Energía

La "excepción ibérica" abarata la luz en España respecto a otros grandes países europeos

El precio de la electricidad para industrias como Arcelor y Azsa ya es inferior al de Alemania, si bien sigue superando al que pagan en Francia

Una torre de electricidad con el sol de fondo.

Una torre de electricidad con el sol de fondo. / José Luis Roca

Javier Cuartas

La entrada en vigor el 15 de junio de la llamada "excepción ibérica", por la que los Gobiernos de España y Portugal lograron autorización de la Unión Europea para que el elevado precio del gas no se contagie a la cotización en el mercado mayorista de la electricidad que no haya sido generada con este combustible fósil, ha supuesto que el precio español del "pool" se haya disociado de la tendencia del resto de los países europeos para situarse claramente por debajo del vigente en otras grandes economías del área.

El precio de la electricidad en el mercado mayorista (en el que se casan las ofertas de venta de las empresas de generación con las propuestas de compra de las compañías comercializadoras) se situó en diciembre en España a la mitad (el 46,7% más barato) que el de los otros grandes países europeos, según un estudio de la consultora especializada Grupo Ase.

El precio medio en España fue el mes pasado de 135,29 euros por megavatio/hora, una vez incluida la compensación a los ciclos combinados, mientras que el precio medio en Alemania, Francia, Italia, Holanda y Reino Unido ascendió a 272,67 euros, el 101,54% superior.

En el conjunto de 2022, el precio medio español (ya sumado el ajuste por el tope al gas) ascendió a 209,69 euros, el 18,93% inferior al promedio del resto de grandes naciones (258,67 euros). Francia y Alemania habían sido tradicionalmente, junto con los países nórdicos, los países con los precios más baratos de la energía eléctrica, "pero 2022 marca un antes y un después", afirma el informe. El precio medio alemán fue el año pasado de 234,15 euros (el 11,66% más caro que el de España) y el francés se situó en 275,08 euros (el 31,18% superior al ibérico).

"Por primera vez, el precio español está por debajo del alemán y del francés, debido al impacto del mecanismo ibérico de tope al gas desde el 15 de junio", sostiene el Grupo ASE. En el caso específico de diciembre también influyó en el superior abaratamiento español la elevada producción renovable en nuestro país (fruto de la gran apuesta del país por la energía verde) y el clima templado de la península, aunque este último factor también se da en otros países frente al temor que había meses atrás a que hubiese un invierno tan crudo como el anterior.

Los informes mensuales de la Asociación de Empresas con Gran Consumo de Energía (AEGE) apuntan en la misma dirección. El último, con datos hasta diciembre, refleja que el precio mayorista español ha permanecido por debajo de los de Francia y Alemania en el periodo acumulado hasta entonces.

Fortia Energía (la sociedad participada por las industrias electrointensivas para la compra de energía en el mercado) defendió el 28 de noviembre la "excepción ibérica", que estableció un tope al precio del gas natural (salvo para los ciclos combinados), de modo que la electricidad que se genera sin el concurso de este hidrocarburo (nuclear, hidráulica y solar) no pudiera seguir beneficiándose de la carestía del gas natural encareciendo toda la electricidad que pasa por el mercado mayorista. Su director general, Juan Temboury, dijo que este "mecanismo de ajuste" ha permitido "un resultado mucho mejor que el del resto de países".

La compensación que ahora sólo se paga a los ciclos combinados para cubrirles el precio real del gas natural que consumen para generar electricidad (y que es en lo que se basan los críticos para intentar cuestionar el modelo) habría que pagarlo igual sin la excepción ibérica. Lo que evitó esta fórmula es que, además, hubiese que seguir retribuyendo como hasta entonces a la hidráulica, a la nuclear, a la solar y a la eólica al mismo precio que a los ciclos combinados pese a que no consumen gas, lo que hubiese disparado mucho más la factura. Esto explica el abaratamiento que se ha producido en España en relación a los países que carecen de este ajuste. Por esta y otras causas, la agencia de calificación crediticia estadounidense Moody’s ya pronosticó el 16 de noviembre que la electricidad sería más barata este invierno en España que en Europa.

Los datos de inflación de la oficina estadística europea (Eurostat) también lo corroboran: España es el país con menor nivel de precios de la eurozona (19 estados hasta diciembre) y de la UE (27 naciones), y ello de manera muy relevante por los costes energéticos.

Según AEGE, el menor precio en España ha supuesto que la industria electrointensiva española (caso de ArcelorMittal, Azsa y otras compañías) soporte ya un coste menor que la de Alemania (219,38 euros frente a 222,64), aunque no que la de Francia (101,21), porque en este país, con fuerte intervencionismo gubernamental, existe una tarifa especial y además su mayor eléctrica (EDF) está estatalizada.

El mecanismo de ajuste fue objeto de muchas críticas en España. El PP lo calificó de "timo ibérico". Pero los gobiernos liberales de Bélgica y Austria, así como el ejecutivo francés, reclamaron a la UE medidas similares a la excepción ibérica. La UE pactó un tope al gas europeo con otro mecanismo desde el 1 de febrero próximo, que convivirá con el ibérico durante tres meses. La solución europea fue el resultado de largas y tensas negociaciones entre los países que exigen abaratar la electricidad y aquellos otros que, por su mayor vulnerabilidad energética, dan prioridad a garantizar el suministro. España propuso la excepción ibérica y aceptó el tope al gas europeo como solución menor porque su demanda sigue siendo poner fin al sistema marginalista de fijación de precios vigente en la UE que garantiza a toda la electricidad (salvo cuando media una excepción como la ibérica) recibir la remuneración de la fuente más cara.

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