Los agricultores forman a migrantes de 18 años para garantizarles una salida laboral

COAG Canarias inicia un proyecto piloto con la Consejería de Empleo con 120 menores llegados en pateras que, tras su mayoría de edad, se pueden quedar en la calle | La demanda proviene del sector ante la carencia de trabajadores

Un joven en un centro de menores inmigrantes de Canarias jugando al baloncesto.

Un joven en un centro de menores inmigrantes de Canarias jugando al baloncesto. / Andrés Gutiérrez

El campo necesita trabajadores y los migrantes llegados en pateras que cumplen 18 años tienen que abandonar los centros de menores del Gobierno de Canarias y pasan a formar parte de la red del Estado, muchas veces con problemas de papeles y, por tanto, con escasas expectativas para integrarse en la vida laboral.

Conscientes de esta situación, la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos de Canarias (COAG) ha puesto en marcha un proyecto piloto novedoso, aprovechando la convocatoria de ayudas que la Consejería de Empleo está desarrollando específicamente con los sectores económicos isleños para dar formación a la carta en empleos que realmente requieren las empresas.

En este caso, los agricultores han presentado una iniciativa para formar a 120 menores migrantes llegados en pateras que están en la frontera de cumplir los 18 años o ya los han cumplido y que se encuentran en los centros de acogida bajo la custodia del Gobierno canario para, por un lado, instruirlos en las necesidades que demandan las empresas de este sector y, por otro, darles un puesto de trabajo. «Un 100% de empleabilidad», asegura Rafael Hernández, presidente de COAG Canarias y, a su vez, dirigente de la Asociación Oportunidades de Vida, que da atención a menores extranjeros no acompañados, en un centro ubicado en la capital grancanaria, y que colabora en este proyecto.

Delegación del Gobierno

La Consejería de Empleo, que titula Elena Máñez, les ha otorgado una subvención de 128.000 euros y solo están a la espera de que la Delegación del Gobierno dé el visto bueno al listado de jóvenes que COAG ya les ha presentado a fin de empezar la formación ad hoc de los «niños» -como les llama Hernández-.

Y esto no significa que le quiten el puesto de trabajo a los canarios, pues la mayoría de los trabajadores del campo son de las Islas, precisa. Pero, a lo mejor, prefieren optar por otros sectores con demanda, como la construcción o la hostelería, y la agricultura ahora mismo necesita trabajadores, lo que está siendo un cuello de botella para el reimpulso de la actividad agraria, una vez que los efectos de la pandemia del covid parecen irse dejando atrás, explica.

Trabajadores en países de origen

«En otro tiempo lo que hacíamos eran contratos en países de origen cuando había dificultades para encontrar a personas, y hemos ido a Mali e incluso a Rumanía cuando no estaba todavía en la Unión Europea», cuenta. Esto fue desde 2003 a 2008, año aciago en el que la crisis mundial causó estragos en los puestos de trabajo, y al haber tanto paro en las Islas no hacía falta contratar a personas foráneas.

Pasadas esas circunstancias, las empresas del sector plantearon retomar la iniciativa de la contratación en países de origen, pero viendo la cantidad de chicos que han llegado a las Islas y están en centros de menores sin alternativas laborales y de integración -2.700 están acogidos en recursos canarios- optaron por crear este proyecto, denominado Integrándose en el agro canario.

«Aquí todo el mundo gana: los chicos regularizan la situación, trabajan y empiezan a contribuir en el sistema, en vez de recibir ayudas del sistema, por lo que la sociedad gana, y se cubre una necesidad de los agricultores porque encuentran trabajadores y lo formamos nosotros ad hoc», insiste.

Todo está preparado para empezar con el proyecto, tienen aulas, material didáctico y profesores, pero no pueden comenzar porque no saben si los perfiles seleccionados van a tener la autorización para trabajar o no, y ahí es donde la Delegación del Gobierno debe dar su visto bueno.

En principio, son grupos de 15 jóvenes que irán formándose hasta llegar a los 120, a los que se les dará una acreditación y entrarán a trabajar directamente en los cultivos.

Los cursos planteados son de abonos y fertilizantes, medios y productos para el control de plagas, técnicas de riego, peones agrícolas, manipuladores de alimentos e, incluso, cursos en formación de idiomas. En principio, se prevé que la formación se centralice en Gran Canaria, si bien posteriormente, en la fase de intermediación laboral, se plantea contar con empresas colaboradoras en las islas de Tenerife y Gran Canaria.

Dunnia Rodríguez, directora del Servicio Canario de Empleo (SCE), recalca que es la primera vez que se hace una experiencia de este tipo, un proyecto alineado con el objetivo de la Consejería de dar soluciones a la carta a las empresas. De hecho, tienen más proyectos, como el que hicieron con la Fundación Laboral de la Construcción, que preside María de la Salud Gil, para la formación de 600 personas para cubrir puestos de trabajo de alta cualificación que generará la construcción de la central hidroeléctrica del Salto de Chira, en Gran Canaria.

También tienen otro proyecto en marcha, llamado Salema, con Hecansa, para alcanzar la cualificación en los sectores de la hostelería, turismo y marítimo pesquero en especialidades de nueva creación que desarrollen nuevos nichos de empleo, vinculando el turismo con la economía azul.

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