Canarias fue una de las comunidades autónomas en las que más se incrementó la morosidad empresarial durante el primer trimestre de este año. Las compañías isleñas tardaron 4,6 días más en pagar que en el mismo periodo de 2021, cuando el golpe por la pandemia aún era reciente. Es decir, un tiempo que en principio estaba previsto para mejorar se convirtió en uno de empeoramiento. Los problemas que la variante ómicron generó al turismo en plena temporada alta y el alza generalizada de los precios fueron los principales lastres para los negocios. Todos esos factores negativos restaron tamaño a la tesorería de las compañías que se ven con mayores dificultades, es decir, la liquidez es cada vez menor.
El Indicador Sintético Cepyme de Morosidad Empresarial (Isme), creado en 2010 para medir la evolución de la morosidad a través del periodo medio de pago, detectó un aumento de tres puntos en el conjunto de España entre enero y marzo, el mayor repunte trimestral registrado hasta la fecha. La Confederación de la Pequeña y Mediana Empresa (Cepyme) subraya que contribuyeron a él tanto el volumen de facturas con retraso en su abono como la ampliación de los períodos de pago.
«La desaceleración de la recuperación de la economía española y el adverso impacto de la inflación sobre las cuentas empresariales siguen afectando negativamente a la evolución de la morosidad empresarial», señala Cepyme en su Observatorio de Morosidad, elaborado en colaboración con Cesce e Informa.
En el corto plazo se atisba un horizonte negativo que durará hasta, al menos, la próxima primavera
¿Dónde se desaceleró más intensamente el proceso de vuelta a la normalidad tras la pandemia? Aragón (7,2 días más) y Castilla y León (6,6) fueran las dos únicas regiones que superaron el aumento de la morosidad de las Islas. En ambos casos por el impacto que tiene la escalada de los precios energéticos y de los insumos en sus sectores primarios. En el del Archipiélago, se suma a esa circunstancia el mal comportamiento de la demanda turística en los primeros meses del año por las restricciones sanitarias.
Con los datos correspondientes al inicio de este año, Canarias afianza su indeseado puesto en el club de los 80, integrado por las comunidades autónomas cuyas empresas tardan más de 80 días en liquidar sus facturas. Los 89 del Archipiélago solo los superan los 96 de los negocios murcianos. Andalucía (87,4), Madrid (86,2), Galicia (83,5) y Extremadura (81,1) completan el cuadro de las que superan esa barrera psicológica y arrastran también por encima de ella la media estatal, hasta los 83,9 días.
En toda España, la deuda comercial con retraso de pago alcanzó el 73,3% del total en el primer trimestre, 3,6 puntos más que en el trimestre anterior, hasta situarse en 348.992 millones de euros, un 42% más que en el mismo periodo del año anterior.
La subida de tipos dificulta el acceso a financiación externa para hacer frente al desfase de tesorería
La escalada de precios y las consecuencias del conflicto de Ucrania están teniendo, según la patronal de la pequeña y mediana empresa, «efectos negativos sobre la recuperación económica y reduciendo directamente la liquidez de las empresas».
Según esa teoría, los negocios «no están transmitiendo la totalidad de las alzas de sus costes al cliente final» por el riesgo a enfrentarse a una reducción drástica de la demanda; también los consumidores enfrentan problemas de liquidez por la inflación y no tienen la capacidad de compra de hace unos años.
La traducción a ese comportamiento de las compañías es una tesorería menguante que afecta de manera directa a la capacidad de pago a los proveedores. «De hecho, un número creciente de empresas reconoce este problema y está negociando una ampliación de los plazos de pago», afirma la patronal de las pymes.
Las previsiones de la organización empresarial de cara a los próximos meses son negativas, pues estima que las tensiones en los precios energéticos se mantendrán al menos hasta la próxima primavera y las alzas generalizadas de costes implicarán una «presión adicional sobre los márgenes empresariales», que elevará el riesgo de impago o de retraso para hacer frente a las obligaciones.
Todo ello, recuerda Cepyme, en un contexto de incertidumbre, en el que la decisión de los bancos centrales de frenar la inflación se traducirá en mayores costes de financiación y condiciones más duras, lo que complicará la posibilidad de acceder a financiación externa para hacer frente a desfases de tesorería.
Las micropymes son las que más sufren con la inflación
Según Cepyme, la demora en el pago de facturas incide especialmente en las empresas de menor tamaño, que tienen mayores dificultades de acceso al crédito y que sufren más especialmente la morosidad al tener más concentrada su base de clientes.
Así, las microempresas registraron en el primer trimestre el mayor incremento interanual en su periodo medio de pago, 7,9 días más, situándose en 87,6 días, convirtiéndose en las empresas que más tardan en pagar. Las pequeñas empresas incrementaron su periodo medio en 0,6 días, hasta los 83,5 días, mientras que las medianas empresas lo recortaron en la misma proporción, desde los 84,7 a 84,1 días. Por rama de actividad, la construcción y promoción inmobiliaria, junto con el sector textil, se mantienen como las actividades que más tardan en abonar sus facturas.
En datos
4,6 días de incremento
El periodo medio de pago de las empresas canarias se incrementó en 4,6 días en el primer trimestre del año en comparación con el mismo periodo del ejercicio anterior.
89 días como plazo medio
El plazo medio para que las empresas canarias abonen las facturas a sus proveedores es de 89 días. Solo en Murcia las compañías superan ese tiempo llegando a los 96 días.
7,9 días en las microempresas
Las empresas más pequeñas son las que más sufren con el alza de los precios. Fueron también las que más aumentaron el periodo medio de pago en el primer trimestre, 7,9 días.
