Cifra récord: los aeropuertos canarios superan los 50 millones de pasajeros

Una fila de viajeros en el aeropuerto de Tenerife Norte-Ciudad de La Laguna.

Una fila de viajeros en el aeropuerto de Tenerife Norte-Ciudad de La Laguna. / Arturo Jiménez

Los aeropuertos canarios cerrarán 2024 con más de 50 millones de pasajeros por primera vez en un año. Un récord de viajeros que habría parecido una quimera a mediados de 2020, cuando las medidas para contener el avance de la covid desembocaron en la reducción del tráfico aéreo a mínimos históricos. Para hacerse una idea de la magnitud de este nuevo récord basta con recordar que en 2019, el último ejercicio antes de la irrupción del coronavirus, la red aeroportuaria regional contabilizó poco más de 45 millones de pasajeros. Es decir, que una pandemia y una ola inflacionaria después, los aeródromos del Archipiélago registran más de cinco millones de viajeros más que antes de la doble crisis. Un hecho en el que subyace el renovado auge que atraviesa el negocio turístico tras la covid y que, por tanto, se antoja positivo para una Comunidad Autónoma que, como las Islas, depende tantísimo del dinero que los visitantes dejan durante su estancia. Sin embargo, un crecimiento tan notable del tráfico de pasajeros también puede tener consecuencias negativas en la calidad del servicio que se presta en los aeropuertos. Los aeródromos canarios, en general, están más congestionados que nunca –de lo que da fe la pérdida de puntualidad experimentada en los últimos años– y algunos de ellos, como los de Lanzarote y Tenerife Norte, no están lejos de llegar a su capacidad máxima.

Según la estadística oficial de la antigua Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea, Aena, en 2023 se contabilizó en los ocho aeropuertos del Archipiélago un total de casi 48,44 millones de viajeros. Una cifra que supuso un nuevo techo histórico, un récord al que, en cualquier caso, apenas le quedan un par de semanas en vigor. No en vano, solo hasta noviembre de 2024 se han registrado en los aeródromos de la región algo más de 48 millones de pasajeros, de modo que en los once primeros meses de este año ya ha habido tanto tráfico de viajeros como en todo 2023. Así que en 2024 no solo se superará por primera vez la barrera de los 50 millones de pasajeros en la red aeroportuaria de las Islas, sino que se superará con creces. En diciembre del año pasado usaron los aeródromos de la Comunidad Autónoma cerca de 4,5 millones de personas, una cantidad que en este último mes de 2024 se quedará pequeña. Desde las aerolíneas, que no han dejado de incrementar su oferta de plazas para viajar a Canarias al calor de la bonanza del negocio turístico, dan por descontado que este diciembre se llegará a los cinco millones de viajeros, una previsión que, de cumplirse, llevaría el total anual hasta unos 53 millones.

El de Tenerife Norte-Ciudad de La Laguna es el aeropuerto más al límite de su capacidad de los ocho de Canarias

El caso es que este importante incremento del tráfico de pasajeros tiene, cabe insistir, sus consecuencias negativas, hasta el punto de que ya hay aeropuertos cuya capacidad está en entredicho por quienes van a coger un avión y se encuentran con retrasos, demoras, impuntualidad... El servicio se resiente. El Documento de Regulación Aeroportuaria, el más conocido como DORA –es el informe en que se fijan las distintas variables de la operativa en cada uno de los aeródromos de la red nacional, desde los índices de calidad del servicio y los costes de explotación hasta, por ejemplo, las previsiones de tráfico de pasajeros y de mercancías–, permite ver hasta qué punto se está exprimiendo la capacidad de los aeropuertos del Archipiélago.

El DORA, en su última y actual versión, la del período 2022-2026, concede a la red insular de aeródromos, esto es, a los ocho aeropuertos en su conjunto, una capacidad de 66,65 millones de pasajeros al año. Ese sería el mayor volumen de viajeros que se podría gestionar, en total, en los aeródromos de la región. Una capacidad máxima que se distribuye, de más a menos, entre los 20 millones de pasajeros –pax, en la jerga aeronáutica– que podría soportar el aeropuerto de Gran Canaria, los 16 millones de Tenerife Sur, los 12 millones de Fuerteventura, los nueve del aeródromo de Lanzarote-César Manrique, los 6,5 de Tenerife Norte, los 2,5 de La Palma, los 0,35 –350.000 viajeros– de El Hierro y los 0,3 de La Gomera. En suma, por tanto, si bien la capacidad máxima de la red aeroportuaria autonómica todavía excede en unos 15 millones el número de pasajeros que se habrá contabilizado al cabo de 2024, no es menos cierto que el margen nunca había sido tan estrecho y que, además, ya hay infraestructuras muy cerca de sus máximos.

Los dos principales aeródromos de las Islas aún disponen de cierto colchón antes de ver comprometida su capacidad. El aeropuerto de Gran Canaria registrará en 2024 más de 14 millones de pasajeros por primera vez en un año, con lo que aún cuenta con un margen de más de cinco millones. El de Tenerife Sur gestionará en el actual ejercicio un tráfico de más de 13 millones de viajeros –entre enero y noviembre de 2024 ya sumó más que en todo 2023–, de modo que el colchón es en su caso de menos de tres millones. Más comprometida, no obstante, está la capacidad del otro aeródromo isleño que forma parte del grupo II –en el grupo I solo están Barajas y El Prat– de la red nacional de Aena: el de Lanzarote. El César Manrique superará este año los 8,2 millones de pasajeros de 2023, así que cerrará el ejercicio al 92% de su capacidad máxima, muy muy cerca de alcanzar su límite.

La red de aeródromos de la región tiene margen para gestionar un tráfico de 66,65 millones de pasajeros

Entre los aeropuertos de tercera categoría en el ranking de Aena están los insulares de Fuerteventura y de Tenerife Norte-Ciudad de La Laguna. El de la isla majorera es el que tiene una operativa más holgada, al menos sobre el papel. En 2024 rebasará los 6,02 millones de pasajeros de 2023, pero todavía dispone de otros seis millones –o casi– de margen. Está funcionando a la mitad de su capacidad límite. Muy distinto es el escenario en el aeródromo de Los Rodeos, uno de los dos con que cuenta Tenerife. Con una capacidad de 6,5 millones de viajeros anuales, este aeropuerto tinerfeño gestionó el año pasado un tráfico de 6,12 millones, es decir, que estuvo al 94% de su capacidad, un porcentaje que se quedará pequeño este año. De hecho, el aeródromo de Los Rodeos es otro de los que en los once primeros meses de 2024 ya ha superado, con prácticamente 6,19 millones de pasajeros, el total de 2023. Acabará así el ejercicio cerca de su límite, cerquísima, y eso si no lo desborda, lo que es muy posible. Si este mes repitiese los 507.000 viajeros que registró en diciembre del año pasado –la tendencia indica que incluso serán más–, la suma se iría hasta casi 6,7 millones de pasajeros, lo que significaría que habría rebasado su capacidad máxima. El de Tenerife Norte es el aeropuerto más al límite, más congestionado, de los ocho.

El único aeródromo canario de categoría cuatro es el de La Palma, que con una capacidad máxima de 2,5 millones de viajeros experimentó en 2023 un tráfico de menos de 1,4 millones de usuarios. Este año lo cerrará por encima de esa cifra, pero seguirá lejos de ver comprometida su capacidad.

Y por último están los aeródromos del grupo V, los más pequeños de El Hierro y La Gomera. El de la isla del meridiano también está muy cerca de su límite de 350.000 pax al año. En 2023 contabilizó 301.244 pasajeros, y este año se irá hasta los alrededor de 325.000, con lo que despedirá el ejercicio al 93% de su capacidad. En cuanto al de la isla colombina, con margen para gestionar un tráfico anual de 300.000 viajeros, el año anterior vio pasar un total de 113.320 usuarios, una cantidad que superará este año –de enero a noviembre registró más de 111.000 pasajeros– pero que estará muy lejos de comprometer su operativa.

En definitiva, el margen que separa la capacidad máxima de la red aeroportuaria regional de su número efectivo de viajeros es cada vez más estrecho, casi inexistente en varios de sus aeródromos –son los casos de Lanzarote, El Hierro y Tenerife Norte–, lo que a su vez explica por qué hay cada vez más incumplimientos de los horarios previstos. El incremento de operaciones –despegues y aterrizajes– congestiona el tráfico aéreo, los aviones deben mantenerse en el aire –o sobre la pista– más tiempo a la espera de un hueco que les permita completar sus maniobras y Eurocontrol –la Organización Europea para la Seguridad de la Navegación Aérea– confirma que en los casos de Gran Canaria, Fuerteventura y Lanzarote la puntualidad ha descendido un 16% desde 2021. Un 10% en el caso de Tenerife.

La oferta de plazas, en alza: habrá más récords y más congestión

El tráfico de pasajeros en los aeropuertos de la Comunidad Autónoma lo integran tanto los turistas que vienen al Archipiélago a disfrutar de una escapada o de sus vacaciones anuales como el trasiego de los propios canarios que se desplazan entre las islas. No obstante, es evidente que el auge del turismo tras la pandemia de la covid –el negocio está en Canarias en niveles históricos tanto de visitantes (clientes) como de ventas y facturación– es causa principal del incremento del número de viajeros en los aeródromos de la región. Y todo parece que a esta tendencia hacia una cada vez mayor cantidad de vuelos, de plazas ofertadas y, por tanto, de tráfico de pasajeros le queda bastante recorrido por delante. A medio plazo, la consejera de Turismo y Empleo del Gobierno de Canarias, Jessica de León, ya adelantó semanas atrás en un foro organizado por este periódico que la oferta de asientos para volar a las Islas durante el próximo verano será un 2,2% superior a la de la temporada estival de este año. Canarias estará así más conectada vía aérea que en ningún otro verano. Otro récord.

Y otro más que está al caer, este a corto plazo, ya que la programación de vuelos para el período navideño –comprendido entre este pasado viernes, 20 de diciembre, y el próximo 7 de enero– incluye muchas más operaciones que en las anteriores Navidades. Hasta 25.212 vuelos están programados para estos próximos días en los ocho aeropuertos del Archipiélago, alrededor de 5.000 más de los que las torres de control de los aeródromos insulares tuvieron que gestionar en el mismo período de la pasada Navidad. El incremento supera el 20%, un alza extraordinaria de solo un año para otro. Es verdad que la campaña 2023-2024 no arrancó el 20 de diciembre, sino el día 22, pero aun así, el aumento de la oferta es igualmente notable. Será, por supuesto, otro récord, el enésimo de un tiempo a esta parte. Caerá después el récord veraniego y es más que probable que en la siguiente temporada invernal también haya más plazas que nunca para que ingleses, alemanes, franceses y neerlandeses se den un salto a las Islas. Más operaciones, más pasajeros, más récords y, por ende, más congestión en los aeropuertos. Más posibilidades, en definitiva, de que a la red regional de aeródromos se le vean las costuras.

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