Actividad mercantil

Cataluña ha perdido casi 5.000 sedes empresariales desde el 1-O

Desde 2017, acumula un saldo neto de casi 2.500 marchas más que implantaciones | La creación de compañías, en cambio, se reduce a ritmo menor que en Madrid

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Agustí Sala - Paula Clemente

Otro año Cataluña acumula más salidas que entradas de sedes sociales de empresas. En 2022 se mudaron 811 y llegaron 630 nuevas, con un saldo negativo de 181. Desde 2017, el año del referéndum del 1-O, se han marchado casi 5.000 sedes y, en cambio, a lo largo de este periodo han optado por ubicarse en Catalunya unas 2.100, según los datos del Registro Mercantil. En Madrid sucede exactamente lo contrario, con la excepción del año pasado en el que se registró un cambio testimonial en el último trimestre, con 376 salidas y 373 llegadas. A lo largo de este este periodo la comunidad de la capital de España acumula un saldo positivo de 1.733 sedes, como consecuencia de 6.745 que han recalado en este territorio y 5.012 que se han marchado. El año pasado, su saldo entre entradas y salidas fue positivo: 191.

El saldo negativo en Cataluña, cuyo cénit se alcanzó en 2017 con casi 2.000 fugas y apenas 548 entradas, contrasta con el desembarco de divisiones y segmentos de compañías, especialmente multinacionales que han optado por instalar especialmente en Barcelona y su área metropolitana centros de investigación y desarrollo (I+D), de innovación o 'hubs' digitales. Es el caso de Nestlé, Pepsico o los anuncios llevados a cabo por de Intel y Cisco, entre otros, al calor de la consolidación de la capital catalana como polo y ecosistema emprendedor, tecnológico e innovador.

Es una tendencia que no ha logrado evitar cierta imagen de decadencia recogida en un reciente reportaje en el 'Financial Times'. El rotativo británico concluye que la reputación de la capital catalana se ha debilitado a causa sobre todo del ambiente político. A juicio de esta publicación, Barcelona habría perdido atractivo económico y turístico además de "orgullo de ciudad".

En todo caso, a la llegada de centros de excelencia de empresas se suman buenos datos turísticos. Tras un 2022 en el que se registró una recuperación turística acelerada en la capital catalana y quedar a solo 1,8 puntos de la superocupación hotelera de 2019, se astisba un 2023 positivo. De hecho, el presidente de esta organización, Jordi Clos, confía en igualar este año los datos históricos, con la diferencia de que unos precios en nivel récord han incrementado el peso de los viajeros de mayor calidad.

Hay otros datos optimistas. El pasado viernes, el Instituto Nacional de Estadística (INE) publicó un balance que deja en mejor posición a Catalunya que a Madrid. Según el análisis de final de año, en 2022 la creación de empresas disminuyó un 3,6% en la comunidad que alberga la capital del Estado, frente al 1,1% que lo hizo en el territorio catalán. Y, del mismo modo, el cierre de negocios es 14 puntos peor en Madrid, si bien hay mucha diferencia de volumen entre una autonomía y otra: a modo de referencia, anualmente se disuelven en torno a 1.700 compañías en Catalunya, mientras que en la capital de España las cifras rondan más bien las 7.000, señal de que el tejido es mucho más denso allí. 

Así, el indicio más evidente de evolución (o no) es la comparativa interna, y esta refleja que habitualmente Madrid sale mucho mejor parada de esta comparación: excepto en 2019, en los últimos cinco años Madrid siempre incrementa más que Catalunya, por ejemplo, el número de nuevos negocios puestos en marcha. Y si bien esta victoria no suele reproducirse en cuanto a las disoluciones, en 2021 fue incluso así, también. Este año, en cambio, Catalunya gana 2 a 0 (menor porcentaje de caída en la fundación, menor incremento de cierres) aunque en terreno de traslado de sedes, el territorio siga encajando goles.

Sin acciones para atraer

En un principio, el Govern se llegó a plantear llevar a cabo acciones para atraer de nuevo sedes que se marcharon, que van desde la pléyade de participadas de La Caixa, como Naturgy (Madrid) o CaixaBank (València) o la propia fundación y obra social y su hólding Criteria (Palma de Mallorca), hasta Banc Sabadell (Alicante). En todo caso, la fuga de sedes, especialmente de grandes compañías, fue multisectorial: AbertisCodorniuGrupo PlanetaCatalana OccidentePastas GalloColonialLa Bruixa d’OrAgbar....

En un principio, la Generalitat se planteó alguna acción para atraer sedes que se habían marchado. Así lo llegó a anunciar el que hoy es 'president Pere Aragonès, cuando era 'vicepresident' en una intervención en la reunión anual del Cercle d'Economia en 2019. Pero finalmente se descartó esta opción porque sería "injusta" para las compañías que decidieron mantener en Cataluña su sede social, según fuentes del Ejecutivo catalán.

El presidente de Foment del Treball, Josep Sánchez Llibre, se propuso al presentarse a las elecciones en su primer mandato en 2018 como uno de sus retos conseguir el regreso de algunas sedes sociales y lo ha reiterado para este segundo mandato para el que fue reelegido en julio pasado. Por ahora en el Ibex-35, el principal referente bursátil en España solo quedan dos compañías con sede social en Catalunya, Fluidra y Grífols.

A la par que crece el atractivo de la comunidad para la instalación de centros de investigación y desarrollo (I+D) o centros de servicios compartidos o de excelencia, la cuestión sobre las sedes sociales sigue siendo recurrente y se repite la pregunta en juntas de accionistas de compañías que en su día tenían el cuartel general en Barcelona y que, en realidad, lo siguen teniendo aunque registralmente lo han trasladado.

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