El lino quiere volver a tejer economía en el Archipiélago

Vecinos de Juncalillo y Barranco Hondo recuperan, 60 años después, un cultivo que se había dado por perdido en Gran Canaria

Un agricultor en Juncalillo, en Gáldar, cultivando lino

Un agricultor en Juncalillo, en Gáldar, cultivando lino / LP/DLP

Lucía Mora

Lucía Mora

Santa Cruz de Tenerife

El cultivo del lino llegó a Canarias tras la conquista en las manos de comerciantes y colonos. No tardó en expandirse y tener presencia en todas las Islas para convertirse en el textil que empleaban en ropa, manteles o talegas para guardar y transportar, entre otros, alimentos. Sin embargo, está siembra comenzó a desaparecer en las primeras décadas del siglo XIX cuando, los tejidos industriales importados, más rentables y competitivos, hizo que las tierras dedicadas al cultivo de lino pasaran a ser de subsistencia y únicamente La Palma conservara, hasta la fecha, alguna hectárea por tradición y para evitar que se perdiera la semilla.

Setenta años han pasado desde la última cosecha de lino en Gran Canaria. El empeño y la ilusión de los vecinos de Juncalillo y Barranco Hondo -concentrados en la Asociación Linolillo-, en Gáldar, con el apoyo del Ayuntamiento y también del Gobierno de Canarias, a través de Rutas 2030, un proyecto que apuesta por la I+D+i y el desarrollo tecnológico en zonas rurales, han conseguido este año la primera recolecta de lino en la Isla. "No es mucha la producción pero la satisfacción nuestra no está en el suelo, está en lo aprendido y en la memoria de quienes nos han enseñado todo sobre este cultivo", señala la vicepresidenta de la Asociación Linolillo, Herminia Pimentel.

Sin embargo, esta recuperación lleva nombre y apellidos: Juan Cubas Montesdeoca. Este vecino de Barranco Hondo, de 90 años de edad, ha dedicado todos los días de su vida a las tradiciones y conservación de la cultura y patrimonio canario

De hecho, según Pimentel, empezaron gracias a "oírle hablar todo el día del cultivo y ver las piezas de lino que conserva". Algunas como alfombras o manteles, asegura, tienen más de 200 años y se pueden ver en el Museo Etnográfico de Juan Cubas, en Gáldar. Estos vecinos basaron la recuperación del cultivo por el testimonio oral de los mayores del lugar porque "no tenemos socios agricultores", ni tampoco tenían restos de cosechas anteriores, "solo personas", matiza, "que conocen la tierra".

Pimentel alude a la importancia de que se lleve a cabo el cultivo y la comercialización del lino en las Islas. Se trata de un textil natural y biodegradable que merma el daño de los ecosistemas al terminar la vida útil de cualquier prenda. Precisamente esto le da una ventaja siglos después de conocerse. La gran mayoría de las prendas en este momento provienen de fibras sintéticas que contaminan y producen "un daño irreparable en nuestro medio ambiente que el lino no lo haría", comenta.

Un cultivo que, según esta galdense, no requiere "mucho esfuerzo". Esto es gracias a las nuevas tecnologías. "No necesitamos tener 4 o 5 hombres en 4.000 hectáreas" si se tiene "un sistema mecanizado" en los terrenos.

El presidente canario, Fernando Clavijo, durante su intervención en el Museo Agáldar

El presidente canario, Fernando Clavijo, durante su intervención en el Museo Agáldar / LP/DLP

Precisamente por los buenos resultados en la recuperación de este cultivo, las posibilidades para la diversificación económica y por el papel que está adquiriendo en la industria textil, el presidente del Gobierno canario, Fernando Clavijo, junto al alcalde de Gáldar, Teodoro Sosa, visitaron ayer el Museo Agáldar, dentro de los encuentros enmarcados en Rutas 2030. 

Gáldar es, con La Frontera, en El Hierro y Tinajo en Lanzarote, los tres municipios en los que realiza este proyecto que pretende conectar la actividad económica de los núcleos rurales con la ciencia, la innovación y la tecnología. En este municipio, además de la recuperación del lino, están llevando a cabo la gestión y monitorización de aguas subterráneas en pozos y galerías y la planificación agrícola para un sector agrario más sostenible y resiliente.

 !A veces construimos una imagen idílica del medio rural donde todo es dado gratuitamente", destacó Clavijo, a la vez que agradeció la labor de los vecinos que han recuperado esta tradición y oficio porque "detrás de esa imagen" están ellos, "que luchan por vivir de sectores tradicionales de nuestra economía".

El futuro del sector rural a través de la innovación

La Agenda 2030 es un documento que involucra a personas, colectivos, organizaciones e instituciones para posicionar a las Islas como un referente de sostenibilidad social, económica y ambiental. El objetivo final es el de garantizar el futuro de progreso y bienestar a las próximas generaciones.

Una de las medidas que incluye es el proyecto Rutas 2030 que llevó ayer al presidente Clavijo a Gáldar y que, promovido por la Viceconsejería de la Presidencia del Gobierno canario, pretende aplicar la innovación y la I+D+i en las zonas rurales del Archipiélago. Se llevará a cabo en los 46 municipios canarios que cuentan con menos de 10.000 habitantes.

La mayoría de estos enclaves están en las zonas de medianías y altas de Canarias donde, tras el cambio en el modelo económico hacia el sector servicios en las últimas décadas, el primario sufrió un abandono.

Esta iniciativa pionera busca como objetivo que estos municipios conozcan y se beneficien de las capacidades de investigación, desarrollo tecnológico e innovación que existen en Canarias, tanto públicos como privados. En esta labor juegan un papel fundamental los ayuntamientos. Por este motivo, de momento, solo se lleva a cabo en La Frontera, en El Hierro; Gáldar, en Gran Canaria y Tinajo, en Lanzarote.

 Más de medio centenar de expertos en innovación, investigación, desarrollo tecnológico y emprendimiento ya han visitado la isla herreña para afrontar tres retos: la recuperación del cultivo de la piña tropical, el impulso de la producción del vino con cosecha propia y la digitalización y el desarrollo del enoturismo de la mano de la I+D+i.

En Gran Canaria se centran en la recuperación del cultivo del lino en las medianías y monitorizar las aguas subterráneas, entre otros, y por último, en Lanzarote, buscan la modernización y la mejora del regadío de la zona nordeste de la Isla.

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