Entrevista | Mariano Vázquez Profesor de arquitectura en la Universidad Politécnica de Madrid

Mariano Vázquez: "Se vende como un logro que crezca el PIB, pero en realidad es una desgracia"

El profesor de arquitectura Mariano Vázquez asegura que en un mundo finito el crecimiento indefinido es una "superstición"

Mariano Vázquez ayer en la capital grancanaria.

Mariano Vázquez ayer en la capital grancanaria. / Juan Carlos Castro

El profesor de arquitectura Mariano Vázquez (Madrid, 1958), especialista en urbanismo sostenible, asegura que para impulsar un sector constructivo basado en la economía circular se deben prohibir las nuevas edificaciones. Apuesta por frenar el «crecimiento indefinido», rehabilitar casas vacías y repensar el concepto de propiedad. El científico fue ponente ayer en las IV Jornadas Canarias sobre Economía Circular.

¿Qué es una construcción sostenible?

Una construcción sostenible es una construcción que no causa impactos negativos a su alrededor. En realidad, durante el 99% de la existencia de la humanidad se ha construido sosteniblemente porque éramos pocos. Usábamos la arquitectura vernácula o la tradicional, la arquitectura de lo disponible.

Actualmente, ¿se edifica, como dice usted, en base a lo disponible?

No, el grueso de nuestra construcción hace acopio de la extracción de minerales que no se reponen. Se incumple una de las leyes básicas de la salud de un ecosistema: si alguien produce en residuo, surge otra especie que dice «¡Ah! Eso a este individuo no le vale, pero a mí sí». Nuestra forma de construir produce unos residuos que no le valen a nadie. La mayor producción de los desechos en el Estado español proviene de la construcción.

¿Y cómo se puede impulsar un sector constructivo circular?

En general, las cosas son bastante sencillas, pero se necesita voluntad política. En el Estado español tenemos un millón de viviendas vacías… Los políticos deberían prohibir la construcción, reformular la propiedad y reorganizar a la población. Así no habría que levantar nuevas viviendas.

Lo que plantea no parece tan sencillo. ¿Qué pasaría con las constructoras? Habría un conflicto entre bien común y crecimiento económico.

En un planeta finito no puede haber un crecimiento indefinido, y quien crea que sí, es creyente de algo imposible. Mientras se base el crecimiento en el valor monetario, y lo recursos comunes estén bajo propiedad privada, no hay solución posible. Respecto a las constructoras, hay un montón de trabajo que hacer en el parque inmobiliario del Estado español, por ejemplo, rehabilitar viviendas para que dejen de consumir tanta energía. El problema yo creo que no está las constructoras, que son gente que trabaja, más bien está en las promotoras, que son gente que especula.

¿Cree que la población respalda la tesis que plantea?

Creo que hay de todo. Por ejemplo, en Madrid, en las últimas elecciones autonómicas, alguien hizo un estudio interesante sobre todos los núcleos urbanos en los que había conflictos muy gordos con el Gobierno de la comunidad. El más gordo estaba en San Fernando de Henares, donde la construcción de una vía de metro había provocado que se hundieran viviendas. Vecinos perdieron su casa, un drama. Pues bien, no tuvo influencia alguna en el voto. Es muy complicado saber si la población está cambiando de pensamiento y tampoco hay que culpabilizarla por ello. Hay gente que está viviendo al día. La desigualdad social que produce el capitalismo extractivo también es uno de los grandes problemas que impide que la mayor parte de la gente sea consciente de que así no va a conseguir una buena vida, no va a conseguir bienestar, que en el fondo creo que es lo que todos los seres vivos buscamos.

Canarias ha experimentado un fuerte crecimiento demográfico, ¿cómo se puede hacer frente a este reto habitacional?

Pues ese es un problema ético y moral importantísimo. Ningún ecosistema puede soportar un crecimiento indefinido de la población. Es uno de los grandes problemas que tiene nuestra civilización.

¿Qué le parece el modelo turístico que tenemos en Canarias?

A largo plazo, el modelo turístico de masas es inviable. Los visitantes son personas que consiguen tener el valor monetario suficiente como para venir a las Islas a base de unos empleos que están basados en el capitalismo extractivo. Entonces... No lo veo, la verdad. Pretender que sea un buen valor que el número de turistas crezca cada año no tiene sentido. Creo que es más sensato decir: «vale, tenemos una serie de turistas, de momento no podemos cambiar el modelo, vamos a hacer que ese número de visitantes esté limitado». Se deben ofrecer cosas más atractivas que sol y playa.

Me sorprende que diga que la llegada de más turistas no tiene sentido cuando normalmente se vende como un logro.

Igual que se vende como un logro que crezca el Producto Interior Bruto –PIB–, pero en realidad es una desgracia. La gente no sabe que en esta magnitud económica están incluidos los muertos, los accidentes de tráfico, los gastos sanitarios, etcétera. Es decir, estamos usando siempre unas magnitudes que... a ver como lo digo con mucha claridad: ni el euro, ni el yen, ni el dólar están en el sistema internacional de unidades, que es el sistema de magnitudes que usamos los científicos para hacer cuentas. El valor monetario es una pseudo magnitud, es una anotación contable en una base de datos de alguien que tiene autoridad y poder suficiente para hacerla. No tienen ningún respaldo físico. Todas estas historias de que crecer es bueno topan con lo que ya decía antes, en un espacio finito cualquier crecimiento indefinido es una superstición. 

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