Adiós a una figura de la Transición

Los socialistas canarios valoran la coherencia e integridad de Nicolás Redondo

Dirigentes como Jerónimo Saavedra, Dolores Pelayo y Antonio Aguado compartieron muchas vivencias políticas y sindicales con el fallecido

Nicolás Redondo junto al actual secretario general de UGT, Pepe Álvarez

Nicolás Redondo junto al actual secretario general de UGT, Pepe Álvarez / EP

Coherente, íntegro, luchador y con un carácter muy fuerte. Así definen dirigentes históricos del socialismo canario y sindical a Nicolás Redondo, exsecretario general de UGT y figura relevante de la Transición y de la defensa de los trabajadores, que falleció la noche del martes a los 95 años. Redondo visitó Canarias en varias ocasiones durante sus años al frente del sindicato, que lideró desde los años 70 cuando el franquismo daba sus últimos coletazos hasta el año 1994, pero también compartió debates y tensiones con los diputados canarios en el Congreso, donde fue diputado hasta 1987, año en el que renunció a su escaño por su enfrentamiento con el Gobierno presidido por Felipe González.

Un histórico del PSOE y de UGT que compartió muchas vivencias con Redondo fue Jerónimo Saavedra. Ambos se conocieron en un congreso del sindicato ugetista celebrado en la ciudad francesa de Toulouse en 1973: "Desde entonces fue para mí una referencia, cuando en abril de 1976 se celebra el primer Congreso democrático de UGT y me encargaron la comunicación de la Ejecutiva Confederal permanecí con Nicolás hasta 1983, en que tuve que renunciar para asumir la Presidencia del Gobierno de Canarias", explica Saavedra. El expresidente y exministro recuerda que la única persona en toda su trayectoria política que le lanzó una reprimenda fue Redondo porque le exigió que hubiera más noticias de la UGT pero Saavedra no se lo tomó a mal sino al contrario. "Siempre lo he admirado por esa exigencia permanente que tenía", añade. También durante su etapa como diputado en el Congreso Saavedra fue ponente del primer Estatuto de los Trabajadores de la democracia y tuvo la ayuda inestimable de Redondo para sacar adelante las enmiendas y el Estatuto.

"A Nicolás Redondo siempre lo he admirado y respetado, tenía un carácter muy fuerte y muy vasco pero tenía una autenticidad ejemplar como persona y dirigente", añade el dirigente socialista canario. Esta admiración y respeto se mantuvo pese a que Redondo fue el principal impulsor de la huelga general que hubo en España contra el Gobierno de Felipe González tras renunciar previamente a su escaño en el Congreso y votar en contra de los presupuestos generales del Estado. Muchos miembros del PSOE en aquellos momentos tacharon el conflicto laboral de "político" pero Saavedra mantuvo que la huelga "era perfectamente válida y legal" acogiéndose a la jurisprudencia del Tribunal Constitucional y previamente al espíritu de los padres de la Constitución como derecho de los trabajadores. "Pese a estos problemas de distanciamiento con el partido siempre mantuve con él muy buenas relaciones, también hay que tener en cuenta que la dureza de su carácter no estaba reñida con el pacto, ha sido una figura de las más influyentes tanto desde el punto de vista político y sobre todo sindical", indica.

La exdiputada y exsenadora tinerfeña María Dolores Pelayo compartió los escaños del grupo Socialista con Nicolás Redondo desde finales de los 70 hasta su marcha y compartió con el dirigente sindical tanto vivencias en el partido como en la Cámara Baja. Pelayo recuerda a Redondo como un "hombre consecuente" que pudo disputarle el liderazgo del PSOE a González en el histórico congreso de Suresnes y al dar un paso a un lado facilitó el camino que llevaría al PSOE a ganar las históricas elecciones de 1982 con nada menos que 202 diputados.

Pelayo considera que Redondo se quedó con la espina clavada de ser miembro del Gobierno, como estuvieron varios dirigentes sindicales en los gobiernos de la II República, pero sí valora su trabajo para recuperar la lucha sindical después del largo periodo franquista y como le ganó la batalla del protagonismo sindical en aquella etapa a CCOO, liderando las huelgas generales y las negociaciones colectivas. Pelayo cree que tras el enfrentamiento de Redondo con el Gobierno la primera huelga general de 1988 "la montó UGT" y recuerda aquellos años compartidos con Redondo en el Congreso y en el partido "de mucho trabajo, muy duros porque estábamos renovando toda la legislación laboral y social para acabar con la normativa franquista", indica.

Trade Unions de Londres

En otras circunstancias muy diferentes conoció a Nicolás Redondo el veterano miembro de UGT y del PSOE Antonio Aguado. Afiliado al sindicato desde 1972, Aguado vivió en Londres varios años y perteneció a los sindicatos ingleses (Trade Unions) entre 1971 y 1976. Fue en septiembre de 1975 cuando Aguado conoció a Redondo en la capital británica con motivo del congreso de la Trade Unions en Brighton. Redondo asistió como invitado en nombre de UGT y Aguado, además de ser miembro del sindicato, ejerció como traductor del dirigente sindical durante los dos días que duró la cita congresual. "Los dos días que estuve con Nicolás fueron inolvidables, era un hombre sencillo, afable pero sobre todo coherente e íntegro y lo siguió demostrando durante sus años de trayectoria política y sindical", explica Aguado, que recuerda el "aplauso apoteósico" que recibió la UGT y Redondo por parte de los sindicalistas británicos cuando ya el franquismo estaba a punto de acabar con la muerte de Franco.

Aguado también cuenta que estuvo relacionado con el fundador de la corriente interna del PSOE Izquierda Socialista Luis Gómez Llorente y le puso en contacto con Redondo, a quien apoyó dentro del sindicato y ambos impulsaron el área de formación de UGT a través de la Escuela Julián Besteiro. "Nicolás es todo un referente para los socialistas, deja un gran legado como persona íntegra y coherente", concluye Aguado.

Por su parte, el actual secretario general de UGT Canarias, Manuel Navarro, considera a Redondo un "ejemplo" de sindicalista que fue represaliado por el franquismo y luchador en la Transición para consolidar el movimiento sindical en España tras la dictadura. Navarro conoció al dirigente ahora fallecido en 2016 y, pese a su avanzada edad, "conservaba una gran lucidez". Asimismo, Navarro pone en valor el papel jugado por Redondo para separar e independizar al sindicato del partido a raíz de la huelga general de 1988, que en aquellos momentos supuso una ruptura traumática en la relación de las dos organizaciones fundadas por Pablo Iglesias Posse. "Desde la clandestinidad siempre hubo una estrecha relación entre partido y sindicato y había la doble afiliación, pero Redondo puso la defensa de los trabajadores por encima de los intereses del partido y logró independizar a UGT del PSOE para así fortalecer el sindicalismo", valora Navarro.

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