Consumo

Los supermercados españoles descartan la cesta de la compra antiinflación que instaurará Francia

Las grandes cadenas de distribución creen que una medida así daña su reputación a la larga y que es beneficiosa solo para una parte de la población

La zona de aceites de un supermercado de Barcelona.

La zona de aceites de un supermercado de Barcelona.

Paula Clemente

Lo pidió la ministra Yolanda Díaz por activa y por pasiva, lo intentó Carrefour y el tema ocupó la primera línea de debate público durante semanas, pero, meses después, los supermercados españoles siguen convencidos de que una cesta de la compra a precio limitado no es una buena idea. Así lo mantienen el día después de que Francia haya anunciado un acuerdo entre el Gobierno y las grandes distribuidoras del país por el que éstas venderán durante el segundo trimestre de este año cientos de productos a un precio más bajo del que es habitual. Lo harán seguro Carrefour e Intermarché, que aseguraron ayer que ya tenían listos lotes con hasta 200 y 500 productos a precio rebajado.

Y ante tal situación, la pregunta ha sido inevitable ¿Y en España, qué? Fuentes del sector de la gran distribución aseguran que aquí la oposición de los supermercados es rotunda. Primero porque el precedente ha demostrado, según ellos, que una medida así se les acaba girando en contra. El Gobierno de Nicolas Sarkozy impulsó hace diez años una cesta de este estilo en Francia que, a juicio de estas voces del sector, se tradujo en producto de menos calidad y, consecuentemente, en dañar la reputación de los supermercados cuando los consumidores se dieron cuenta.

En segundo lugar, ven en ello una medida discriminatoria que deja fuera toda la parte de la población que no suele comprar en los grandes supermercados. "En Francia tienen otro modelo de distribución mucho más concentrado, aquí hay mucha variedad de empresas y hay mucha gente, sobre todo en zonas rurales, que compra en pequeños establecimientos", comentan estas fuentes. "¿Qué ocurre con quien no tiene acceso a un supermercado grande?", se preguntan. En cualquier caso, cuando se debatía este asunto a finales del año pasado, también los pequeños comercios se mostraron contrarios a la propuesta: a su parecer, una medida así les resta drásticamente capacidad para competir.

A todo ello, la gran distribución suma que bajar el precio de toda una serie de productos en las estanterías del supermercado, les dejaría solos en la lucha por abaratar la cesta de la compra. "Si se congelan los precios, ¿Quién asume el coste?", insisten.

Esfuerzo distribuido

De hecho, uno de los mensajes que plantó hace un par de semanas el ministro de Agricultura, Pesca y AlimentaciónLuis Planas, tras reunirse con figuras representantes de varias partes de la cadena de valor alimentaria, fue que esto era, efectivamente, un problema de todos.

Sin embargo, el propio Planas valoró ayer de forma positiva la iniciativa del Gobierno francés. En la inauguración de una feria cárnica celebrada en Madrid, este titular del Gobierno animó a las compañías españolas a "plantear iniciativas similares" aquí, "siempre con respeto a la Ley de la Cadena Alimentaria y que no sea en perjuicio de la industria ni de los productores", matizó.

Porque, por ejemplo en el caso de la producción de leche, la situación es tan delicada que, según recoge 'El Economista', la mayor asociación de productores de EspañaAgaprol, ya ha advertido que como siga bajando el precio, no le quedará más remedio que pedir a los asociados que empiecen a sacrificar vacas.