Campaña navideña

Bruselas y pérdida de flota desangran a la pesca: sella su peor Navidad de la historia

Las subastas, que promediaron las 40.000 toneladas durante la pasada década en los días previos a Nochebuena, no alcanzaron las 20 | Continúa la exportación de barcos

Un pescador desembarcando las capturas de una embarcación en un puerto de Galicia.

Un pescador desembarcando las capturas de una embarcación en un puerto de Galicia. / Áxel Álvarez

Lara Graña

El Río Mau fue concebido como un arrastrero por popa, de 29 metros de eslora, y construido en la desaparecida Construcciones Navales Santodomingo. Con matrícula de Vigo y construido en el año 1994, este histórico pesquero de Gran Sol ha perdido ya su pabellón español. Vendido a una compañía onubense, fue reformado para dedicarse a la pesca de marisco en aguas de Marruecos. Es el mismo país que ha importado al también vigués Galaxia Dos y al ribeirense Séptimo, como figura en el registro diario de flota de la Comisión Europea. Tres ejemplos de éxodo, de pérdida de capacidad extractiva para Galicia, de un sector que acaba de vivir su peor campaña navideña desde que existen registros históricos. La reducción de flota y, sobre todo, el tijeretazo de Bruselas a la actividad de las artes de pesca de fondo, han convertido las subastas de los días previos a la Nochebuena en un marasmo. Las lonjas registraron un balance demoledor: tanto la facturación como los volúmenes comercializados en primera venta se redujeron a la mitad entre los días 15 y 26 de diciembre, de acuerdo a las cifras notificadas al portal Pesca de Galicia, dependiente de la Consellería do Mar.

Esta caída no es solo interanual –en comparación con el mismo periodo de 2021–, sino con la media de actividad de la flota para las mismas jornadas de los últimos diez años. Dicho de otro modo: si la pesca subastaba una media de 40.000 toneladas en la semana previa a los días de Nochebuena y Navidad –con variaciones, pero nunca por debajo de las 30.500 toneladas–, esta vez se ha quedado lejos de las 20.000. Esta cifra incluye todas las lonjas de relevancia de la comunidad, excepto pósitos de menor entidad –para este análisis– como son Corme, Espasante, Foz, O Vicedo, Panxón y Porto do Son. Con el revés de los precios como añadido: ni el fin de las restricciones por la pandemia o la escalada de la inflación auparon las cotizaciones por encima de los 14 euros de media entre todas las plazas, cuando el pasado ejercicio se habían alcanzado los 16 euros el kilo de promedio. Con el gasóleo, además, en máximos históricos –por encima del umbral de rentabilidad, incluso con la ayuda del Gobierno– y ante un año en el que el jurel no podrá ser especie objetivo.

13,4 euros de media por kilo. Es lo que marcaron las lonjas gallegas en las jornadas previas a Nochebuena y Navidad. Un valor muy escaso para los promedios de los ejercicios anteriores, y lejos de asumir la actual escalada de la inflación

La información que aporta Pesca de Galicia permite hacer este mismo ejercicio de comparación con los ingresos en las subastas. En los últimos diez años, y también entre los días 15 y 26 de diciembre, las lonjas facturaron unos 21 millones de euros de media. Con campañas muy destacables entre medias, como la del año 2017 (26 millones en ventas) o de 2016 (23 millones). Pero, en esta ocasión, la suma de ventas de todos los pósitos quedó a años luz. Fueron 11,6 millones de euros; nunca antes la flota había asomado a las uvas de Nochevieja con un balance tan escueto. Y que, en buena medida, no es sorpresivo. Las primeras semanas de aplicación del reglamento comunitario para la protección de los denominados ecosistemas marinos vulnerables (vulnerable marine ecosystems, VMS), como desgranó Faro de Vigo, del grupo Prensa Ibérica, el sector ya acusaba el impacto al veto contra la pesca de fondo.

La normativa, en vigor desde el 9 de octubre, se adoptó sin haber realizado un informe de impacto socioeconómico, como reconoce el documento del CIEM (Consejo Internacional para la Exploración del Mar). Con todo, el comisario de Asuntos Marítimos, Virginijus Sinkevicius, ha rechazado replantear la medida y ha emplazado a armadoras a dedicarse incluso a otras actividades como el turismo pesquero. “Los Estados pueden apoyar a sus flotas con medidas como la diversificación de actividades”, dijo el lituano por escrito, tal y como desveló este periódico. Los científicos del Instituto Español de Oceanografía (IEO) han anticipado que la prohibición a la pesca de fondo irá a más en el futuro en aguas comunitarias –este reglamento se renovará año a año–, y Bruselas también tiene sobre la mesa un plan de acción con el que pretende reservar el 30% de las áreas como libres de actividad extractiva.

Es un escenario del que huyen armadoras de mediano tamaño o de bajura. A los casos del Río Mau, Galaxia Dos y Séptimo se sumaron, también durante este año 2022, otros seis efectivos de mediano tamaño que fueron exportados a Omán, Francia, Mauritania y Namibia, además de al caladero marroquí. Completaron esta nómina de pesqueros perdidos el Gaztelugaitz, Nuevo Laredo, Mar Mares, Manuel Mascato y Do Xilo.

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