Año Nuevo pero la misma lucha contra el incremento del coste de la vida

2023 arranca con la gasolina más cara que hace un año, con la cesta de la compra mucho más cara y con la amenaza de que el recibo de la hipoteca sea inasumible

Una guagua municipal de Las Palmas de Gran Canaria.

Una guagua municipal de Las Palmas de Gran Canaria. / José Carlos Guerra

Nuevo año. También para el bolsillo. Pero la misma lucha. Este 2023 que hoy cumple su segundo día trae consigo una larga lista de cambios en las pensiones, las hipotecas, los impuestos, las ayudas públicas... La tónica general es que casi todo sube, tanto lo bueno como lo malo. Suben las pagas de los jubilados o el Ingreso Mínimo Vital (IMV), pero también sube el recibo mensual de la hipoteca –o más bien seguirá subiendo– y se acaba eso de que el Estado sufrague 20 céntimos de cada litro de gasolina que se le eche al coche.

El año que comienza, y en esto coincide la grandísima mayoría de los expertos y economistas, las familias y las empresas tendrán que seguir lidiando contra una ola inflacionaria que se resiste a menguar. Un incremento generalizado de los precios que comenzó en abril de 2021 y que el Banco Central Europeo (BCE) trata de combatir con subidas de los tipos de interés que continuarán en 2023. Los tipos ya están en el 2,5%, con lo que el precio del dinero alcanza máximos desde 2008, y el BCE está dispuesto a llegar hasta donde sea necesario para enfriar la economía. El fantasma de la recesión no aparece aún por Canarias, que se beneficia de la fiebre turística en Europa tras las restricciones de la movilidad durante la pandemia, pero este es poco consuelo para sus hogares y sus pymes. Unos y otras vieron encarecerse el préstamo bancario en 2022 –no solo las hipotecas, también los créditos al consumo– de forma vertiginosa y en paralelo a la subida de los tipos de interés, con lo que el grifo se cerrará aún más a lo largo de este año. El último paquete de medidas anticrisis del Gobierno de Pedro Sánchez pasará de puntillas por las Islas: el cheque de 200 euros no lo recibirán los mal pagados pensionistas canarios –cobran por debajo y hasta muy por debajo de la media– y se antoja una migaja para esa mayoría de familias donde los sueldos no han subido ni un euro. Es verdad que la rebaja del IVA a los productos de primera necesidad que acaba de aprobar el Ejecutivo central ya la disfrutan los canarios en el IGIC, pero no es menos cierto que los salarios de los isleños siguen a años luz de la media nacional. Sin embargo, el tipo general del gran impuesto al consumo en el Archipiélago continúa anclado en el 7%, de modo que la factura que pagan hogares y empresas se dispara a consecuencia de la inflación y la Hacienda autonómica engorda así sus ingresos hasta máximos históricos. Este es el escenario tras 2022, y esto es lo que viene con 2023.

Euríbor. Después de años con bajísimos tipos de interés, que incluso llegaron a estar en negativo, las subidas con que el BCE intenta combatir la inflación han resucitado el temor al euríbor en miles de familias isleñas. El índice de referencia para la revalorización anual o semestral del recibo de la hipoteca despidió 2022 por encima del 3% por primera vez desde 2008. Con el indicador en el 3,005%, según la media del pasado diciembre, a los canarios que les toque revisar las condiciones de su hipoteca les aguarda un nuevo disgusto. En el caso de un préstamo de 150.000 euros a un tipo de interés del 1% más euríbor y a devolver en 30 años, el incremento del recibo mensual sería de 266 euros, la friolera de 3.192 euros más al año, si la revisión del contrato se llevara a cabo en estos momentos. Ylo peor no es esto, sino que aún está por ver cuándo acabará el euríbor su escalada, lo que a su vez depende de que el BCE ponga fin a las subidas de tipos.

[object Object]

Se acabaron las excusas. En 2023 tendrán que habilitarse zonas de bajas emisiones en todos los municipios españoles de más de 50.000 habitantes e incluso en los que superen los 20.000 residentes pero rebasen también ciertos niveles de contaminación. La Ley de cambio climático y transición energética, aprobada en 2021, obliga a todos los ayuntamientos de esas poblaciones a restringir la circulación de los vehículos considerados contaminantes en aras de reducir los niveles de polución. Muchos alcaldes a lo largo y ancho de España se han mostrado remolones a la hora de cumplir la ley con el pretexto de que no se había establecido un régimen sobre estas zonas de bajas emisiones. Sin embargo, el Consejo de Ministros acabó con cualquier posibilidad de picaresca al aprobar el pasado 27 de diciembre, hace apenas unos días, el Real Decreto que regula esos espacios libres de humo, libres al menos del humo de los coches. En el caso de Canarias, y de acuerdo con los últimos datos oficiales, hay nueve municipios que superan los 50.000 habitantes y que, por tanto, tendrán que acotar zonas de bajas emisiones a lo largo de este año si es que no lo han hecho ya. Se trata de las dos capitales de la Comunidad Autónoma, Santa Cruz de Tenerife y Las Palmas de Gran Canaria; de la capital de Lanzarote, Arrecife; de San Cristóbal de La Laguna, Arona y Granadilla de Abona, tres ciudades de la isla del Teide; y de las localidades grancanarias de Telde, Santa Lucía de Tirajana y San Bartolomé de Tirajana. Además, el municipio turístico de Adeje, al sur de Tenerife, roza los 50.000 ciudadanos. La idea del Gobierno central es que los ayuntamientos se marquen sus propios objetivos para 2030, objetivos «medibles y cuantificables» para reducir las emisiones y los gases de efecto invernadero, con lo que sigue así la estela del Acuerdo de París de 2015. | M.Á.M.

Gasolina.

La visita a la gasolinera se ha convertido en un suplicio desde que la inflación pusiera contra las cuerdas la economía occidental, Canarias incluida. El año pasado comenzó en las Islas con el litro de gasolina de 95 octanos a 1,187 euros y el de gasoil convencional a 1,128. Y 2023 arranca con la gasolina de 95 a 1,35 euros el litro y el diésel a 1,434. Y tres cuartos de lo mismo ocurre en los casos del gasóleo de máxima calidad y de la gasolina de 98 octanos. En definitiva, a los canarios les cuesta más llenar el depósito en este inicio de 2023 de lo que les costaba en los albores de 2022. Pero como los precios vienen bajando poco a poco desde los máximos registrados el pasado verano, el Gobierno central decidió no renovar la ayuda de 20 céntimos por litro para los particulares. Así que enchufar la manguera del surtidor a su vehículo seguirá siendo un suplicio en estas primeras semanas de año, un suplicio ya sin el pequeño respiro de la subvención pública.

Transporte colectivo.

Con la carestía de la gasolina tal vez sea buen momento para subirse a la guagua. O al tranvía en el caso del área metropolitana de Tenerife. Ayer entró en vigor la gratuidad de los bonos para quienes los usen al menos 15 veces al mes. Es la única condición para que no haya que pagar ni un solo euro al renovar el abono, una de las mejores noticias para el bolsillo de los isleños en este inicio de año. Hay, eso sí, un asterisco: la posibilidad de que el aumento del número de usuarios vaya en detrimento de la calidad del servicio, un temor compartido en las empresas que prestan el servicio de guaguas en cualquiera de las islas.

El ‘cheque’ de Sánchez.

La medida estrella del último paquete anticrisis de Sánchez es una especie de cheque de 200 euros para aliviar el coste de la cesta de la compra.

Una medida criticada por su carácter meramente asistencial, su arbitrariedad y cierto tinte electoralista que, en cualquier caso, supone el principal beneficio que los canarios obtendrán de ese último plan de Pedro Sánchez. Con todo, no serán tantos como se preveía quienes recibirán el cheque. De las 110.981 familias de la región que por sus niveles de renta y de patrimonio cumplirían los requisitos para cobrar esos 200 euros, se quedan fuera los 42.377 hogares en los que entra una pensión no contributiva y los 32.192 que perciben el IMV. Por lo tanto, solo 36.412 familias del Archipiélago podrán solicitar su abono. El Estado hará un pago único vía transferencia bancaria y los beneficiarios podrán gastar los 200 euros, con independencia de que el Ejecutivo dijera que serán para la compra de alimentos, en lo que les dé la gana. No habrá ningún control.

Los pensionistas del Archipiélago han tenido que esperar hasta 2023 para ser al fin mileuristas

Cesta de la compra.

La mensualidad de la hipoteca es un dolor de cabeza; echarle gasolina al coche es un dolor de estómago; e ir al supermercado es un dolor de muelas. Y el dolor no se aliviará en los primeros meses de 2023. El año pasado se inició con el Índice de Precios de Consumo (IPC) en el 5,5% en tasa interanual, y 2023 se inicia con el IPCpor encima de los seis puntos porcentuales –se situó en noviembre, el último dato disponible, en el 6,9%–. La vida es más cara en el arranque del nuevo año de lo que lo era en los comienzos de 2022, pero si la lupa se pone sobre los precios de la cesta de la compra, entonces aparece un auténtico problema social. No en vano, el IPC en los productos de alimentación –incluidas las bebidas no alcohólicas– estaba hace un año en un ya de por sí elevado 5,1%, pero es que ahora se ha disparatado hasta superar el 15%. Así que una familia canaria necesita hoy 115 euros para comprar en el súper lo mismo que a comienzos de 2022 compraba con solo cien. Una carestía ante la que palidecen los 200 euros de Pedro Sánchez.

Pensiones.

Los pensionistas, los españoles en general y los canarios en particular, bien pueden darse con un canto en los dientes en el arranque de 2023. Al menos en comparación con la gran mayoría de los asalariados de la Comunidad Autónoma, que comienza 2023 con la misma nómina con que comenzó 2022. Los 325.967 isleños perceptores de pensiones contributivas cobrarán este año un 8,5% más que el anterior. La paga media en el Archipiélago fue en 2021 de 945 euros, con lo que se incrementa ahora en unos 80 euros mensuales. Hay que tener en cuenta que la paga media varía según el tipo de pensión –jubilación, viudedad, orfandad, incapacidad o favor familiar–, con lo que varía también la revalorización media mensual. En cualquier caso, ese extraordinario 8,5% de subida –el porcentaje es la media del IPC de los doce meses anteriores a diciembre del año precedente, en este caso la media del período entre diciembre de 2021 y noviembre de 2022– lleva la pensión contributiva media en el Archipiélago a superar los mil euros mensuales por primera vez en la historia. En otras palabras: 2023 es el año en que los pensionistas canarios son al fin mileuristas. Distinto es el caso, claro, de quienes cobran una paga no contributiva, esas que perciben los que no cotizaron a la Seguridad Social o no lo hicieron el tiempo suficiente para ganarse el derecho a recibir una pensión ordinaria. En la Comunidad Autónoma hay 42.377 beneficiarios de pagas no contributivas, de los que 24.585 son jubilados y los restantes 17.792, personas incapacitadas para trabajar que cobran, por tanto, la pensión de invalidez. Los primeros reciben una media mensual de 518,5 euros y los segundos, de 547. Aunque se trata de cantidades modestas, estas se incrementaron de manera notable desde julio del año pasado, cuando las pagas se revalorizaron un 15% por decisión del Gobierno. Una más que sensible subida –6,5 puntos superior a la que experimentan las nóminas de los pensionistas contributivos– que se mantendrá en 2023.

Por primera vez es posible viajar gratis en guagua en las Islas; pero eso sí, hay que sacarse el bono

Ingreso Mínimo Vital.

Los beneficiarios canarios del IMV están en la misma situación que los perceptores de pensiones no contributivas: el Ejecutivo estatal les mantendrá en 2023 la subida del 15% de la que disfrutan desde el pasado julio como parte de las medidas sociales para amortiguar el golpe de la ola inflacionaria y de la invasión rusa de Ucrania. En la región hay 27.782 familias que reciben o han recibido el IMV, familias integradas por un total de 62.821 personas, quienes en última instancia serían las beneficiarias. Con el mantenimiento de la subida del 15%, las pagas de los perceptores del IMV seguirán en las cuantías incrementadas que vienen cobrando desde julio. Las cantidades de esta prestación social oscilan entre un mínimo de unos 492 euros mensuales y un máximo de casi 1.200 en función de las circunstancias y del número de miembros del hogar.

Bono social.

Otra de las medidas que se mantiene para 2023 es el bono social, o lo que es lo mismo: el descuento en la factura de la luz para las familias en dificultades socioeconómicas. Hasta el próximo 31 de diciembre, la rebaja será por lo general del 65%, pero llegará hasta el 80% para los casos de los consumidores vulnerables severos, esto es, para los hogares en graves problemas. En las Islas son alrededor de 35.000 las familias beneficiarias.

Impuestos.

Está por ver si el nuevo año viene o no con un pan bajo el brazo –habrá que darle tiempo–, pero sí está claro que viene con un impuesto bajo el brazo. En realidad con varios impuestos bajo el brazo. El Estado empieza en 2023 a recaudar, con cargo a los ingresos de 2022, por los polémicos tributos a la banca, a las grandes empresas energéticas y a las grandes fortunas. Hay que esperar para ver los efectos del nuevo gravamen a los bancos en, por ejemplo, su política de concesión de préstamos, lo que puede afectar a la financiación de las empresas y los hogares de cualquier punto de España, si bien los impuestos a las grandes energéticas y fortunas no tendrán un impacto digamos visible en el Archipiélago. Distinto es el caso del llamado impuesto al plástico, que España aplica desde ya como alumno aventajado de la vorágine medioambiental de la UE –Italia, por ejemplo, ha retrasado su puesta en práctica– y a pesar de que la industria y los supermercados llevan tiempo avisando de sus consecuencias. De entrada por la pérdida de competitividad frente a las empresas de esos otros países europeos que han antepuesto sus negocios y sus trabajadores a la legislación verde y no van a aplicar aún el tributo. El caso es que se pagan 45 céntimos de euro por cada kilo de envase plástico no reutilizable. En unas Islas donde las empresas sufren sobrecostes inherentes a la lejanía y la insularidad, el temor de los súper y la industria alimentaria es doble. Y lo pagarán los consumidores.

IGIC e IRPF.

En cuanto a los dos grandes impuestos, el IGIC y el IRPF, no se esperan rebajas extraordinarias, menos todavía en el IGIC, que dejará este año en las arcas regionales menos dinero que en 2022. Pero no porque el Gobierno canario baje los tipos, cabe insistir, sino porque bajará algo la inflación y con ella la histórica recaudación de la Hacienda isleña.

[object Object]

Los sufridos trabajadores autónomos estrenan nuevas cuotas en 2023. El nuevo año será el primero en que se cumplirá esa máxima de que los trabajadores por cuenta propia contribuyan a las arcas de la Seguridad Social de acuerdo con sus ingresos, o casi. En realidad, la novedad estriba en que los autónomos cotizarán a partir de lo que ellos mismos calculen que ingresarán durante el mes en lugar de seleccionar uno de los tramos de una escala preestablecida por el Gobierno. Ese cálculo de la cuota se realizará a partir de la suma de todas las facturas que el trabajador haya expedido en el mes en cuestión tras la liquidación del IVA y el IRPF correspondientes. Además, claro, de las cantidades abonadas a la Seguridad Social. Una vez obtenga la cuantía de que se trate, no tendrá más que aplicar el porcentaje del tramo de cotización que le corresponda. Para ello se han establecido hasta 15 tramos que oscilan entre un mínimo de 230 y un máximo de 500 euros, y los trabajadores autónomos podrán cambiar hasta en seis ocasiones por año el tramo de cotización. En definitiva, se trata de ganar flexibilidad. No obstante, las cantidades se ajustarán en 2024, cuando los tramos oscilarán entre los 225 y los 530 euros mensuales, mientras en 2025 el mínimo será de 200 euros y el máximo de 590. Disminuirán así las cuotas bajas y aumentarán los tramos superiores. De cara a los emprendedores, hay que destacar, al margen de todo lo apuntado, que los nuevos autónomos pueden optar en 2023 por una tarifa de cotización plana de 80 euros mensuales, 20 euros más que en 2022. Esta factura hiperreducida para los nuevos trabajadores por cuenta propia podrá aplicarse durante los doce primeros meses de actividad del autónomo, durante el primer año, siempre que sus ingresos, y esto es importante, resulten inferiores al Salario Mínimo Interprofesional (SMI). | M.Á.M.

Suscríbete para seguir leyendo