La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La entrada del Grupo Cobra en Canaluz infinita anima la transición energética canaria

Libergia e Intecsa toman el 20% de la empresa canaria y abren la puerta de su expansión por España y Europa

12

Firma del acuerdo entre Canaluz infinita y las empresas Libergia e Intecsa José Carlos Guerra

Las empresas Libergia e Intecsa, que forman parte de Grupo Cobra, se han hecho con el 20% de Canaluz infinita, la mercantil canaria que pretende revolucionar la descarbonización mediante la creación de comunidades energéticas que permitan a, por ejemplo, los polígonos industriales abastecerse en exclusiva de fuentes renovables. El control de la compañía continúa en manos canarias. La entrada de un socio tecnológico y financiero de este tamaño abre las puertas de las licitaciones nacionales e internacionales.

Las garantías para participar en esos procesos de concurrencia son muy exigentes, demasiado para el caso de Canaluz infinita y habituales para el grupo Vinci, al que pertenece Cobra, y por tanto Libergia e Intecsa, desde que hace casi un año Florentino Pérez decidió deshacerse de la división industrial de ACS, y venderla a la multinacional francesa.

Libergia tiene como "principal objetivo, invertir en proyectos de transición y autosuficiencia energética", explicó ayer su CEO, José Carlos Gil. Sumó en el camino a la realización de esta apuesta "el poder empezar junto a pioneros como Canaluz infinita". Esta compañía energética tiene como referentes a Ángel Medina (Cencosu-Spar Gran Canaria), José Acosta (Construcciones Acosta Matos) o Augusto Brito (Congelados Herbania), entre otros.

"Tenemos como principal objetivo invertir en proyectos de transición y autosuficiencia energética"

José Carlos Gil - CEO de Libergia

decoration

El director técnico de Canaluz infinita, Lorenzo Muñoz, es el alma mater de la idea de las comunidades energéticas. Grosso modo, estas tienen su corazón en un servidor de energía verde infinita (SEVI) que a cada momento bien surte de energía –eólica y fotovoltaica– a las empresas que conforman la comunidad (23 en el caso de El Goro), o bien, cuando la demanda cae, desvía el excedente a baterías o directamente a alimentar procesos de hidrólisis para la obtención de hidrógeno verde. Este gas limpio, sumado al metano resultante del batido de residuos proporciona un biometano que tiene un poder calorífico mayor que el del propano y el butano.

La conjunción de la economía circular y el uso exclusivo de energías limpias es lo que ha motivado la especial atención que desde otros rincones de España se presta a la idea. Son ya varias las localidades de Cantabria o el muy industrializado País Vasco, entre otras regiones, las que se han puesto en contacto con Canaluz infinita para explorar la posibilidad de implementarla y contribuir de esta manera al cumplimiento de los compromisos para la reducción de las emisiones de gases nocivos.

Centrándonos en el primigenio campo de actuación –El Goro, al que después comenzaron a seguir el Puerto de Santa Cruz de Tenerife o el polígono industrial de Güímar, por ejemplo– el presupuesto para la puesta en marcha del proyecto asciende a 145 millones de euros. La intención de sus promotores es que dicha cantidad quede cubierta hasta en un 60% por los fondos habilitados por la Unión Europea (UE) para la recuperación de los países más afectados por la crisis derivada de la pandemia.

La transición energética es uno de los vectores señalados por Bruselas como receptor de esos fondos. En cada iniciativa de esta naturaleza que se articule los aspirantes a recibir dinero del Next Generation tendrán que ofrecer unas garantías que pueden ser de hasta el 10% del total del valor. Es la manera que tiene la Administración de asegurarse que el proyecto ve la luz. Puesto en marcha, las garantías retornan a sus dueños.

Por eso es capital para Canaluz infinita contar con socios como Libergia e Intecsa, capaces de aportar las garantías que abren la puerta a los procesos de concurrencia. Máxime cuando la idea ha tenido una gran acogida fuera de Canarias. La participación en licitaciones de ámbito nacional o europeo exigen garantías más elevadas.

La empresa canaria participa ya en 16 convocatorias y aspira a captar, en conjunto, 92 millones de euros de fondos públicos. En cartera está la participación en el Innovation Found, de ámbito europeo, que cierra el periodo de recepción en marzo y podría reportar otros 40 millones.

Más rápido de lo habitual

«El proceso de conocimiento entre empresas que se deciden a colaborar es habitualmente largo», reconoció ayer el CEO de Libergia, José Carlos Gil. El escrutinio mutuo es detallado y el perfilado de la relacíón también consume abundante tiempo. El grado de madurez de los proyectos que seducen a los socios por llegar resulta vital, y a las comunidades energéticas ideadas por el director técnico de Canaluz infinita, Lorenzo Muñoz, solo les falta la financiación necesaria para ponerse a caminar. De tal manera que del noviazgo al matrimonio interempresarial han transcurrido menos meses de los que suelen ser habituales. En Libergia vieron claro que el modelo va a funcionar, y con el añadido de poder impulsarlo desde las Islas, «con unas circunstancias energéticas muy especiales», resaltó Gil. En el Archipiélago, la industrialización no es intensa y las fuentes limpias –sol y viento– son muy abundantes. La idea de Libergia es llevar el proyecto a la Península y que cada polígono industrial, o cualquier otra agrupación de intereses, pueda tener su propia comunidad. | J. G. H.

Compartir el artículo

stats