Informe

Científicos advierten de que el cambio climático irá alejando al turismo del sur y sureste peninsular

Expertos del Instituto de Salud Carlos III avisan también del incremento de casos de ansiedad, estrés e irascibilidad por las temperaturas extremas al acumularse el cansancio por no poder descansar bien

Un hombre se refresca en una fuente este verano durante una ola de calor en la provincia.

Un hombre se refresca en una fuente este verano durante una ola de calor en la provincia. / Álex Domínguez

Rubén Míguez

Una de las consecuencias del cambio climático y de las más frecuentes e intensas olas de calor afectará al principal sector económico del sur y el sureste peninsular, al turismo. La científica del Instituto de Salud Carlos III, Cristina Linares, asegura que el sur de España "se está convirtiendo en un desierto" y que esto en el turismo "tendrá unas consecuencias muy importantes" ya que los turistas se están ya desplazando más al norte peninsular en verano. "En el sur y en el interior va a ser imposible estar, te achicharras", dice. El clima del norte de África, advierte, es el que va a haber en zonas como Andalucía, y la Costa Blanca, de momento, se salva "al estar más flexibilizadas las temperaturas". "La gente tenderá a ir al norte para descansar mejor, ya que es imposible dormir en el sur o en el interior".

Más ansiedad

Pero no solo los expertos advierten de un problema turístico, va a producirse un aumento de la ansiedad, del nerviosismo, de la irascibilidad. Son las consecuencias que está trayendo las olas de calor tan intensas como las que hemos padecido en España este verano, según alertan los científicos del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), el organismo público de investigación que promueve, financia y gestiona investigación biomédica y sanitaria en el país. Hay una relación entre el aumento de los problemas de salud mental y la crisis climática.

Así lo advierte a Información, del grupo Prensa Ibérica, la científica Cristina Linares, quien participó en unas jornadas en Elche dedicadas a las ciudades del futuro y a reflexionar sobre la emergencia climática en las urbes. "Imagínate que por la noche no puedes dormir porque hay una temperatura mínima muy alta, pues todo ese cansancio se va acumulando día tras día y hace que el estado psicológico de las personas cambie", explica la científica. Las personas, así, se vuelven más irascibles y con problemas de ansiedad porque el cansancio se va a cumulando y puede llevar, incluso, a un brote psicótico, alerta Linares.

Preocupación

El cambio climático es algo muy preocupante. Y es que, según advierten los científicos del Instituto de Salud Carlos III, las temperaturas extremas que hemos pasado este verano son las que se preveían para 2032, por lo que la emergencia climática se ha adelantado ya una década. Las olas de calor están afectando gravemente a la salud y el mayor ejemplo es el de este verano, donde hubo temperaturas extremas y 42 días de olas de calor. De hecho, se multiplicó la cifra de fallecimientos atribuibles a las temperaturas casi cuatro veces, de 1.300 que se estaban registrando de media, a 4.500. "Los extremos térmicos, cuestan vidas", advierte otro de los científicos del ISCIII, Julio Díaz, quien también intervino en las jornadas en Elche.

En Japón y en EEUU hay estudios que relacionan las olas de calor con un mayor número de suicidios, advierten. "Si es una persona que ya está descompensada porque tiene una enfermedad mental o toma medicación que altera los mecanismos de sudoración que hace que no tenga sed y casi que haya que recordarle que beba para no deshidratarse, todo ello altera sus mecanismos internos y puede llevarle a un brote psicótico, es para tomárselo muy en serio", señala Cristina Linares.

Alcoholismo

Incluso, explica Linares, están notando en los hospitales un aumento de las personas que sufren problemas de alcoholismo. "Cuando aumentan las temperaturas, también la gente consume más alcohol, con un riesgo de abuso", advierte la científica. Además, también sufren problemas mentales como ansiedad y estrés postraumático quienes viven fenómenos meteorológicos extremos, como inundaciones, o, incluso, las tormentas.

"Empecemos a poner herramientas, pasemos a la acción contra el cambio climático, no nos ponemos a hacer planes de actuación a pesar de conocer ya sus consecuencias"

Cristina Linares

— Científica

"Empecemos a poner herramientas, pasemos a la acción contra el cambio climático, no nos ponemos a hacer planes de actuación a pesar de conocer ya sus consecuencias sobre la salud", lamenta Linares.

Incluso, están aumentando los accidentes de tráfico en los periodos de olas de calor porque la gente descansa mucho peor y conduce con menos condiciones de reflejos y más nerviosismo. Así lo han detectado los expertos del Instituto de Salud Carlos III. "La Península Ibérica sufre de todo, porque tan pronto nos entra clima atlántico como humedad y frío o el vórtice polar, como que nos entra aire seco y cargado de partículas de polvo sahariano, nos vamos a tener que adaptar a situaciones extremas", señala la científica.

Las altas temperaturas exacerban las enfermedades ya presentes, advierte Julio Díaz. "Una persona que tenga una enfermedad neurológica es de especial riesgo porque su hipotálamo no tiene sensación de calor y, por tanto, tampoco tiene esa necesidad de hidratarse, o una persona mayor puede tener una rotura de una arteria porque uno de los mecanismos clave para luchar contra el aumento de la temperatura es la dilatación de las mismas, o los problemas renales o cardiovasculares", explica el científico.

De hecho, la mayoría de las muertes durante las olas de calor no las produce un golpe de calor, "eso es un mínimo porcentaje", señala, sino que las altas temperaturas precipitan los síntomas de las patologías ya presentes y, quienes las sufren, mueren por ello. Y, ¡ojo!, porque el calentamiento global está elevando las temperaturas máximas por encima de lo previsto.