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Fernando Berge Presidente de Cajasiete

"La inflación es un empobrecimiento general de la ciudadanía"

El presidente de Cajasiete, Fernando Berge, en la oficina principal de la entidad en Las Palmas de Gran Canaria. José Carlos Guerra Mansito

Cajasiete cumple 60 años. Aparte de poder presumir de ser la única entidad canaria que ha resistido en solitario tras la crisis del sistema financiero de 2008, la cooperativa de crédito forma parte ya de la historia económica del Archipiélago. En una onomástica tan señalada, su presidente, Fernando Berge, revela por qué Cajasiete exhibe unas cuentas robustas y sanas, y advierte de los riesgos que se acercan.

¿A quién puede brindarse el hito de cumplir 60 años?

Muchas personas son responsables de haberlo logrado. Somos una cooperativa de crédito con 56.000 socios canarios, porque solo operamos en las Islas. En 1962 un grupo de agricultores y cooperativistas del sector agrario decidieron ponerlo en marcha y en aquella época no podíamos trabajar fuera de ese sector. Sin embargo, a lo largo de los años las circunstancias fueron cambiando y fuimos creciendo. Esa adaptación al contexto y la estabilidad, solo ha habido tres presidentes y tres directores generales en todo este tiempo, conforman una fórmula de éxito. La entidad siempre se ha mantenido saneada.

¿A pesar de las crisis?

Claro, en 60 años ha habido muchas crisis, la peor para nosotros fue la del año 1975-1976. Hasta 1980 o 1982 no logramos salir, hablo del país, de la alta inflación y una mala situación económica. Luego ya con la entrada de España en la Unión Europea (UE) se nos abrió la posibilidad de operar con cualquier sector y se nos equiparó al resto de la banca, tanto a nosotros como a las cajas de ahorro. Tuvimos que reinventar la entidad, porque no estábamos preparados para ese futuro. De nuevo la estabilidad resultó fundamental. El 70% del sector agrario está vinculado con nosotros desde siempre y se ha mantenido muy fiel y eso nos ha dado una base. Es verdad que se trata de una actividad económica que tiene un tamaño reducido y es difícil crecer solo de su mano. A partir de 1990 o 1992, nos dedicamos a abrirnos a toda la sociedad canaria, sobre todo a pymes, micropymes y familias.

Me llama la atención que mencione la crisis de los 70. ¿No fue peor la de 2008 cuando se tambaleó el sistema financiero?

Siempre hemos sido muy prudentes. No nos metimos de lleno en el sector inmobiliario, que fue el que más problemas generó, y la crisis nos pilló en una situación muy saneada. Veníamos de quince años de crecimiento continuo de la economía. Justo en 2007 decidimos abrir la primera oficina en Las Palmas y desde entonces y hasta 2019 hemos abierto 17 en esta provincia. Hasta que no llevan cinco o seis años biertas, las oficinas no son rentables, pero nosotros aguantamos a pesar de atravesar esos años malos.

"Nuestro objetivo no es repartir dividendos, sino dar el mejor servicio a los socios y clientes"

Fernando Berge - Presidente de Cajasiete

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¿Por qué ustedes sí lo logran y otros no?

Somos una cooperativa y nuestro objetivo no es repartir dividendos, sino dar el mejor servicio a los socios y clientes. No obstante, tenemos que ganar dinero para acometer todas las inversiones que nos permiten estar al día y modernizarnos, porque tenemos que competir con todos los grandes bancos, pero aunque ganemos menos, no nos preocupa. Nuestro objetivo era regionalizarnos y creo que lo hemos conseguido.

Me habla de las oficinas que han abierto. ¿Y cuántas han tenido que cerrar?

No hemos abandonado ningún municipio. En algún barrio donde teníamos dos o tres las hemos unido. No hemos hecho ninguna reestructuración de plantilla y siempre hemos crecido, tanto en depósitos como en inversión crediticia, al contrario de lo que ha ocurrido en el resto de la banca, que ha prescindido de la mitad de las oficinas y ha echado a la calle al 40% de los empleados.

Permítame la maldad. ¿Sintió que se esperaba que Cajasiete cayera como el resto de las entidades de pequeño tamaño?

No faltaban quienes nos preguntaban cómo podíamos aguantar sin estar en un proceso de fusión. Siempre hemos dado una atención presencial, con un conocimiento más humano de los clientes, pero eso no quita para que estemos al día en medios de pago y en captación de una clientela joven.

¿Cómo?

Creo que fue una gran idea la iniciativa del ingreso sobresaliente, que nos cuesta mucho dinero, pero incentivamos a los jóvenes a ser autoexigentes en su formación. Por cada sobresaliente que obtienen en Formación Profesional de Segundo Grado, Segundo de Bachillerato o en la universidad, les ingresamos una cantidad de dinero. Muchos han abierto cuenta y cuando se incorporan al mundo laboral, siempre tenemos más posibilidades de que se acuerden de nosotros.

¿Qué planes tienen para los próximos años?

Tendremos que ir reduciendo oficinas para concentrarlas en otras más grandes, mejor dotadas y con la posibilidad de prestar mejores servicios. Es verdad que una parte importantísima de la clientela, más de la mitad, opera a través de banca electrónica. La mayoría de la gente joven ni aparece por la oficina.

¿Vislumbra algún peligro que pueda hacerles tambalear?

Trabajamos para que no eso no ocurra. La entidad está muy bien capitalizada, todos los beneficios los dedicamos a reservas. Nuestra ratio de solvencia al cierre del año pasado roza el 19%, de las más altas del sector financiero de España; la exigencia del regulador es del 11,5%. El 80% de los recursos propios son reservas, solo el 20% son aportaciones al capital que hacen los socios. Tendría que venir una situación muy complicada para no poder seguir adelante. Además, tenemos la ventaja de que seguimos creciendo todos los años y, en ocasiones, con cifras importantes. Muy mal se tendría que gestionar para poner en peligro la entidad.

¿Por dónde pasa el negocio de la banca ahora?

El margen de interés es importante, pero ya no es lo determinante; ahora lo son la venta de servicios y productos. Tenemos un negocio importante con los seguros y contamos con todos los medios de pago, tarjetas y financiación de consumo, que suponen también una aportación importante. Y a eso se le une el ahorro de costes, si no tuviéramos toda la automatización de la que disfrutamos hoy, sería imposible para cualquier entidad operar con los márgenes actuales.

"El margen de interés ya no es determinante, ahora lo es la venta de servicios y productos"

Fernando Berge - Presidente de Cajsiete

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La inflación no se contiene. ¿Debemos preocuparnos?

Es lo que más nos preocupa. Cuando estaba contenida, el crecimiento económico suponía que las personas podían mejorar su capacidad adquisitiva. Eso en una horquilla de entre el 1% y el 2%, pero con el 8%, 9% o 10% actual y derivados de los precios de la energía y el encarecimiento del transporte por el monopolio de las navieras, nos preocupa muchísimo. En dos o tres años, la pérdida de poder adquisitivo es muy significativa. Si alguien gana 1.500 euros cada mes y pierde un 20% o 25% de poder adquisitivo en tres años, está perdiendo 500 euros cada mes. Y eso se conjuga con el encarecimiento de las viviendas o los alquileres. Con la normativa que hay actualmente, la capacidad para endeudarse va a ser cada vez más reducida y no vamos a poder dar préstamos a muchas personas, porque no van a tener capacidad de pago.

La subida de tipos es inevitables, EEUU ya ha comenzado a acometerla y el Banco Central Europeo (BCE) la anuncia para julio, ¿pero en qué medida para no causar un gran destrozo?

De manera muy moderada. Si los suben mucho, la actividad económica se va a frenar y nos puede conducir a otra crisis. No es la demanda la que tensiona los precios en esta ocasión, sino la energía, como factor más importante. Además, esta subida no se está trasladando a los salarios ni lo hará hasta que se negocien los convenios y estén operativos.

Menos poder adquisitivo, encarecimiento del dinero... ¿Vamos a ver crecer la mora?

Si suben mucho los tipos, la mora va a crecer, pero aprendimos mucho en la crisis anterior a hacer un buen análisis de los créditos.

¿Se sienten cómodos con el rol que se les adjudica en la implantación de los objetivos de desarrollo sostenible?

No, nos están dando, a las entidades financieras, un papel casi de policías. Ya lo estamos aplicando, pero sin contar con una taxonomía de datos válidos para poder comparar y hacer un análisis. Y menos en un escenario tan extraño como el actual, en el que nos dicen que la energía nuclear o el gas van a considerarse verde durante unos años. Lo que pretenden es que cuando demos un préstamo, analicemos el impacto de la inversión o actividad económica que estamos financiando en el medio ambiente. Si la inversión es contaminante, le pondrán más impuestos, puede perder las autorizaciones... Riesgos que piden evaluar a la banca.

Disfunciones coyunturales como la de las nucleares al margen, ¿No es sencillo saber qué contamina y qué no?

Le he puesto el ejemplo de unas inversiones que tienen perfil empresarial, pero es que también tendremos que hacer esa función de análisis y vigilancia cuando se trate de un crédito hipotecario para comprar una vivienda. Vamos a tener que determinar los plazos y los tipos de interés en función de la calificación energética del inmueble, y lo mismo cuando se trate de un vehículo. Cada vez vamos a tener que hacer estudios y análisis de las operaciones mucho más complejos, y para eso necesitamos contar con una infraestructura. La única forma posible de hacerlo es acelerar los procesos de digitalización en los que ya estamos metidos porque si no, no podríamos soportar los costes o tendríamos que repercutirlos.

¿Habrá inversiones que no sean sostenibles?

No. Exactamente, en esa dinámica nos están metiendo. Cualquier industria conlleva unos efectos contaminantes, incluso la actividad agrícola y ganadera, tan discutidas en la actualidad. Acabamos de ver a Canarias librarse de la tasa verde que gravará el transporte aéreo y si se encarecen los viajes, puede tener impacto en el sector turístico. Todas las actividades están afectadas.

"Si los tipos suben mucho, la actividad económica se va a frenar y eso nos puede conducir a otra crisis"

Fernando Berge - Presidente de Cajasiete

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Y a pesar de las complicaciones no les va mal.

Alguien va a tener que financiar todas las inversiones necesarias para hacer un mundo más sostenible y esperamos que eso nos abra un campo importante.

¿Hablamos de los fondos europeos contra la pandemia?

Sí. Nunca financian el cien por cien, hay que completarlos con recursos propios o con financiación bancaria. Es verdad que el negocio está cambiando porque en Europa, y en España más, se acudía a la banca para obtener el 80% o el 90% de la financiación. Eso no ocurre en EEUU o Reino Unido, donde te dan el 30% o el 40% y tú debes buscar el resto a través de accionistas, emisión de títulos u obligaciones. Uno de los problemas que tenemos es que la normativa bancaria europea está asimilando ese modelo anglosajón. Estamos intentando que cambie la mentalidad de los clientes, porque vemos serias limitaciones para financiar más del 60% o el 70%. Nos penalizan si pasamos de ahí porque entienden que estamos asumiendo más riesgos y nos exigen un nivel de provisiones más alto, y eso hay que repercutirlo en el precio. Esta actividad se está haciendo cada vez en más compleja, pero estoy seguro de que estamos al día y podremos tener ese futuro que queremos.

Volviendo a la subida de tipos, que el precio del dinero se sacuda el signo negativo no es malo para ustedes.

Lo que más nos está perjudicando es que el BCE, de los excedentes de liquidez que tenemos, nos sigue cobrando el -0,50% y ahí sí vamos a tener un alivio importante que estimamos nos puede ayudar a mantener la cuenta de resultados. Y como no repartimos dividendos, en nuestro caso esa cuenta depende de la morosidad y las dotaciones. Pero con la crisis del covid nos pidieron que, voluntariamente, guardáramos dinero por si llegaban los problemas, pasamos el volcán de La Palma, donde tenemos una presencia importante y el Gobierno paralizó el cobro de intereses y las amortizaciones por seis meses prorrogables a otros seis. Está bien, pero somos las entidades financieras las que asumimos esos intereses.

¿Y están obligados?

Es lo que nos toca, somos una entidad apegada al territorio y lo tomamos casi como una inversión. Es necesario ayudar ahora a esa gente que ha perdido gran parte del patrimonio, para eso estamos. El 27% de las moratorias que se concedieron en La Palma son nuestras, de Cajasiete.

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