La incineración del empresario Ángel Ferrera, que falleció en Las Palmas de Gran Canaria el pasado lunes a los 78 años, ha sido paralizada por una orden judicial. La cremación de los restos mortales que se había previsto el martes se ha retrasado debido la petición de las hijas a la autoridad judicial por una sospecha de muerte "por envenenamiento", según ha trascendido en el entorno familiar y entre los más allegados al empresario. Ángel Ferrera había tenido tres hijas de su primer matrimonio con Margarita Alonso y en el momento de su fallecimiento estaba casado con María Tavío, con la que no tuvo descendencia.

Las hijas, que han recibido incontables muestra de condolencia y pésame, han preferidono comentar nada de lo ocurrido hasta ahora desde el fallecimiento de su padre y solo han aclarado que las actuaciones judiciales y su denuncia tienen "relación con hechos y circunstancias anteriores al fallecimiento". Portavoces autorizados del entorno familiar añaden que estas situaciones "llevan meses siendo investigadas" .

El martes se realizó una primera autopsia al cuerpo sin vida de Ángel Ferrera Martínez y el resultado fue negativo en envenenamiento. Los forenses certificaron el fallecimiento por causa natural tras el proceso cancerígeno del empresario. Ahora se está a la espera del informe definitivo de los forenses.

Personas cercanas a las hijas del empresario han confirmado que el cuerpo "se podría haber trasladado desde el martes, una vez realizada la autopsia, pero que ha sido su señoría -y no las hijas- la que ordenó que permanezca hasta que finalicen el informe definitivo. La viuda había previsto la incineración del cadáver de Ángel Ferrera.

Las hijas de Ferrera se han limitado a recodar que las diligencias penales son secretas y han pedido que no se hagan conjeturas ni elucubraciones. Justo ayer tuvo lugar el funeral del empresario organizado por ellas en la parroquia de Santa Catalina, en los Salesianos, al que no acudió Tavío. La viuda se encuentra muy afectada por lo ocurido, con una crisis nerviosa y de ansiedad y a tramiento médico, indicaron en su entorno. No sólo por el disgusto de la muerte de su esposo sino también por la denuncia de las hijas de Ferrera.