Empresas

La ventajosa fiscalidad lusa alienta la "fuga" de empresas al otro lado de la frontera

El número de sociedades con filiales en Portugal se duplica en una década, muchas de ellas con matriz en las provincias de La Raya

Frontera de España y Portugal.

Frontera de España y Portugal. / LOZ

Diego G. Tabaco

La fiscalidad portuguesa, más ventajosa para las empresas en muchos puntos, alienta en los últimos tiempos la "fuga" de empresas desde los territorios limítrofes hasta Portugal. Así lo perciben las asociaciones de empresarios de Zamora y así está sucediendo aquí y en otras provincias del país, principalmente en las que tienen frontera con Portugal. Galicia y toda la Raya están afectadas por este fenómeno. De hecho, a esto se refirió hace unos meses Alberto Núñez Feijóo. "Tenemos que cuidar la inversión, las rentas, el patrimonio... y captarlo. En Portugal no tienen ni impuesto de donaciones, de sucesiones ni de patrimonio. Con esto, estamos empujando nuestras inversiones fuera de España. Yo he vivido como empresas de Galicia se han instalado en Portugal", aseguró.

No hay datos provincializados, pero sí nacionales, y son elocuentes. El número de empresas españolas que emigran a Portugal va al alza. Un anticipo son las sociedades con filiales en el país vecino, muchas de las cuales acaban al final por mudar la empresa matriz al otro lado de la frontera. En 2010, 434 empresas zamoranas tenían filiales en Portugal. Tenían 43.000 trabajadores y facturaban algo más de diez millones de euros. Se trataba, fundamentalmente, de empresas grandes. En 2020, últimos datos disponibles, la situación ha cambiado. Son 780 las empresas españoles con filiales en Portugal. Casi el doble, aunque la cifra total de empleados ha mermado hasta las 35.000 personas. Es decir, son empresas más pequeñas las que se han instalado en Portugal en los últimos años. La facturación prácticamente no ha variado en la última década, siempre según los datos del Instituto Nacional de Estadística.

Las diferencias impositivas entre España y Portugal son notables en lo que refiere a los tributos que tienen que pagar las empresas. El Impuesto de Sociedades español, que por lo general es del veinticinco por ciento, es cuatro puntos inferior al otro lado de la frontera. Pero las bonificaciones son mayores en gravámenes no exclusivos de las sociedades empresariales. El Impuesto de Transmisiones Patrimoniales, que en España oscila entre el cinco y el 11,5%, en Portugal nunca supera el 6,5%. El impuesto que grava el patrimonio, que en España puede llegar al 3,5%, no existe en Portugal. Tampoco hay al otro lado de la frontera Impuesto de Sucesiones y Donaciones, que sí existe en España aunque esté bonificado en muchas comunidades, entre ellas Castilla y León, tienen unas significativas bonificaciones.

Para escapar de Hacienda

A nivel nacional, indican desde la Cámara de Comercio e Industria de Zamora, no se percibe una gran movilidad de empresas entre comunidades autonómas porque, recuerdan estas fuentes, los principales impuestos a los que se enfrentan las empresas son nacionales y se pagan por igual en todo el territorio español. Si acaso, es un fenómeno que sucede en las provincias que tienen frontera directa con Navarra o País Vasco. En muchas ocasiones las sociedades cambian su sede social a estos territorios para aprovechar un régimen foral más ventajoso para ellas.

Lo que sí puede suceder a nivel nacional es que las empresas establezcan su sede social en la Comunidad de Madrid para escapar el ojo inquisidor de Hacienda. "Una empresa que facture diez millones en Zamora destaca y una que lo hace en Madrid pasa desapercibida", explican a este diario fuentes empresariales. En este sentido, hay sociedades que optan por cambiar su sede social, ya que ello no conlleva que la producción tenga que irse también a otras comunidades.

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