Las cenizas de Ángel Ferrera Martínez reposan ya en su panteón familiar del cementerio de San Lázaro de Las Palmas de Gran Canarias, un mes después de su muerte a los 79 años, víctima del cáncer de pulmón contra el que luchó siete años. Se cumple así su última voluntad, como había dejado en su testamento vital: “que sea incinerado y que no se esparcieran sus cenizas sino que la urna con su contenido quedara depositada en un nicho o sea bajo tierra aquí en Canarias”. Su viuda María de los Ángeles Tavío Gil cumplió ayer con las instrucciones que el empresario le había encomendado en sus últimas voluntades como “su representante e interlocutora de su voluntad final”.

Una denuncia de las hijas del empresario provocó el retraso de un mes entre el óbito y el sepelio. Sonia, Silvia y Marta Ferrera Alonso denunciaron un posible envenenamiento y una mala práctica en la atención a su padre en la enfermedad por parte de la segunda esposa, María Ángeles Tavío.

Las diferencias entre las hijas de Ángel Ferrera y Margarita Alonso, y la hoy viuda fueron manifiestas desde el inicio de la relación con su padre y se pusieron de manifiesto más allá de los ámbitos familiar y de las amistades tras la muerte del presidente de Toyota Canarias durante 40 años.

A la denuncia de las hijas y a la intervención judicial siguieron dos funerales; uno en los salesianos y otro en la catedral de Santa Ana, hasta que los forenses y la autoridad judicial despejaron todas las sospechas: Ángel Ferrera falleció de muerte natural, después de luchar contra un cáncer de pulmón que se extendió con metástasis y que terminó con su vida el 15 de agosto.

44

Funeral de Ángel Ferrera José Carlos Guerra

Ángel Ferrera expiró en manos de su esposa María Ángeles Tavío y con la atención de cuidados paliativos que había pedido en sus últimas voluntades, así como con los auxilios espirituales y la extremaunción.

El último episodio de tensiones familiares se produjo en el Tanatorio de San Miguel en la noche del martes, cuando las hijas de Ángel Ferrera se presentaron con un abogado para ser testigos de la cremación de los restos mortales del empresario nacido en Asturias. Esta tarde María Ángeles Tavío cumplió definitivamente, y con gran dolor de corazón, con la encomienda de su esposo: recibir cristiana sepultura en Canarias y descansar en paz.