El vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), Luis de Guindos, ha evitado este miércoles precisar hasta qué nivel podría subir los tipos de interés oficiales su institución para tratar de frenar la espiral inflacionista. "¿Hasta dónde podemos llegar? No lo sé. Y si alguien se lo dice, no le crea mucho", ha contestado a una pregunta recibida durante su intervención en un curso organizado por la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE) y la Universidad Menéndez Pelayo. 

En los últimos meses, varios miembros del consejo de gobierno de la autoridad monetaria han dejado entrever que los tipos de interés podrían subir hasta el nivel conocido como natural o neutral, es decir, aquel que no implica una política monetaria ni expansiva ni restrictiva. La discusión está en cuál es dicho nivel. Para el gobernador del Banco de EspañaPablo Hernández de Cos, estaría en torno al 1% o un poco por encima, pero otros gobernadores lo ven más cercano al 2%. "Si le pregunta a cien economistas tendrá cien respuestas distintas", ha ironizado Guindos.

Así las cosas, en el mercado había calado la idea de que el BCE podría subir tipos hasta en torno al 1,5%, pero Guindos ha preferido no precisarlo. La inflación no deja de dar sorpresas negativas, con lo que la autoridad monetaria no se quiere atar las manos. La Reserva Federal, de hecho, ya ha apuntado que elevará el precio del dinero por encima del tipo natural, lo que supone un riesgo elevado de que la economía estadounidense caiga en la recesión en los próximos trimestres. 

Antifragmentación

El exministro de Economía, asimismo, ha reiterado que el BCE está trabajando en el diseño de un instrumento para evitar la fragmentación financiera "indeseada" (es decir, el crecimiento de las primas de riesgo de los países con unas finanzas públicas más vulnerables, como España e Italia, por encima de lo justificable según la sostenibilidad de sus cuentas). Guindos, en esta línea, ha asegurado que el nuevo mecanismo tendrá una "naturaleza bastante diferente" al programa OMT (Outright Monetary Transactions) de 2012 porque la "situación es diferente". 

Aunque no ha dado ningún tipo de detalles, Guindos ha parecido así dar a entender que el nuevo mecanismo que irá destinado a países "específicos" no tendrá unas condiciones tan estrictas como el OMT. En plena crisis de la deuda pública de hace una década, el BCE diseñó dicho instrumento abierto a la adquisición directa y masiva de títulos de un país pero bajo el cumplimiento de duras condiciones de política económica, lo que hizo que ningún Gobierno lo solicitase

Guindos, eso sí, ha apuntado que el BCE activará dicho nuevo mecanismo en función de una serie de indicadores económicos (prima de riesgo, coste de financiación, liquidez del mercado y fundamentales de la economía) pero también de su propio "juicio económico, pero no es una ciencia exacta".