La desconfianza resta a la economía el impulso que aporta la colaboración público-privada
Los países más desarrollados son los que más inciden en las relaciones entre los gobiernos y los empresarios
ACFI TV/Ángel Medina/Efe
"La colaboración público-privada presenta problemas por la desconfianza que hay entre el sector público y privado", ha señalado este martes el presidente de la Confederación Canaria de Empresarios (CCE), Pedro Ortega. De los veinte países más competitivos del mundo, según World Economic Forum, 16 se sitúan también como aquellos en los que con mayor intensidad se practica la colaboración público-privada.
Esa relación ha sido la protagonista del foro programado en el Auditorio Alfredo Kraus por la organización empresarial de Las Palmas. Ante cerca de dos centenares de empresarios, gestores públicos y expertos, la conclusión principal es que terminar con los estereotipos que rigen esa relación entre esos dos ámbitos generará beneficios.
El presidente de Canarias, Ángel Víctor Torres, recurrió a la pandemia para exponer las posibilidades que se abren cuando se encuentra un objetivo común. "No teníamos el material necesario para afrontar el problema, y entonces no existía sanidad pública ni privada, todos estábamos alineados y fueron varios de los empresarios que están hoy aquí quienes lo hicieron posible", ha explicado también a modo de homenaje.
Torres destaca la importancia que tuvieron los empresarios durante la pandemia
Una colaboración que continuó para conseguir que el decreto sobre los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) contuviera "las especificidades de Canarias", que ya en las primeras semanas se entendió que era "la comunidad autónoma que más iba a sufrir las consecuencias económicas", ha expuesto el presidente.
Del mismo modo, ha destacado el trabajo desempeñado por las cámaras de comercio canarias para tramitar "en tiempo récord", incidió Torres, los 1.144 millones de euros que el Gobierno central destinó a fondo perdido a paliar las pérdidas de empresarios y autónomos del Archipiélago.
El trabajo hombro con hombro ha demostrado dar sus frutos. Claro que toda esa vorágine es caldo propicio para que aparezcan indeseables en busca del propio beneficio, pero, como se ha comentado en los corrillos durante la pausa, eso no termina con la evidencia del beneficio que aporta al conjunto de los administrados el entendimiento. Algunos de los presentes, incluso han solicitado mano dura contra los corruptos por el daño que hacen a la imagen del colectivo empresarial y a la sociedad en su conjunto.
Barrera a superar
Son esos impactos los que alimentan los mensajes negativos contra la colaboración público-privada, "una barrera que hay que superar en mesas de diálogo", ha subrayado Pedro Ortega. Y ahí está lo ocurrido durante la pandemia para ejemplificar el alto rendimiento que puede obtenerse del entendimiento entre las partes.
"Mejor hacemos ya una estrategia, sin tener que esperar a una emergencia", ha señalado el experto y consultor internacional sobre gobernanza, Carles Agustí Hernández. Algo que ninguno de los presentes ha rechazado por El valor de la colaboración público-privada par generar desarrollo social y económico.
"Mejor hacemos ya una estrategia, sin tener que esperar a una emergencia"
Bajo ese título, la directora asociada del Centro de Gobernanza Pública de Esade, Mónica Reig, ha ofrecido una master class que ha partido de una "evidencia: Estado, mercado y sociedad no son independientes, sino interdependientes". Ella también ha recurrido a la pandemia como ejemplo de "las limitaciones" que tiene lo público para la resolución de los problemas.
La también doctora en Derecho y Ciencia Política por la Universidad de Barcelona, y directora del programa Partners ha situado "la confrontación" como el sustrato sobre el que navega en la actualidad el debate cuando se juntan lo público y lo privado como estrategia para la resolución de problemas.
Sin embargo, para salir adelante y que cristalicen los beneficios que persiguen, "todos los ODS" (Objetivos de Desarrollo Sostenible]) dictados en 2015 por la Asamblea General de las Naciones Unidas, "requieren de la colaboración público-privada", ha expuesto Reig Mayoral.
Y la propia Unión Europea ha manifestado su confianza en esta fórmula como manera de conseguir que los fondos habilitados para la recuperación económica tras la crisis sanitaria se trasladen al tejido productivo.
España puntúa bien en sistema de salud, infraestructuras y conectividad; pincha en innovación o colaboración público-privada
Volviendo a la clasificación de World Economic Forum, España aparece en el puesto 23 de 141. Mónica Reig ha detallado los parámetros con buena puntuación: «sistema de salud, infraestructuras y conectividad». Sin embargo, «pincha en colaboración público-privada, innovación y sofisticación de la compra».
¿Qué significa esto último? La doctora Reig lo ha resumido con el ejemplo de la educación de 0 a 3 años. «No debemos quedarnos ahí, sino en qué perseguimos con ella. Por ejemplo, un incremento demográfico o la mejora de conciliación laboral».
En opinión de varios de los expertos que han intervenido en el foro organizado por la Confederación Canaria de Empresarios (CCE), en ocasiones se alude a las relaciones entre la Administración y las empresas como privatizaciones sin que lo sean. Existen fórmulas como los conciertos, las concesiones o las empresas mixtas que facilitan el beneficio para ambas partes y el control de las actuaciones. En cualquier caso, Eduardo Romero, socio de la consultoría Auren, ha invitado a «quitarse los complejos. A veces no se hace nada por el lío que puede montarse en la calle o en la prensa, pero es que hay ocasiones en las que es necesario hacer cosas». Y será más fácil si se deroga el artículo 10 del real decreto que desarrolla la Ley Desindexación de la Economía Española, que limita a poco más del 2% el beneficio que puede obtener la empresa privada. Una norma que, en opinión de Mariano Magide, socio del despacho Uría Menéndez, bebe de «la desconfianza» y que provoca que fondos interesados en proyectos a desarrollar en España acaben, por ejemplo, «en Finlandia». | J. G. H.
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