Era una de las cuestiones que más se temía y finalmente ha ocurrido. La plaga de escarabajo de Colorado, que impide la importación de papas desde Inglaterra hasta Canarias, afecta ya de forma considerable a una de las veinte empresas que se dedican a la plantación de este tubérculo en el Archipiélago. Ha sido una empresa tinerfeña la primera en verse obligada a meter en un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) a parte de su plantilla –en concreto, a cuatro trabajadores–.
Fuentes de la Dirección General de Trabajo del Gobierno regional confirmaron ayer a este periódico que una empresa canaria que se dedica a la plantación de papas pidió este viernes que cuatro de sus empleados se acogieran al mecanismo de protección al trabajador que suponen los ERTE.
Una vez comprobada la documentación aportada, el expediente fue aceptado por la Inspección General de Trabajo y es el primero de este tipo que se presenta en las Islas desde que comenzara la crisis por culpa de un coleóptero que fue detectado en Inglaterra a principios de este año.
Este ERTE se presenta por causa de «fuerza mayor» –que ha quedado ratificada– y se justifica «en la reducción de la producción de la empresa a causa de la plaga que afecta a la papa». A partir de ahora, el expediente seguirá su curso habitual y será tramitado en sus siguientes fases por el Servicio Estatal de Empleo. La duración del mismo es indefinida, ya que estará vigente «hasta el fin de la restricción de las semillas». Cabe recordar que una ley de 1987 «protege» a Canarias de la entrada de plagas, una norma que ni agricultores ni Gobierno plantean derogar.
Que la situación de las empresas importadoras se iba a recrudecer en septiembre en las Islas por la falta de semillas era algo que ya preveían desde la Asociación de Distribuidores de Papas de Gran Canaria (Adipa). Su presidente, Juan Luis Pulido, advertía en agosto de que «al menos un millar de puestos de trabajo» están en juego en esta crisis.
Las esperanzas en agosto estaban centradas en reducir al mínimo los reajustes de plantilla o, incluso, prescindir de los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE). Algo que, llegado mediados de septiembre, no ha sido posible.
La fecha fijada para solucionar parte del problema era precisamente el 15 de septiembre, momento en el que los importadores esperaban que se produjera la entrada de papa desde Escocia e Irlanda del Norte. Sin embargo, esa papa solo se veía como solución para cubrir la demanda «al 50%, no creemos que más». Sin esa alternativa, así como la de traer tubérculos de Israel, las empresas se veían sin posibilidad de producir hasta diciembre. Y es que, otra de las opciones, importar semillas desde Dinamarca, les pondría en una situación mucho peor: «Antes de dos meses no enviarán».