La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El Gobierno baraja limitar el Júcar-Vinalopó a solo seis meses al año para no interferir en la campaña de riegos en Valencia

Regantes y CHJ acercan posturas para que el agua del trasvase cueste 0,25 euros/m³ durante nueve años desde enero de 2023, pero no hay acuerdo para fijar la cantidad anual

La Confederación Hidrográfica del Júcar envía hasta final de año 18,5 hm3 de agua dle Júcar a la provincia. ÁXEL ÁLVAREZ

Penúltimo palo en las ruedas del trasvase Júcar-Vinalopó. La Confederación Hidrográfica del Júcar ha fijado, negro sobre blanco, en el proyecto del plan hidrológico de cuenca que, salvo modificación, se aprobará antes de que acabe el año en el Consejo de Ministros, dos hipótesis de cara al funcionamiento de la infraestructura. La CHJ maneja dos escenarios para gestionar la transferencia de agua a la provincia desde el Azud de la Marquesa: el trasvase funcionaría todo el año o solo seis meses, entre octubre y abril, para no interferir en la campaña de riegos de los agricultores del Júcar.

Decisión que, según advierte Antonio Rico, director del Instituto Universitario de Geografía de la Universidad de Alicante, reduciría el envío de caudales y, por otro lado, minimizaría el impacto positivo de la futura incorporación de energía fotovoltaica, porque las estaciones estarían paradas cuando más se puede aprovechar la luz del sol, durante la primavera y el verano.

El Plan del Júcar maneja dos hipótesis. Una que las transferencia funcione todo el año, la más lógica y otra que solo de octubre a abril, en los meses en que ha acabado la temporada de riegos en la Ribera del Júcar. "Al margen de los posibles agravios territoriales no parece muy sensato invertir 70 millones en energía fotovoltaica en las cuatro estaciones previstas a lo largo del curso del trasvase para después no utilizarlas, precisamente en los meses con más horas de sol y, por lo tanto, de máximo rendimiento” , subraya el también catedrático de Análisis Geográfico Regional de la Universidad de Alicante. “Uno se estudia en profundidad el plan del Júcar y se encuentra cesión tras cesión porque, por otro lado, también figura que la captación en el Azud de la Marquesa será de 2,6 m³ por segundo cuando está diseñada para 3,5 m/s. ¿Por qué?”, se pregunta Antonio Rico.

La Junta Central de Usuarios del Júcar-Vinalopó sí ha acercado, por otro lado, posturas en las últimas semanas con el Ministerio para la Transición Ecológica y negocia fijar un precio de 0,25 euros el metro cúbico para el agua del Júcar que empiece a llegar a la provincia a partir del 1 de enero de 2023, cuando está previsto que comiencen a cerrarse los acuíferos para la agricultura.

El acuerdo sería por 9 años y pero falta por conocer la cantidad de agua, que ahora mismo estaría en los 37 hm3 que reclaman la Junta Central y los 18/20 hm3 por los que apuesta la Confederación. Ahora mismo, los agricultores pagan 0,30 euros/m³ por el riego de socorro aprobado hasta diciembre. La prohibición contempla la prohibición de extraer 86 hm3 de los 95 hm3 actuales de agua subterránea para regadío de los seis acuíferos desde el que se abastecen regantes y municipios, que serán los únicos que seguirán teniendo acceso, de momento, a los 41,3 hm3 a los que tienen derecho.

La propuesta aprobada para reducir la extracción de agua de los acuíferos pasa por reducir un 90% el derecho y la concesiones de los regantes, que pasarán a disponer solo de 9,2 hm3 al año por los 95,2 hm3 actuales. El problema es que la Confederación del Júcar pretendía dar el paso ya este año, sin tener cerrada la cantidad que facilitará a los agricultores.

La negociación no es fácil porque quedan tres temas clave que siguen sin resolverse: cantidad de agua anual, amortización del sobrecoste del cambio de toda del agua por el que la que la empresa estatal Acuamed reclama cerca de 200 millones de euros, y cómo se abaratará el precio del agua incorporando la energía fotovoltaica para el funcionamiento del trasvase Júcar-Vinalopó para el que el Ministerio de Transición Ecológica ha anunciado una inversión de 70 millones de euros. En este último aspecto resulta estratégico, según apunta Antonio Rico, director del Instituto Universitario de Geografía, “qué solución se adoptará sobre los meses en los que habrá trasvase.

La Confederación Hidrográfica del Júcar aprobó finalmente el pasado 24 de mayo por 24 votos a favor -entre ellos los de la Generalitat- y tres en contra (Junta Central del trasvase Jucar-Vinalopó, Comunidad de Usuarios del Alto Vinalopó y Consorcio de Aguas del a Marina Baixa), la orden de prohibir extraer agua para regadío de los acuíferos sobrexplotados de la provincia entre 2023 y 2027. Un caudal de unos 80 hm³ que deberá ser sustituido por la agua del trasvase del Júcar.

La Junta Central de Usuarios insiste en que el objetivo de aquí hasta final de año pasa por lograr convenio a nueve años que incluya cantidad de agua anual del trasvase del Júcar un precio justo por el agua. Un periodo, de casi diez años, el que los usuarios del trasvase esperan que se hayan realizado la obras necesarias (incorporación de la energía fotovoltaica y conexiones del postrasvase) para que el agua del Júcar llegue a todos los municipios y explotaciones agrícolas.

"No parece muy sensato invertir 70 millones en energía fotovoltaica en las cuatro estaciones previstas a lo largo del curso del trasvase para después no utilizarlas todo el año"

Antonio Rico - Director del Instituto Interuniversitario de Geografía de la Universidad de Alicante

decoration

La aprobación contempla la prohibición de extraer 86 hm3 de los 95 hm3 actuales de agua subterránea para regadío de los seis acuíferos desde el que se abastecen regantes y municipios, que serán los únicos que seguirán teniendo acceso, de momento, a los 41,3 hm3 a los que tienen derecho. La propuesta aprobada es reducir un 90% el derecho y la concesiones de los regantes, que pasarán a disponer solo de 9,2 hm3 al año por los 95,2 hm3 actuales. El problema es que la Confederación del Júcar pretende dar el paso ya este año, sin tener cerrada la cantidad que facilitará a los agricultores .

El impacto para el abastecimiento urbano es menor, un 40% menos entre la puesta en marcha del plan hasta 2027 o, lo que es lo mismo, pasar de los 41 ,3 hm3 de agua que se extraen en estos momentos a 24,7 hm3. Básicamente, esta disminución se concentrará en los municipios de l`Alacantí, que deberán abastecerse con agua desalada o, en el caso de Alicante, la que llegue también desde el Tajo.

Un situación que afecta las denominadas «masas de agua subterránea» de los acuíferos Villena-Beneixama, Sierra Castellar, Sierra Salinas -estos dos se cierran al completo para el campo-, Peñarrubia, Sierra de Crevilllente y Reclot.

La Junta Central de Usuarios del Trasvase Júcar-Vinalopó había llegado a principios de junio a un principio de acuerdo con el Ministerio para la Transición Ecológica, Acuamed y la Confederación Hidrográfica del Júcar para que el trasvase de agua que comenzó a llegar desde el Azud de la Marquesa el pasado 27 de mayo se prolongue, en principio, nueve años más, hasta el horizonte de 2031. Faltaban por cerrar varios flecos importantes como es la cantidad de agua anual que llegará, precio y cómo se procederá al cierre de los acuìferos, algo que se ha roto provisionalmente porque el cierre de los acuíferos ya está decidido.

El objetivo es que el trasvase no se corte el próximo 31 de diciembre, que el agua siga llegando durante nueve años a un precio pactado -actualmente 0,30 euros/m³- y que mientras tanto se vayan completando las obras necesarias para abaratar el precio (incorporación de la energía fotovoltaica para mover turbinas y elevaciones) y las infraestructuras del denominado postrasvase. Usuarios del agua y Administración coinciden en que es imposible cerrar acuíferos para el regadío sin que todas las comunidades de regantes tengan acceso al agua del Júcar.

Lo cierto es que el camino no está siendo fácil desde que el pasado enero se hiciera público que las alegaciones presentadas por la Generalitat al Plan Hidrológico del Júcar apoyaban la decisión de la Confederación del Júcar de que el agua del trasvase Júcar-Vinalopó se genere si existen caudales sobrantes en los regadíos de la Acequia Real del Júcar, algo prácticamente imposible porque en el mismo borrador de plan, apoyado por la Generalitat, se establece que todo el agua que sobre se vierta en la Albufera de Valencia para garantizar su conservación.

De esta forma se ratificaba la desaparición del plan hidrológico los 80 hm3 que estaban asignados para trasvasar a la provincia de Alicante desde que se redactó el documento original en 2001. Veinte años después llegaba esta decisión unilateral del Gobierno, apoyada por el Consell, que dejaba el trasvase a expensas de que sobre agua en la Albufera o, lo que es lo mismo, que llueva lo suficiente durante el año, porque todo el caudal generado de la modernización se irá al parque natural. Un paraje en el que, según denuncian los agricultores, el problema nunca ha sido la cantidad, sino la mala calidad del agua por los problemas en la depuración de València.

El documento de alegaciones del Consell era tan surrealista, que a la vez de dar argumentos para que no haya agua para el trasvase, pedía al Gobierno la exención a los usuarios de los costes de amortización de la obra y también apoyaba a la instalación de energía fotovoltaica para abaratar los costes de explotación.

Compartir el artículo

stats