Transportes | Nueva ruta Fuerteventura-Tarfaya

La línea entre Canarias y Tarfaya ‘engordará’ en 140 millones al año el comercio con Marruecos

El Ejecutivo espera que el restablecimiento de la conexión marítima ayude a recuperar las relaciones comerciales con Rabat, que tocaron techo en 2008

Panorámica aérea de la renovada infraestructura portuaria de Tarfaya, al suroeste de Marruecos.

Panorámica aérea de la renovada infraestructura portuaria de Tarfaya, al suroeste de Marruecos.

El Gobierno de Canarias confía en que el restablecimiento de la línea marítima entre las Islas y Marruecos permita recuperar la debilitada relación comercial con el país vecino. Aunque la cercanía entre el Archipiélago y el Estado norafricano es una ventaja para los intercambios de productos y mercancías entre las empresas de uno y otro lado, lo cierto es que el comercio bilateral se ha reducido a una cuarta parte desde que en 2008 se frustrase aquel primer intento de unir por mar Canarias y Marruecos. El ferri Assalama enlazó los puertos de Fuerteventura y de Tarfaya entre diciembre de 2007 y abril de 2008, cuando encalló frente a la costa marroquí. En los cuatro meses de 2008 que estuvo operando antes de sufrir el accidente, el comercio de mercancías entre las Islas y el reino alauí dejó una factura global de 73,2 millones de euros. En todo 2022, que es el último ejercicio con datos oficiales definitivos, las transacciones comerciales entre ambos territorios ascendieron a 47,3 millones. Así que el valor de los intercambios de productos y mercancías fue en los doce meses de 2022 un 35,4% inferior al registrado en aquel primer cuatrimestre de 2008 en el que el Assalama estuvo en marcha. En cuatro meses de 2008 hubo más negocio que en los doce del último año contabilizado. Es evidente que el volumen que alcanzaron las importaciones y exportaciones en aquellos primeros meses de 2008 no se debió en exclusiva a la línea entre Fuerteventura y Tarfaya, pero no es menos evidente que la conexión marítima fue clave para llegar a esos niveles. De hecho, 2008 acabaría por ser el mejor ejercicio de la historia para el comercio entre Canarias y Rabat, al mover 190,8 millones de euros. Con la excepción de 2013, nunca se ha vuelto a aquellas cifras. Los 47,3 millones de 2022 están un 75,2% por debajo de aquel máximo de 2008, y es justo ese 75% –alrededor de 140 millones de euros– lo que las autoridades isleñas y marroquíes quieren recuperar con el restablecimiento de la línea marítima.

«Es una enorme oportunidad comercial y económica», subrayó este jueves el consejero de Obras Públicas, Vivienda y Movilidad del Gobierno de Canarias, Pablo Rodríguez, tras la reunión entre las delegaciones isleña y marroquí encabezadas por el presidente Fernando Clavijo y el secretario general del Ministerio de Transportes del país vecino, Khalid Cherkaoui.

Los meses que en 2008 funcionó la línea coinciden con la mejor fase del negocio bilateral

Por primera vez en más de 15 años, la reactivación de la línea entre Fuerteventura y Tarfaya está a punto. O casi. Ni Rodríguez, ni el representante del reino alauí ni la presidenta del Cabildo majorero, Lola García, se atrevieron a poner una fecha, siquiera aproximada, para el reinicio de la ruta marítima, pero sí coincidieron en que todo parece propicio para conseguirlo a lo largo de 2024. «Se dan todas las condiciones para que tengamos operando esta línea cuanto antes, en un espacio bastante moderado de tiempo», explicó el representante del Ejecutivo autonómico. Es verdad que queda por delante una serie de trámites y de trabajos que podría dar al traste con la intención de que el nuevo ferri se eche a la mar antes de que acabe el año –sin ir más lejos hay que hacer obras en el puerto de Fuerteventura para, por ejemplo, el control de aduanas–, pero lo fundamental sí parece ya atado.

De entrada, y a falta de esos trabajos pendientes –que por otra parte no son trabajos de gran envergadura–, tanto el puerto de la isla majorera como el de Tarfaya reúnen las condiciones necesarias para que la ruta sea un éxito. Es más, ambas infraestructuras podrían asumir desde «ya», precisó Rodríguez, la entrada y salida del ferri que cubrirá el trayecto. No en vano, nada tiene que ver el actual puerto de Tarfaya con el que en su día veían los pasajeros que desembarcaban del Assalama. En ello insistió el representante del Ministerio de Transportes marroquí, que destacó las inversiones que Rabat ha llevado a cabo en los últimos años para la mejora de la infraestructura. Cherkaoui tiene claro que la reactivación de la línea marítima supondrá un antes y un después en los ámbitos cultural, social y, «por supuesto, económico y comercial». Además, el proyecto tiene ahora detrás a dos empresas –Hamilton y Cía y Grupo Newport– que han pasado de las palabras a los hechos y están dispuestas para operar y gestionar en consorcio la renovada ruta. En ambas compañías son conscientes del potencial que atesora la línea marítima entre Fuerteventura y Tarfaya, algo que queda de manifiesto al comprobar el margen de crecimiento que la relación comercial entre las Islas y el reino alauí tiene por delante. Con todo, lo fundamental para que la reanudación del trayecto parezca al fin inminente es la voluntad del Gobierno marroquí, que en el actual clima de concordia que atraviesan las relaciones bilaterales con España, se ha comprometido a despejar cuanto antes las autorizaciones y permisos necesarios para que la línea comience a funcionar.

La exigencia de desmantelar el ‘Assalama’, encallado frente a Tarfaya, ya no es un obstáculo

Hay que recordar que la ciudad de Tarfaya, ubicada en la provincia homónima, está situada al suroeste del territorio original de Marruecos, por así decirlo. Es decir, es casi fronteriza con lo que en Rabat denominan sus Provincias del Sur, esto es, esa vasta extensión del Sáhara Occidental que de facto forma parte del país vecino pero que en realidad está en disputa con la República Árabe Saharaui Democrática. Cuestionado por si la cercanía de Tarfaya a los territorios en disputa podría ser un problema, el consejero Rodríguez se limitó a recordar que la ciudad portuaria no está en la «zona conflictiva».

También parece haberse despejado otro de los obstáculos para la reactivación de la línea: el desmantelamiento del Assalama. El buque de Naviera Armas permanece encallado frente a la costa marroquí –a menos de una milla de distancia– desde aquel accidente en abril de 2008. Pablo Rodríguez recordó este jueves que sobre este asunto nada puede hacer el Gobierno de Canarias, ya que es un problema que tendrá que resolver la naviera o sus aseguradoras, si es el caso. No obstante, en el penúltimo intento de reanudar la conexión marítima entre las Islas y Marruecos, allá en 2019, desde Rabat pusieron como condición, en sintonía con las autoridades locales de Tarfaya, el desmantelamiento y retirada del Assalama, algo que sigue sin producirse. En el país vecino mantienen su exigencia a la naviera para que retire los restos del ferri, pero esto ha dejado de ser condición sine qua non para la recuperación de la línea con Fuerteventura. «Ha habido total predisposición», afirmó el consejero.

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Aún no hay datos sobre la evolución del comercio entre Canarias y Marruecos durante todo 2023, pero las cifras hasta octubre, según el informe suministrado a este diario por ICEX España Exportación e Inversiones, apuntan un leve repunte de los intercambios de bienes entre ambos territorios. En los diez primeros meses del año pasado, el comercio con el país vecino dejó una factura global de 48,8 millones de euros, una cuantía que supera los 47,3 millones de todo 2022. La mayor parte de esos 48,8 millones de euros corresponde, eso sí, a importaciones, es decir, a productos y mercancías marroquíes llegados a las Islas.

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