España es el segundo país del mundo que más turistas atrae. En 2019, año pre-pandemia, nuestro país recibió 83.509 millones de viajeros internacionalescifra que influye directamente en la situación del sector de la vivienda en la costa. El 30% de los extranjeros que visitan España se alojan en un piso o apartamento turístico y el 12% del total lo hace en un inmueble de su propiedad.

Según recoge El Periódico de España, en 2020 y la primera mitad de 2021, el mercado residencial en el litoral sufrió un fuerte parón. Sin turistas no había compraventa de pisos. Sin embargo, esta situación cambió radicalmente a partir del verano del pasado año, donde emergió con fuerza la demanda no satisfecha durante los peores momentos de la crisis sanitaria. Los nubarrones que acechan la economía, con el endurecimiento del coste de la financiación y la posible entrada en recesión, no han calmado el apetito de compra de viviendas en la costa. Lo que vive este segmento productivo tras la pandemia podría describirse como un nuevo 'boom' inmobiliario, por el momento sin sobrecalentamiento del mercado.

Los precios ya han recuperado las cifras anteriores a febrero de 2020, cuando el mundo se preparaba para un enorme parón con el que hacer frente a la expansión del covid. La costa tiene tal importancia que los 400 municipios con salida al mar suponen cerca de 40% de las operaciones de compraventa y el 30% de las nuevas viviendas que se construyen. Uno de cada cinco nuevos pisos que se construyen en España se elevan en zonas de la Costa Mediterránea, según apunta el informe realizado por la tasadora Tinsa.

Aunque los precios en la costa muestran una tendencia alcista generalizada, las subidas han sido inferiores a la media nacional, lo que puede suponer mayores tasas de crecimiento en el futuro. Canarias y Baleares han sufrido incrementos del 16% entre 2019 y 2022, frente a un aumento del 11% de media nacional y del 9% en la costa. La Costa Mediterránea, el Norte y la Costa Atlántica andaluza experimentan aumentos inferiores, con un 8%, 7% y 4%, respectivamente.

El cliente extranjero es el responsable del 15% de las compraventas de pisos y casas, de las cuales más del 80% están al borde del mar. Los Archipiélagos y todo el arco Mediterráneo son las zonas favoritas. Alicante y Málaga son sus ciudades preferidas.

Alquiler turístico

El alquiler turístico ha recuperado peso en 2022. Durante la pandemia numerosos propietarios reorientaron los pisos hacia el alquiler tradicional por la caída radical del turismo. Sin embargo, con la reapertura de fronteras, poco a poco vuelven a convertirse en viviendas turísticas. El número de este tipo de viviendas se concentra claramente en la línea de costa y, en especial, en el arco mediterráneo y las islas. Más de la mitad están en provincias costeras del Mediterráneo y Andalucía y casi una cuarta parte en las Islas Canarias y Baleares. En total, se estima que en el litoral hay más de 260.000 viviendas destinadas a este fin.

Nuevas viviendas

Los nuevos alojamientos en la costa suponen el 30% del total del parque en construcción a nivel nacional. En 2021, los promotores solicitaron un total de 31.600 visados de obra nueva, con la vertiente mediterránea acaparando el grueso de esta actividad. El pasado año, los litorales nacionales han registrado evoluciones de visados muy diferentes.

La costa atlántica andaluza refleja los mayores incrementos respecto a 2020 y 2019, a gran distancia del resto de costas y de la media nacional; seguido de la zona norte, con aumentos sostenidos en los dos últimos años. El arco mediterráneo cuenta con enclaves de actividad promotora muy intensa y recupera en 2021 parte de los niveles perdidos en 2020, sin llegar a alcanzar el volumen de actividad de 2019. Baleares y Canarias, aunque con escenarios diferentes entre islas, registran en total una contracción de la oferta de nuevos proyectos, tras un 2020 de caídas y situándose a cierta distancia de los niveles de visados de 2019. 

Según señala el informe de Tinsa, durante este año se ha observado una fuerte demanda de inmuebles de nueva construcción pero las empresas han limitado el lanzamiento de nuevos proyectos. ¿Por qué? La respuesta está en el incremento global de los costes de la energía y los materiales, y los retrasos ocasionados por los problemas en las cadenas de suministros.