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Un tercio de los canarios más ricos hace negocio con el alquiler de viviendas

Seis de cada diez isleños que declaran ingresos por arrendar inmuebles no llegan ni a clase media

El porcentaje de caseros entre las rentas muy altas sube al 31%

Un hombre mira la oferta de viviendas en venta y en alquiler en el escaparate de una inmobiliaria.

Un hombre mira la oferta de viviendas en venta y en alquiler en el escaparate de una inmobiliaria. / Andrés Cruz

Santa Cruz de Tenerife

Canarias es una región de pequeños rentistas. La mayor parte de los caseros, seis de cada diez, ingresa menos de 30.000 euros al año, una suma que, en el mejor de los casos, apenas da para figurar entre la clase media-baja. Son todos esos propietarios de una segunda casa, en muchos casos heredada de padres o abuelos, que la ponen en alquiler para complementar el sueldo o la pensión, si bien no son pocas las ocasiones en que el inmueble es su única fuente regular de ingresos. Sea como sea, los isleños que tienen la suerte de tener una vivienda arrendada representan un porcentaje menor –creciente pero menor– entre la población del Archipiélago. Sin embargo, la proporción de caseros aumenta de forma considerable entre los más ricos, hasta el punto de que una tercera parte de las rentas muy altas de la Comunidad Autónoma hace negocio con el alquiler de casas y pisos a familias que los usan como su vivienda habitual. El arrendamiento de inmuebles es así una de las vías de ingresos más frecuentes entre los canarios más ricos.

Poco más de 1,04 millones de isleños hicieron la declaración de la renta –el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas, el IRPF– en 2023. Entre todos ellos, un total de 93.079 declaró ingresos procedentes del alquiler de casas o pisos a familias. Son un 8,9% de todos los contribuyentes por el IRPF, es decir, que de cada cien declarantes canarios, tan solo nueve se sacan un dinero con el arrendamiento de viviendas para su uso como residencia habitual –no están incluidos, por tanto, quienes hacen negocio con el alquiler vacacional o turístico–.

Lo primero que llama la atención al analizar los datos de la Agencia Estatal de Administración Tributaria (AEAT) es que hasta un 43,4% de esos 93.079 caseros que hay censados en el Archipiélago –un total de 40.397– gana menos de 21.000 euros anuales, con lo que ya no se trata de que no lleguen ni a clase media, sino de que directamente son clase baja e incluso muy baja. De hecho hay 23.248, un 25%, esto es, uno de cada cuatro, que declaran al cabo del año menos de 12.000 euros, de modo que en su mayoría son personas para las que el arrendamiento de una segunda propiedad es su única fuente de ingresos.

Si se da un salto más en los tramos de renta del IRPF, resulta que entre los canarios que ganan entre 21.000 y menos de 30.000 euros anuales, la clase media-baja, hay otros 14.652 caseros. Así que de esos poco más de 93.000 rentistas que la AEAT tiene bajo control en la Comunidad Autónoma, hasta 55.049 ingresan menos de 30.000 euros al año. Representan algo más de un 59% del total, alrededor de seis de cada diez. En definitiva, y pese a esa corriente de opinión generalizada que identifica a los caseros con la usura, lo cierto es que la mayoría de quienes ceden una vivienda en alquiler a una persona o familia está lejos, cuando no muy lejos, de hacerse rica con ello. Y llama la atención porque esa mala imagen con la que de un tiempo a esta parte cargan los caseros tiene mucho que ver con un señalamiento espoleado por gobiernos de todo ámbito, que vienen volcándose en la protección de los inquilinos sin en ocasiones tener en cuenta la frágil situación económica de tantos arrendatarios. El verdadero negocio del alquiler está en las rentas altas, que son minoría pero entre las que la proporción de caseros se dispara.

En las Islas, siempre según la estadística oficial, hay 4.912 personas que declaran ingresos en el IRPF de más de 150.000 euros anuales. Son la clase muy alta, en especial los 324 que ganan al año más de 601.000 euros. Y entre estos 4.912 canarios ricos y muy ricos, hasta 1.541 obtienen ingresos por el alquiler de inmuebles como vivienda habitual. Mientras que de todos los contribuyentes del Archipiélago –algo más de un millón– solo un 8,9% son caseros, el porcentaje de rentistas se eleva entre los más adinerados hasta el 31,4%, es decir, prácticamente una tercera parte. Un indicador más de que, efectivamente, el negocio del alquiler es una de las apuestas mayoritarias entre los más pudientes de la Comunidad Autónoma, lo que en modo alguno es sinónimo –como muestran los datos de la propia AEAT– de que todo aquel que ceda una vivienda en arrendamiento sea un privilegiado. Ni muchísimo menos.

Hay que recordar que es precisamente una mayor expectativa de ingresos la que en los últimos años ha llevado a muchos pequeños propietarios a sacar su casa o piso del mercado residencial u ordinario para explotarlo en el pingüe negocio del alquiler vacacional.

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