Medioambiente

1.500 millones para salvar el Mediterráneo

Un conjunto de multinacionales financian y forman Nactiva, una aceleradora de proyectos medioambientales impulsada por Agbar, Naturgy y CaixaBank, entre otras empresas

Joan Cabezas, CEO de Nactiva, posa en su despacho.

Joan Cabezas, CEO de Nactiva, posa en su despacho.

Irene Juárez

El agua de Agbar y la energía de Naturgy, pero también los materiales de construcción de Celsa y Cementos Molins. Los servicios de Catalana Occidente y de Grant Thornton; los de la asesora financiera Global Impact Assets y los de CaixaBank. Los alimentos de Flax & Kale y los de Ametller Origen, y ahora, también, las edificaciones de Copisa. Todos quieren ser sostenibles. Estas multinacionales, procedentes de sectores aparentemente tan alejados, se han unido para hacer realidad la responsabilidad y el deseo de proteger el explotado hábitat mediterráneo.

Una palabra clave: capital natural, entendido como el conjunto de recursos de un ecosistema. Y la que quiere ser su unión con las multinacionales: Nactiva, una plataforma que acaba de nacer con todas estas empresas detrás dándole apoyo financiero y nutriéndose de ella como partners. Se define como una organización que pretende acelerar las inversiones y los proyectos sostenibles de la zona del Mediterráneo.

250.000 beneficiarios

La plataforma se ha creado con el objetivo de movilizar unos 1.500 millones hasta 2030, que se invertirán en 100 proyectos "de tamaño relevante" -podrían convertirse en 200, contando los pequeños- que tendrán incidencia sobre una superficie de 50.000 hectáreas. La ambición de Nactiva es influir sobre 250.000 beneficiarios (entre trabajadores, inversores y comunidades impactadas). Para ello, deberá contar con entre 50 y 100 partners, según sus datos. 

Sin embargo, Nactiva nació en abril y hasta ahora sus creadores se niegan a concretar con qué inversión lo hizo. Se constituyeron con "pequeñas aportaciones, no muy significativas" de los socios, acompañadas de una membresía anual de la que la organización tampoco quiere hablar. Lo confirman fuentes de Ametller Origen. "La captación fue más bien por nuestro proyecto, no por el capital", apuntan. Se busca la cooperación. "Compartimos lo que hacemos nosotros y recibimos ayuda de los demás", aseguran.

La plataforma prevé atraer inversión privada para cada proyecto que ponga en marcha. "Ir a buscar fondos grandes, para que los programas tengan gran impacto", subraya. El primer año aspira a canalizar inversiones por un valor de entre 50 y 70 millones.

Dependencia alimentaria

Hace dos años, Joan Cabezas , director del negocio de capital natural de la gestora The Palladium Group, y Silvia Alsina, CEO de la agencia de comunicación Roman, se dieron cuenta de que "una de las partes del mundo más afectadas por el cambio climático es el Mediterráneo". Aquí se suman la pérdida de biodiversidad con la de soberanía alimentaria. "Dependemos de los productos que otros países nos quieran vender", sentencian. Así que se pusieron manos a la obra con unos papeles claramente diferenciados: "Yo atraería a los CEO de las compañías y Silvia les explicaría el proyecto", cuenta Cabezas en una entrevista con ‘activos’.

El objetivo último de Nactiva pasa por conseguir que el sector económico del Mediterráneo "tenga una parte muy ligada al sector del capital natural" y que después se pueda exportar a otros países. "Y que de esta forma -añade- se estimule la creación de start-ups" que trabajen en este sector. "Las empresas querrán invertir en nosotros porque verán oportunidades de negocio a medio y largo plazo", sostiene.

"Somos autofinanciados -insiste Cabezas-. No queremos que la plataforma salga al mercado, pero sí que atraiga recursos cada vez más importantes para poder hacer inversiones". Aspiran también a canalizar algunas inversiones públicas. Pero la intención no es obtener beneficios. "Queremos quedarnos a cero todos los años", subraya el creador. Que todos sus ingresos se reinviertan. "No vamos a invertir más de lo que podamos recaudar entre partners y proyectos", concluye. En ello se incluyen los sueldos de las 10 personas que tienen en plantilla. Además, subcontratan algunos servicios. Con ello, el número asciende a la veintena de personas.

Pretenden salir de España, pero no en el primer año. A medio plazo quieren entrar en Francia, Italia, el Líbano, Egipto, Marruecos... Aunque no aclaran objetivos numéricos sobre la reducción de emisiones de CO2, por ejemplo. "Necesitamos arrancar los proyectos para tener las primeras mediciones" y poder fijarse objetivos, argumentan.

Cuatro verticales

Nactiva abarca cuatro verticales medioambientales. La primera es la gestión de los bosques, que están "abandonados y poco trabajados", al ser privada la mayoría de la propiedad. Quieren conseguir que los propietarios cedan parte de los terrenos a empresas que los gestionen y, a cambio, se queden todo el material que obtengan del bosque.

El segundo proyecto pretende aumentar la producción de proteína vegetal en Catalunya, disminuyendo así las importaciones. El tercero, en la misma línea, persigue alcanzar "el 100% de soberanía alimentaria". Y por último, Nactiva se centrará también en disminuir la contaminación del mar y los ríos, así como en dar una segunda vida a las colonias industriales.