¿Qué es ESG y por qué todo el mundo habla de estas siglas?

Cada día más, se entiende la sostenibilidad con un abordaje integral, que encierra no solo cuestiones medioambientales, sino que también cubre los aspectos sociales y de buen gobierno.

Trabajando en soluciones sostenibles

Trabajando en soluciones sostenibles / chayanuphol

El concepto de desarrollo sostenible no es nuevo, data de finales de los años 90, pero está experimentando un impulso mayúsculo en nuestros días, no solo en la agenda de los gobiernos y en las preocupaciones de la sociedad, sino sobre todo en las empresas, que han integrado la sostenibilidad en el centro de su actividad. En este ámbito, hay dos siglas que marcan la pauta. Por una parte, están los llamados ODS u Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, un conjunto de 17 focos de actuación a escala mundial que cuentan con indicadores concretos para computar su realización antes del año 2030.

Por otra, se encuentran los llamados criterios ESG, las siglas en inglés de 'Environmental, Social and Governance' o, dicho en español, Ambiental, Social y Gobierno Corporativo. Se conocen también como información no financiera, cuestiones sobre las que las empresas tienen que reportar anualmente según la normativa de la UE y la española. Los ODS y los criterios ESG son foco de atención de las compañías y ambos abordan preocupaciones comunes, pero no son lo mismo.

Existen soluciones para cada una de esas tres verticales y todas ellas son integrables, porque en el centro de los criterios ESG yace la sencilla idea de que las empresas tienen más probabilidades de tener éxito si crean valor para todos sus grupos de interés —empleados/as, clientes, proveedores y la sociedad en general, incluido el medioambiente— y no solo para la empresa. Por consiguiente, el análisis ESG se centra en el servicio que las empresas prestan a la sociedad y, en sus efectos, en los resultados actuales y futuros. Además, no solo trata de lo que la empresa hace actualmente. La consideración de las tendencias futuras tiene una importancia fundamental.

Cambio de paradigma

En los últimos años, venimos asistiendo a un cambio de paradigma no solo social sino también empresarial. Estamos pasando de una gestión en blanco y negro a una gestión en color debido a la irrupción de los criterios ESG (medioambientales, sociales y de buen gobierno). Lo demandan los consumidores, lo creen las empresas y lo exigen los reguladores, por lo tanto, aquellas organizaciones que no solo lo integren en su estrategia, sino que lideren y cojan esa bandera, tendrán una gran ventaja competitiva.

Si bien se relaciona la sostenibilidad a la parte ambiental, para ser verde no es suficiente decirlo muchas veces. Nunca lo ha sido, pero lo es menos hoy en día debido a la crisis de confianza o al escepticismo imperante actualmente -pandemia, guerra de Ucrania, crisis energética y de suministros-. La sociedad está exigiendo hechos y medidas contrastables que les permitan confiar en las palabras. Es ahí donde entran en juego organizaciones como AENOR, que busca eliminar brechas de competitividad mediante la generación de confianza entre organizaciones y personas.

Aportando soluciones concretas

En el eje ambiental, AENOR ha desarrollado soluciones centradas en, por ejemplo, la economía circular (residuo cero, ecodiseño, trazabilidad de plástico reciclado o desperdicio alimentario), el cambio climático (cálculo de huella de carbono, reducción de gases de efecto invernadero o neutralidad en carbono), la eficiencia energética o las energías renovables”. En lo social, dispone de modelos de certificación de igualdad de género, retributiva o de inclusión de las personas mayores, pero también de responsabilidad social o de accesibilidad; y, finalmente, en el ámbito del buen gobierno, hay soluciones de antisoborno, de compliance tributario, de prevención de delitos, o incluso una certificación de buen gobierno.

Es indispensable que la sostenibilidad sea intrínseca a las empresas, quienes tienen la misión de perdurar en el tiempo y estar preparadas para superar cualquier obstáculo para poder así seguir formando y dando oportunidades a la sociedad. Y ese objetivo solo se va a conseguir con un abordaje integral que abarque todos los aspectos de la sostenibilidad y garanticemos un futuro del entorno, de las personas y económico.