Así, calcula que el mecanismo ibérico reducirá un 30% el precio mayorista de la electricidad y un 17% el precio de la factura regulada (PVPC). Teniendo en cuenta que la electricidad pesa alrededor de un 4% en la cesta del Índice armonizado de precios al consumo (IAPC), el mecanismo restaría aproximadamente 0,5 puntos porcentuales a la tasa de inflación media de 2022.

Mientras que, respecto al impacto sobre la inflación en 2023, prevé que su efecto sea "ligeramente positivo", de en torno a 0,1 puntos porcentuales porque "el impacto de la medida será cada vez menor durante la primera mitad de 2023" —a partir de diciembre el precio límite de 40 euros MWh se incrementa mensualmente en 5 euros MWh hasta mayo— y porque "en la segunda mitad de 2023 los precios de la electricidad compararán, gracias a la medida implementada, con niveles de precios más reducidos en el mismo período de 2022".

Si bien, el banco añade otras posibilidades de evolución de precios, generación con gas, volumen afectado por el límite y ventas a Francia que podrían hacer variar la influencia del mecanismo ibérico sobre la inflación media. Así, si los precios del gas son más elevados (en línea con el el mercado de referencia para Europa, el TTF holandés) el impacto alcanzaría los -0,7 puntos porcentuales en 2022. Si el diferencial de precios entre España y Francia fuera mayor al que se prevé, los ingresos podrían ascender a 2.000 millones de euros, lo cual reduciría la carga para los consumidores [el total que debe asumir España por la compensación del mecanismo es 6.300 millones, de los cuales 5.500 millones corresponderían a los clientes de luz y 800 millones a los ingresos por las ventas a Francia] y el impacto sobre la inflación media de 2022 se situaría en torno a los –0,6 puntos porcentuales.

Por último, si la generación afectada por la medida fuese un 20% superior a la asumida en el escenario base —por ejemplo, por una menor generación renovable— el impacto estimado se situaría en torno a –0,4 puntos porcentuales en 2022; mientras que si el porcentaje de la demanda peninsular que tendría que pagar los costes del mecanismo a partir de junio fuese del 35% (en lugar del 46% considerado en el escenario base), el impacto sobre la inflación promedio también supondría –0,4 puntos porcentuales.

En el caso de los cálculos del Gobierno, la vicepresidenta no desgranó de qué variables partían, pero en el documento con el que la Comisión Europea autoriza el mecanismo, pese a que no se incluyen estimaciones sobre la inflación, sí aparecen cálculos sobre cuánto se reducirá la factura que apuntan a un 15% en el caso de los clientes domésticos y entre el 18% y el 20% en el caso de los industriales. Para alcanzar estas cifras, el Ejecutivo parte de un precio de la luz de 96 euros MWh y unas ventas a Francia de alrededor de 800 millones de euros, mientras mantiene los mismos casos de nivel de generación (la misma que en el año móvil anterior) y volumen de generación afectada por la demanda (un 46% inicial que se eleve al 100% al final del periodo) que el Banco de España en su escenario base.