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Plan de ahorro energético | Respuesta en Tenerife el primer día de aplicación

Los edificios públicos apagan y los comercios se resisten

La respuesta en Tenerife a las medidas energéticas es desigual y genera rechazo y desconocimiento entre el sector privado

Los edificios públicos apagan y los comercios se resisten | ANBRÉS GUTIÉRREZ

El seguimiento desigual marcó el primer día de aplicación en Tenerife de las principales medidas del plan de ahorro energético decretado por el Gobierno de España. La desconexión de la iluminación de escaparates comerciales y edificios públicos a partir de las 22:00 horas tuvo una respuesta dispar. El apagón se circunscribió prácticamente a las instituciones públicas y no obtuvo excesivo seguimiento en el ámbito privado. En cuanto a la imposición de poner el aire acondicionado de 25 a 27 grados, como también determina la nueva normativa, la mayoría de comercios minoristas no lo cumplió en esta jornada inicial a la espera del plazo de siete días previsto para la adaptación. La Isla respondió al Decreto Ley del Gobierno de España de manera dispar. Entre el acatamiento obligado, el rechazo y el escepticismo.

Los edificios públicos apagan y los comercios se resisten

A las diez en punto de la noche se apagaron las última luces del edificio del Cabildo insular de Tenerife. Lo mismo ocurrió con el Parlamento de Canarias y los Ayuntamiento de Santa Cruz o La Laguna. El Real Decreto no contempla apagar los bienes inmuebles como plazas o fuentes. Pero la respuesta fue mucho más floja en las zonas comerciales abiertas. En la calle Castillo y adyacentes, como Viera y Clavijo o Suárez Guerra, la proporción fue de un 60% a 40% a favor de la oscuridad. El factor de una primera jornada que muestra la necesidad de adaptación y el rechazo frontal a las medidas de una parte del comercio se unieron para determinar este resultado desigual.

Los edificios públicos apagan y los comercios se resisten

La tienda de ropa y zapatos online Inside, en la calle Castillo, se preparara desde por la mañana para cumplir la ley. Sus dependientas cuelgan en el escaparate las instrucciones de la empresa matriz. Estas recuerdan que el Decreto Ley establece en 25 grados el aire acondicionado para trabajos de carga como los de la franquicia en Tenerife. Esa es la temperatura del local a la una de la tarde. El segundo turno apagará la luz a las 21:30 «con la bajada de la palanca». La encargada apunta: «Era automático pero llevamos una semana ensayando el apagón manual».

En un comercio muy diferente, en la cercana calle Suárez Guerra, Beni Rodríguez, de Armas Intersport, muestra la zona de deportes donde hace un tiempo se rompió el aire acondicionado La verdad es que hace calor.

No al cierre de puertas

En la armería tiene el aire a 25, un poco por debajo del límite de 27, que ha probado estos días «y el aire no llega a mi oficina». Ambas puertas están abiertas y es contraria a cerrarlas porque «el cliente, simplemente no entra». Lo dice quien tiene 40 años de experiencia Además, añade, «no tengo recursos para instalar el cierre que plantea el decreto mientras funcione el aire acondicionado».

Los comerciantes consultados establecen el coste entre 1.000 y 3.000 euros. En cuanto al escaparate cuenta: «El apagado de las luces es automático. Hasta hace unos días a las diez de la noche y ahora, para no despistarme, desde las nueve y media».

La otra iniciativa principal, mantener el aire acondicionado a 27 grados en el interior de los locales, también fue seguida de manera desigual en la Isla. Casi ninguna tienda cumplió exactamente con lo determinado por la ley. En unos casos por desconocimiento -aunque parezca mentira, dada la repercusión mediática del Decreto Ley- y en otros por las condiciones climatológicas de la jornada, bastante más fresquita que las anteriores. También porque existe un margen para la adaptación y, finalmente, por simple rechazo. Administraciones, empresarios, asociaciones y los propios comerciantes muestran su escepticismo y, sobre todo, las dudas que despierta la nueva normativa.

Los trabajadores de la librería Islátika bromeaban con el aire a 23 grados: «Si nos obligan a cambiar la puerta, pues lo quitamos y ya está. Que corra el aire». En Grupo ATE, asesoría ubicada en la avenida de Buenos Aires, el termostato estaba a media mañana a 20 grados y no sabían que desde las 00:00 horas de ayer el decreto está en vigor. Apuntan resignados: «Habrá que cumplir la ley, no nos queda otra».

En la clínica dental Escribano Escrivá, en José Hernández Alfonso, tampoco sabían nada pero el aire estaba a 26, solo un grado por debajo de lo que establece el plan de ahorro energético. En la tienda de Tenerife Espacio de las Artes (TEA) la temperatura era muy inferior a 27. La trabajadora respondió con un explícito «a comprar ventiladores» cuando se le informó de la norma.La Administración de Lotería número 14, en Valentín Sanz, cumplía con el aire a 27 grados. De los pocos, aunque su responsable fue claro en la despedida: «Si viene otra ola de calor, lo bajo». Judith, de Serís Peluqueros, en la calle Imeldo Serís, es muy crítica: «Estoy a favor del ahorro energético, pero no entiendo este tipo de medidas. No especifican nada».

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