La elevada demanda ‘salva’ los resultados de las empresas turísticas

El buen comportamiento de las llegadas, con 14,6 millones de visitantes en 2022, permite a los hoteleros atenuar el impacto del incremento de los costes

Pabellón de Canarias en la pasada edición de la feria turística World Travel Market de Londres.

Pabellón de Canarias en la pasada edición de la feria turística World Travel Market de Londres. / LP / DLP

Julio Gutiérrez

Julio Gutiérrez

El demonizado turismo de masas se ha convertido en la tabla sobre la que flotan unas estructuras de costes de las empresas hoteleras seriamente golpeadas por la inflación. El inesperado comportamiento de una demanda –14,6 millones de visitantes en Canarias durante 2022– que, al menos en teoría, también sufre la erosión que el incremento de precios provoca sobre las economías familiares ha permitido a los empresarios atenuar el golpe a través de las llamadas economías de escala.

¿Qué significa esto? Sencillo. Si se compran 50 kilos de, por ejemplo, papas, se pagan a un precio mayor –por kilo– que si se adquieren 500. Y comprar mayores volúmenes a los proveedores depende exclusivamente de que los establecimientos turísticos estén más o menos llenos, es decir, de que haya clientela que consuma.

Mientras el IPC se mantiene en una suave línea descendente –el pico del 9,5% interanual de agosto se transformó en un 5,8% en el último mes de 2022–, las miradas del sector permanecen fijas en el futuro más próximo. Nada hace pensar que la tendencia positiva en la llegada de turistas a las Islas vaya a quebrarse este año.

Los viajeros han decidido preservar sus presupuestos para las vacaciones

El crecimiento de los precios está ya prácticamente descontado, las economías domésticas lo han absorbido en mayor o menor medida; también el aumento de las cuotas hipotecarias. En ese ajuste fino y a la vista de las cifras de turistas llegados a Canarias, los viajeros han decidido preservar sus presupuestos para las vacaciones.

El presidente de la patronal alojativa tinerfeña (Ashotel) –también lo es de la nacional (Cehat)–, Jorge Marichal, reconoce que la situación «es un tanto paradójica». En el cóctel de malas noticias incluye «la ralentización de las economías y una inflación que, aunque no ya tan disparada como en meses pasados, continúa alta». A pesar de ello, las Islas cerraron el pasado año con solo un 4% de visitantes que en 2019 y eso que 2022 arrancó seriamente lastrado por la variante ómicron.

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aumentan los precios

  • El incremento de los precios hoteleros en Canarias era del 5,51% al paso por el mes de noviembre, último computado por el INE. En el conjunto de España la subida fue del 8,82%.
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millones de turistas

  • El pasado año llegaron a Canarias 14,6 millones de turistas, tan solo un 4% menos ya que en el año anterior al estallido de la pandemia. Y eso que 2022 arrancó afectado por ómicron.
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más de plazas aéreas

  • Para la temporada de verano, las aerolíneas que vuelan a Canarias han programado 11,2 millones de plazas aéreas, cantidad que supera en un 12,4% a la de hace tres años.

Aun dando por buena la archicomentada reacción en favor del ocio y el esparcimiento que sigue, durante un tiempo, a una situación de carencia –el confinamiento y las restricciones en este caso–, cabe preguntarse por qué el Archipiélago se encuentra en el grupo de destinos que mejor comportamiento están mostrando.

"Tuvimos claro que realizar una buena gestión en aquel momento de turismo cero iba a ser nuestra mejor campaña"

Yaiza Castilla

— Consejera de Turismo, Industria y Comercio del Gobierno de Canarias

La consejera de Turismo, Industria y Comercio del Gobierno de Canarias, Yaiza Castilla, tiene una teoría al respecto. «Cuando comenzaron los problemas, tuvimos claro que realizar una buena gestión en aquel momento de turismo cero iba a ser nuestra mejor campaña», sostiene. El Archipiélago comenzó a ganarse de ese modo fama de «destino seguro y en el que se puede confiar», añade.

 De esa manera se explica que las aerolíneas hayan programado de cara a la próxima temporada de verano 11,2 millones de plazas para unir Canarias con destinos nacionales e internacionales. Esa cifra de asientos supera en un 12,4% a la dispuesta en la última temporada estival anterior al estallido de la pandemia de coronavirus.

El miércoles arranca la Feria Internacional de Turismo de Madrid (Fitur 2023). Las esperanzas están puestas en consolidar la demanda. A la espera de que los precios terminen de volver a las tasas de crecimiento que han sido habituales durante las ultimas décadas, la llegada masiva de clientes se muestra como una de las pocas garantías con las que cuentan los hoteles y apartamentos de poder salvar, al menos en parte, sus márgenes de beneficios.

Marichal sitúa el incremento de costes de algunas empresas «entre el 25% y el 30%». Además, en «un momento en el que también tienen que devolver la deuda contraída» durante los cierres sanitarios. En el pasado noviembre, último mes computado por el INE hasta la fecha, los precios hoteleros en las Islas se habían elevado un 5,51% en comparación con el mismo mes del año anterior. Ese encarecimiento es inferior en más de tres puntos al del conjunto de España (8,82%). 

Salvaguardar la llegada de turistas se ha convertido en la clave y, como apunta José Serrano, experto en Turismo y profesor de la Universidad Europea de Canarias, «mantener el equilibrio entre la evolución de los costes y los precios», fundamental en la consecución del objetivo. El turismo de masas ahora no se discute.

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La pandemia ha dotado de un elevado protagonismo a algunas de las exigencias de la clientela turística. De alguno de ellos, como la seguridad del destino, bebe ahora Canarias grandes tragos. José Serrano, experto en Turismo y profesor de la Universidad Europea de Canarias, estima que este factor es fundamental para explicar por qué en las Islas está funcionando tan bien la llegada de visitantes. En gran medida porque, dentro de la incomodidad que supuso para muchos turistas tener que regresar a casa antes de tiempo cuando estalló la pandemia, esa inopinada operación retorno se saldó con un éxito que no admite paliativos. Serrano también detecta el crecimiento de un segmento de la demanda que prefiere viajar en los momentos en que no lo hacen el grueso de los ciudadanos; «evitan el verano», por ejemplo. Eso, además de «optimizar el presupuesto», permite disfrutar sin aglomeraciones del destino. | J. G. H.

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