El descarrilamiento de la candidatura al Banco Central Europeo de Margarita Delgado, subgobernadora del Banco de España, acerca (aunque no garantiza) a Nadia Calviño al objetivo de situarse al frente del Banco Europeo de Inversiones, el brazo financiero de la UE, con un balance de unos 500.000 millones y que presta unos 70.000 millones al año. El consejo de gobierno del BCE se ha decantado este miércoles por Claudia Buch, vicepresidenta del Banco Central alemán, como su candidata para presidir el poderoso Mecanismo Único de Supervisión (MUS). Esta elección se produce a pesar de que la número dos del Bundesbank tiene un perfil de economista teórica y se ha dedicado menos tiempo que Delgado a la supervisión. Delgado, con un currículum de más de 30 años de experiencia en todos los niveles de supervisión bancaria, tanto en organismos españoles como en el propio BCE, ha sido víctima de lo que en los ambientes europeos se denomina un cambio de cromos: "Todo apunta a que España y Alemania han pactado para que los germanos se queden la supervisión a cambio de un eventual apoyo a Calviño en el BEI", apuntan fuentes cercanas a las negociaciones.
Aunque el principal problema para Calviño es que el apoyo alemán no está, según las fuentes consultadas, absolutamente atado, la apuesta por Delgado también se habría visto debilitada por la fuerte presión de los alemanes para favorecer a su candidata, algo que ya se sabía antes de que el Gobierno español anunciase la aspiración de Calviño para liderar el BEI. "Para Alemania es muy importante hacerse con los temas de supervisión bancaria en el BCE porque son muy celosos de su sistema financiero. No les gustaría que otros indagasen en el estado de los balances de sus entidades", apuntan otras fuentes. Que se hayan solapado dos candidaturas españolas al mismo tiempo, tampoco ha ayudado a Delgado. Otra variable que ha podido influir en el descarrilamiento de Delgado es la elección de la nueva sede de la Agencia Europea de Lucha contra el Blaqueo de Capitales y la Financiación del Terrorismo. España figura entre las primeras posiciones para hacerse con este organismo y que se sitúe en Madrid, pero París y Fráncfort también se postulan para llevarse la agencia.
La candidatura de Calviño es la apuesta española que ahora mismo se perfila con mayores posibilidades en el reparto, siempre difícil, de cargos y agencias entre los países europeos. Calviño posee una carrera de prestigio en Bruselas y, al ser titular de Economía de España, conoce muy bien los círculos de decisión de la Unión Europea. El Ecofin, la cumbre de ministro de finanzas comunitaria, arranca este viernes en Santiago de Compostela y es previsible que la candidatura de Calviño para hacerse con la presidencia del BEI gane fuerza en este círculo. La vicepresidenta Nadia Calviño, que ya se postuló para ser directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI) en 2019 y que en 2020 trató de liderar el Eurogrupo, se ha encontrado con otra piedra en el camino que puede hacerse muy grande, la candidatura de Margrethe Vestager, hasta ahora vicepresidenta de la Comisión Europea.
Vestager, que fue comisaria de Competencia, ha mostrado mano dura con las grandes tecnológicas estadounidenses. No le ha temblado la mano a la hora de abrir investigaciones y multar a las megacorporaciones americanas ante su dominio del mercado. Además, Vestager es un peso pesado político en Europa. Está muy bien valorada en Bruselas y necesita encontrar un puesto acorde a su figura. La secretaría general de la OTAN, actualmente ocupada por Jens Stoltenberg, tiene que renovarse. El mandato del noruego acaba en septiembre de este año, aunque si no se encuentra sustituto estará en el cargo hasta octubre de 2024. Uno de los nombres que se barajan para el relevo es Vestager. "Si se produjese este movimiento, sí que se allanaría el camino de Calviño al BEI", concluyen.
Actualmente España no puede quejarse de falta de representación en los organismo europeos. Algunos nombres que se pueden mencionar son José Manuel Campa o Luis de Guindos, economistas españoles. De Guindos, que fue ministro de Economía en el Gobierno de Mariano Rajoy, es el actual vicepresidente del Banco Central Europeo. El economista José Manuel Campa obstenta otro puesto de gran responsabilidad, como es el de presidente de la Autoridad Bancaria Europea desde 2019. El actual gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, también obstenta la presidencia del Comité de Basilea. También es destacable el nombre de Fernando Restoy, que fue vicepresidente de la CNMV de 2008 a 2012 y subgobernador del Banco de España de 2012 a 2016, y que actualmente lidera el Instituto de Estabilidad Financiera (FSI) del Banco de Pago Internacionales.