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Una nueva oleada de robos amenaza la campaña del ‘oro verde’ canario

Los ladrones sustraen un 15% de la cosecha de aguacates a los productores isleños

¿Por qué está tan caro el aguacate en Canarias?

¿Por qué está tan caro el aguacate en Canarias? La Provincia

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¿Por qué está tan caro el aguacate en Canarias? Dalia Guerra

Una nueva oleada de robos sacude el campo canario tras el inicio de la campaña de recogida del aguacate. El conocido como oro verde se ha convertido en una fruta muy codiciada por los amigos de los ajeno debido a su alto valor y a la demanda que existe en el Archipiélago. Los productores isleños pierden cada año un 15% de su cosecha debido a las sustracciones, lo que les ocasiona importantes pérdidas económicas. Así se desprende de las estimaciones de la Asociación de Organizaciones de Productores de Aguacates de Canarias (Asguacan), que asegura que la presión que sienten los agricultores lejos de descender se ha incrementado, sobre todo cuando llega esta época del año en la que se inicia la recogida de la fruta en su punto óptimo de maduración

«Ha habido muchos robos porque en el inicio de la campaña el aguacate está más caro y los ladrones aprovechan para llevarse lo más que pueden», explica su presidente Wenceslao Martínez-Barona. Mientras que en las fincas más extensas el porcentaje de la producción sustraída suele ser menor, los agricultores que cuentan con terrenos más pequeños, si tienen la mala suerte de ser víctimas de este tipo de saqueos, pueden llegar a perder hasta la mitad de la fruta de la temporada.

Unas sustracciones que para los agricultores canarios pueden suponer miles de euros en pérdidas. No solo por las rentas que hubieran podido obtener por la venta de esta fruta –por la que los agricultores reciben 3,3 euros de media por cada kilo según los datos del Observatorio de Precios de la Consejería de Agricultura del Gobierno canario– sino que también deben hacer frente a las pérdidas por los destrozos que generan los ladrones en las propias fincas. «Rompen muros, verjas y producen daños en los propios aguacateros», señala el secretario general de la Asociación de Agricultores y Ganaderos de Canarias (Asaga), Theo Hernando. Por lo que los agricultores también deben pagar después para arreglar lo estropeado, además de invertir en medidas de seguridad para tratar de evitar convertirse de nuevo en víctimas. Algunos incluso han tenido que instalar cámaras de vigilancia para ayudar a esclarecer los robos y poder aportar pruebas.

No comprar aguacates robados

El Equipo ROCA de la Guardia civil es el encargado de velar para que no se produzcan robos en instalaciones agrícolas en las zonas rurales. Esta misma semana investigó a cuatro varones de entre 40 y 55 años por delitos contra el patrimonio por acceder a fincas dedicadas a la producción de aguacates, concretamente en las localidades de Arucas y Gáldar. En total, estos individuos podrían haber sustraído más de 500 kilos de fruta. Pero los robos se suceden en explotaciones de todas las islas en las que hay hectáreas cultivadas, principalmente La Palma y Tenerife, además de Gran Canaria.

La recomendación más importante hasta ahora si un comprador no quería ser cómplice de lucrar a este tipo de delincuentes era abstenerse de adquirir aguacates que fueran sospechosos, es decir, evitar comprar a quienes venden en furgonetas o a domicilio, sin ningún tipo de documentación o factura. «Si no existe demanda no habrá oferta, no debemos colaborar en el daño a los agricultores», señala Hernando.

Pero los agentes de la Guardia Civil han podido constatar que el género robado no solo se vende de manera ambulante, sino que en alguna ocasión incluso acaba en el mercado agrícola y hostelero. Algo que corrobora Martínez-Barona, quien señala que la fruta sustraída está llegando a venderse incluso en supermercados, poniendo cada vez más difícil que un consumidor pueda llegar a saber si está comprando o no fruta robada.

El aguacate está en el punto de mira de los ladrones porque saben que pueden obtener con ellos una gran rentabilidad. Su consumo se ha disparado en los últimos años y su precio lo hace muy apetecible como botín. Tras robarlos no tienen mucho problema en venderlos al hacerlo por debajo de su precio de mercado, con lo que «de una bolsita con cinco aguacates pueden sacar hasta cuatro euros, es muy goloso».

10.973 Toneladas de producción

La producción media de aguacates en el Archipiélago se situó en 10.973 toneladas en la campaña de 2021. El objetivo del sector es seguir ampliando la producción y alcanzar las 30.000.

6,2 Euros el precio medio

El coste medio al que se vende el kilo de aguacates en Canarias se sitúa este año en 6,2 euros, aunque durante el verano el precio puede subir por encima de los diez euros.

Pero, ¿por qué el precio es tan elevado en el Archipiélago? Además de que se trata de una fruta muy demanda debido a su alta calidad y gran valor nutricional, es un cultivo que tiene un alto consumo hídrico y un proceso de floración y polinización complicado que hace que los aguacateros pasen por fases de mucha producción y otras en las que esta merma. Pero además la importación de esta fruta no está permitida para evitar que se introduzcan en las Islas plagas procedentes de otros territorios. Por lo que la oferta de la que dispone el Archipiélago es solo la que se produce dentro de él, lo que en determinadas épocas del año hace que la cantidad disminuya por estar fuera de temporada. Esto suele ocurrir sobre todo en los últimos meses del verano cuando el precio del kilo de esta fruta puede llegar a superar los diez euros.

En los dos últimos años la cosecha de aguacate en las Islas se ha visto reducida por los temporales de fuertes vientos que han arruinado parte de la producción, así como por los efectos del volcán de La Palma, que también afectó a una zona de explotaciones aguacateras muy importante. El año pasado la cosecha solo alcanzó los 10.900 toneladas, algo que también ha tirado hacia arriba los precios. Los productores esperan poco a poco poder recuperar la producción anterior, entorno a 17 millones de kilos anuales, e incrementarla hasta llegar a los 30 millones en cinco años.

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